1. Primer día de clases.

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Tiana

Sentí mis oídos casi tronar, agarré el despertador y lo lancé a la pared ya que no dejaba de sonar.

Primer día de clases, genial, no. Ver a las mismas personas de todos los años, convivir con las mismas personas, sentí el odio de la gente que se odia. Pero lo que no soporto además de la escuela es que todas las chicas siempre estén babeando por el mismo chico o chicos, los guapos populares que se creen modelos de Calvin Klein y uno de ellos es mi jodido hermano Travis, cuánto amor ¿no?

Odio eso, y todos los hombres, son horribles, como se comportan y por cómo son ¡Un asco de persona! Hacen que te enamores para luego botarte.

Fui al baño y me metí a la regadera. Dejé que el agua caliente me distrajera, y al salir de mi baño matutino agarré una toalla y me la enrollé en mi cuerpo. Abrí mi closet y me puse unos jeans y una playera morada con unos converse, luego fui a mi tocador, me des-esponjé mis chinos y luego me hice una cola alta.

Seguía maldiciendo a los hombres, hay veces que ellos piensan que son mejores tu con sólo por ser hombres ¡Ambos sexos son los mejores! Ellos pueden decir que son mejores por la fuerza y nosotras por la inteligencia. De la inteligencia te lo creo ya que la mayoría de los hombres apenas tienen tres neuronas, comer, dormir y coger.

Escuché unos gritos de mi mamá y al instante me di cuenta que me hablaba a mí.

- ¡Tiana baja ya a desayunar se te va hacer tarde!- gritó enojada como en todas las mañanas.

- ¡Ya voy mamá!- respondí. Agarré una chaqueta y salí al corredor hasta llegar a la escalera.

Bajé y le di los buenos días a mi mamá- como la gran hija que soy- desayuné un pan tostado con Nutella.

Hay una cosa que más amo en todo el mundo, y eso es la Nutella. Es uno de los... ¿se podría decir postres? Bueno, es uno de los postres más deliciosos del mundo ¡Bajó desde el cielo por mí! El punto es que es mi amor platónico, mi deliciosa y hermosa Nutella.

De tres bocados me la acabé. Wow, que comelona soy. Vi a Travis llegar a la cocina, se metió su tostada a la boca y salió de la casa sin despedirse de nosotras.

Negué, subí a mi habitación y me cepillé los dientes en el baño.

Volví a bajar y mi mamá estaba arriba del auto para llevarme ya que Travis se iba con sus amigos. Subí, me puse los audífonos y puse la canción que tanto me gusta "Young Volcanoes" de Fall Out Boy.

Mientras que escuchaba y cantaba la cancion ví a mi mamá agitar la mano. Puse en pausa mi canción y le presté atención.

- Hija por favor ya te tienes que ir, llegarás tarde.- dijo un poco molesta.

- Uh, cierto, adiós. Ah, por cierto, dile a Travis que no se coma mis galletas.- solté un suspiro pesado y ella asintió todavía molesta.

- Si, yo cuidaré que tu hermano glotón que no se coma tus galletas.

-Gracias mamá, adiós.- me despedí y ella rodó los ojos. Al parecer alguien no amaneció de buenas hoy, igual que yo.

Al bajarme del auto me tropecé y aunque casi caigo de boca por culpa de mis malditos pies izquierdos que tanto les gusta hacerme tropezar. Pero alcancé a equilibrarme. Tómala pies izquierdos.

Al entrar al colegio alcancé a divisar a Jennifer que estaba buscando cosas en su casillero. Cuando iba a saludarla una voz hizo que me asustara.

-¡Hola, niña fea!- me saludó de broma mi mejor amiga Rebecca. Me llevé una mano a mi pecho asustada.

¡Yo Nunca Me Voy A Enamorar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora