▲ 115 ▼ (Primera parte)

77.6K 6.4K 475
                                    

Theo

-Cariño, cúbrete los oídos...

-Mami, no...

-Tú hazme caso. ¿Recuerdas el cuento del Lobo y el Ángel?

-Sí, pero...

Un golpe.

-¡¡¡Abre la jodida puerta!!!

Dos golpes.

-Shhh, no llores, mi vida.

Tres golpes.

-Has silencio.

La madera ya empieza a ceder, se está rompiendo a pedazos. La van a tirar abajo.

-¿Dónde está Austin?-le pregunto.

-Escondido-me susurra mientras las patadas siguen-. Obedece cariño y cierra los ojos, cúbrete los oídos y recita en voz muy muy bajita el cuento.

-¿Podemos irnos a esconder con Austin?-le pregunto lleno de esperanzas. No me iré por mi cuenta, no la dejaré sola.

-No hay tiempo, cariño... además, tu hermano es grande y sabe lo que hace.

Sólo son dos años más.

-Pero mami, yo ya soy grande...

La puerta se viene en un montón de astillas que caen dejando una enorme abertura. En eso un hombre con guante de goma negra mete la mano y busca la perilla para quitar el seguro.

-Haz lo que te he pedido, por favor.

No hay muchas otras soluciones que puedan venir a mi cabeza excepto la idea de que un superhéroe de mis historietas sea una salvación posible.

Me arrincono tras el sofá, me abrazo las rodillas y cierro los ojos con fuerza aún con poca decisión de cubrirme los oídos o no.

Un par de cuerpos pesados ingresan a la casa. Mi corazón empieza a palpitar con fuerza y me quedo sin aire. Trato de ni siquiera respirar fuerte para que no me vean donde estoy...entonces ruego que ojalá viviésemos en una casa más grande que este suburbio con tal de encontrar más recovecos donde poder escapar.

-¡¿Dónde está?!-le gritan a mi madre. Escucho el ruido de armas, cadenas, pasos además de un asqueroso olor a sudor y sangre que me llega.

-Aquí no-empieza mamá y el otro la detiene.

-Esta pocilga es la casa ideal para una rata como tu marido. Dime dónde está si no quieres que te vuele los sesos.

¿Papá? Lo buscan a él.

-No tengo idea dónde...puede haber ido.

-No me obligues a tener que dejarte una bala entre los ojos. Tienes cinco segundos para decirme dónde carajos se ha ido.

¡Oh, no!

-Uno...

Trago saliva y finalmente decido seguir los consejos que mamá me señaló.

Pego los párpados con fuerza, me cubro los oídos y traigo a mi mente una oscura caverna en medio de la nada...

La roca es fría, hay hierba y lodo bajo mis pies, no hay luz eléctrica aunque la luna y las estrellas pueden señalarme el camino que busco en la entrada de la cueva.

-¡...Dos!

Trato de volver a mis pensamientos cuando creo escuchar dentro, un llanto que me conmueve.

El ángel.

Hago el intento de acercarme para ofrecerle ayuda, sin embargo escucho un gruñido que proviene desde afuera.

La bestia.

Me acerco en busca de conocer al lobo así que salgo de la cueva y miro por doquier. Tras un árbol finalmente aparece el animal con sus grandes fauces, los ojos brillando infernales a la luz de la luna y se lo ve mucho más intimidante que en el cuento de mamá.

-¡¡¡Tres...!!! ¡¡¡Habla ahora, maldita sea!!! 

El lobo abre su hocico y puedo ver unos filosos colmillos que le otorgan una pinta nada amigable.

-¡No!

El grito viene de mis espaldas.

Doy media vuelta en busca de encontrar al ángel, sin embargo, abro los ojos y tengo la cara de un horrible sujeto con barba, tatuajes y cicatrices en el rostro.

-Mira lo que tenemos acá-dice.

-¡No!-vuelve a gritar mamá-. ¡No le hagan nada!

El otro que la tiene amedrentada vuelve a gritar:

-¡¡¡Tienes dos malditos segundos para decirme dónde se ha ido!!!

Y de pronto, todo sucede demasiado rápido...

Mi hermano sale de la habitación de mis padres.

Lleva un cuchillo de cocina empuñado y corre hasta el sujeto que sostiene el rifle.

Aunque éste se da la vuelta y un chorro de sangre mancha la pared y el televisor antes de que el cuerpo de Austin caiga sin vida al suelo.



Abro los ojos.

Tengo la boca seca, me cuesta respirar y un extraño ardor me atraviesa en horribles punzadas el cuerpo entero.

Quiero moverme, gritar, darle un puñetazo a la mesa de luz pero nada de esto ocurre.

Me siento inmovilizado.

El mundo es una masa viscosa, como un sueño dentro de otro sueño.

Delante de mí tengo unas paredes tan verdes como el moho, hay cables conectados a mis venas y un suero a mi derecha.

Pero un costado de mi cuerpo se siente más pesado, más cálido, es una sensación distinta a cualquiera que me haya permitido experimentar antes.

Creo que es parte del sueño o, si es la realidad, no entiendo por qué no puedo mover ninguna de mis extremidades.

Miro a un costado y el fresco perfume ya me llega antes de ver que se trata de ella.

Tracy está acurrucada en mi pecho, durmiendo plácidamente.

Se la ve tan hermosa que me siento en deuda con mi propio sueño.

Entonces caigo en la cuenta de que el verdadero ángel... está conmigo.

Es un sueño, Theo.

Pero si se la ve tan... ¡Arggg, mi cabeza me está matando!

Duérmete y sigue soñando.

Pero ella está aquí y no... no debería. Esto es un terrible error, la peor equivocación de su parte. ¡Debería irse!

Descuida, no estará cuando despiertes.



___________

#BADBITCH 

___________

BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora