Rozando lo Absurdo

La despedida

Diles que les quiero.

Que nunca los olvidé.

Enséñales que el amor no es eterno,

pero que siempre los querré.

Próhibeles ahogarse en lágrimas,

que cuando el sol sale,

el viento los secará de todas formas.

Y que no se les olvide traerme un cepillo,

que al ir al cielo,

quiero peinar a mis abuelas,

tal y como les prometí hace muchos años.

Que entonces era pequeña,

pero he crecido tanto que no entraba en la tierra.

Diles que corregiré sus pasos desde arriba,

pero que no quiero que me acompañen en este viaje.

Diles que sean felices,

porque así soy yo.

Desde siempre

y para siempre,

vuestra querida hija.