BAD BITCH #2

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-Charlie...

-¿Cómo puedes pronunciar mi nombre sin que la culpa atraviese la palabra?

-Yo...quisiera explicarlo.

-¿Explicarme qué? ¿Que te fuiste sin despedirte? ¿Que estuve a tu lado todos estos meses acompañándote como un buen amigo y de repente desapareces de ese modo? ¿Por qué no me contestaste a los mensajes? ¿Por qué no me diste lugar a decir adiós?

-Estaba asustada.

-Oh, gracias. Realmente me devuelves los ánimos.

-De nada, no sabes cuánto me alegra escucharte decir eso...

-¡Dios Santo, Tracy! ¡Estoy llamando al sarcasmo, no te hablaba en serio!

-Yo... ¡también! -¿En verdad?

-Ayer estuve todo el día con una preocupación enorme. Escribiéndote, llamándote, enviándote mensajes y, lo que es peor, no ha habido nadie en tu casa para consultar. Ni tu madre siquiera. No podía acudir a nadie para saber qué demonios había sucedido contigo, ¿es que no entiendes mi preocupación?

-Entonces, ¿cómo lo supiste?

-No podía pegar un ojo y a la madrugada, escuché el auto de tu madre llegar a tu casa. Estuve pegado a la ventana durante horas esperando que te aparecieras y nada.

-Oh, Charlie, lo siento tanto...

-Deja de disculparte, hazme el favor. Al percatarme de la llegada de tu madre, me puse los primeros shorts que encontré y salí de casa para interceptarla. La pobre casi se lleva un susto de muerte al verme aparecer casi desnudo pero necesitaba saber qué fue de ti. ¿Y quieres saber qué me dijo en cuanto le pregunté qué demonios había sucedido contigo?

-Supongo, no lo sé.

-Me dijo «Tracy empezó su educación en una Universidad de Nivel así que no vuelvas a molestarla, sanguijuela con tatuajes».

-¡No es cierto! Sólo serán dos semanas de adaptación a la vida en el campus. Recién en septiembre comienzo con el semestre.

-Me vale tres cuernos cuándo empiezas tu fabuloso semestre, te cuento que también iré a una universidad que no será tan buena como la tuya pero se rigen por el mismo sistema educativo.

-Charlie, lamento que mi madre te haya insultado pero no puedes tratarme de ese modo a mí. No te he hecho nada.

-Precisamente de eso se trata... No hiciste nada.

-Aunque no te guste que me disculpe, necesito hacerlo. En verdad, Charlie. Perdona, estaba asustada y no quería decepcionarte por tener que irme.

-Lo que me decepciona es que no me avisaste que te irías. ¿Desde cuándo lo sabías? ¿Desde cuándo tenías fecha y no te dignaste siquiera y dejarme un mensaje?

-A veces, ocultar verdades también es mentir. Espero puedas comprenderme en algún momento.

Silencio.

Dos segundos.

Tres.

Cuatro.

-Tracy...

-¿Sí?

-¿Puedes prometerme una cosa?

Mi corazón se acelera.

-No me siento en condiciones de hacer promesas, Charlie, pero dime.

Puedo escuchar su suspiro antes de que lo suelte: