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Octubre

-No puedo creer que me hayas metido por la fuerza a tu habitación.

-Recuerda que no duermo sola, Stefano.

-Pero ahora lo estás. Digo... lo estamos.

-Okay, mira, si estamos aquí trasladando el montón de cuadernos desde la biblioteca es porque tenemos que entregar este trabajo mañana y tú no quisiste hacerlo antes.

En ese instante cambia su gesto a uno de sorpresa.

Si decidí hacer estos trabajos en parejas con él es porque mi verdadera primera opción fue Juliette aunque ella se buscó una compañera considerando que yo debía estar con mi «novio». No importa cuantas veces lo niegue. Es ley que si una chica nerd, soltera, evidentemente virgen se habla con el más rudo, necesariamente están saliendo en secreto.

Es esperable, la gente de mi edad hemos crecido leyendo novelas y viendo películas de ese estilo.

-Linda cama, nena. No me imagino las cosas que harás acá... Tu sola.

Mis mejillas arden.

Él se recuesta en mi cama sin embargo yo me siento en la silla frente a un pequeño escritorio esquinado que lo mandé por encargue a diseñar, debido a que necesitaba algo así, plegable, por el obvio motivo de que aquí no entra ni un alfiler más.

-Si seguimos el listado de preguntas, vamos por la séptima de diez. En teoría podríamos terminar en menos de dos horas.

-Tiempo suficiente para...

-¡Ya! Ponte serio, por favor.

Aunque las Tracys de mi interior se sonrojan con cada intento de ligue que lanza él.

Y la exterior también, tú no eres ninguna santa.

-No entiendo por qué Evans nos manda a hacer trabajos tan largos-se queja.

-No lo sé pero en el punto que sigue a continuación pide un cuadro comparativo entre las características del Barroco y...

-Tengo hambre. Pidamos pizza.

Okay, no me está escuchando. He hecho hasta acá prácticamente todo yo sola a excepción de algunas partes que pudo responder con mínimos aportes.

Suspiro.

-Pide pizza pero por favor colabora con esto. En ocho horas debemos entregarlo y en la biblioteca nos tuvieron muchísima paciencia como para quedarse hasta tan tarde.

-Eso es cierto-se sienta a orillas de la cama-, cuando yo iba a la escuela eso no...

Se queda ahí.

No sigue hablando.

Stefano queda mirando al horizonte como si estuviese recordando algo de importancia. Se lo ve tan perturbado que habernos puesto a hacer este práctico juntos, está acortando las distancias impuestas desde aquella vez en que se negó a ir hasta la oficina de Evans.

-¿Qué ocurre?-le pregunto.

Pestañea.

Sus ojos vuelven a tener dirección y me mira. Luego se levanta y se sienta en los pies de la cama para estar más cerca.

-Nada. Sigamos con esto así lo podemos terminar pronto-me responde.

-¿Pero no ibas a pedir pizza?

-Preferiría... preferiría que terminemos. ¿Un cuadro comparativo, dices?

-Oye-le busco la mirada. Tiene las pupilas inyectadas, sus párpados están decaídos y por primera vez puedo mirarlo a los ojos sin sentir vergüenza. Una mirada tan triste sólo delata un corazón hecho pedazos-. Eres de Iconic, ¿cierto?

BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora