▲ 191 ▼ (Tercera Parte)

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Tracy

Regreso agotada a mi habitación.

Como de costumbre, Phoebe no está aquí y lo corroboro en cuanto abro la puerta y estiro la mano hasta encender la luz. Sólo Cochinillo ha de estar presente.

Aunque en el preciso instante que me doy la vuelta, quedando al borde del umbral, unas manos fuertes me apresan y empujan contra la pared en el interior de la habitación, metiéndose conmigo y cerrando la puerta de un golpe en seco.

-Shhhh, no grites-me exige.

Encontrarme los ojos grises de Theo es algo que no me sorprende.

Casi resulta ser... como si lo hubiese estado esperando todos estos días.

Y así fue, en realidad.

La diferencia es que hoy, justo hoy, no quiero saber nada de él, mucho menos ahora que se mete por la fuerza en mi habitación.

Pero al apartarse distingo que va bien peinado, con su cabello largo hacia atrás, llevando una elegante raya al costado y perfumado con su característico olor a menta más intenso que nunca.

Una vez que el idiota se asegura de que dejaré de gritar, cede la fuerza de su mano y se la muerdo con fuerza.

-¡¡¡Mieeeeeeerrrrdaaaaa!!!-se queja y la sacude-. ¡¡¡Eso dolió!!!

Lo fulmino con la mirada.

Si se piensa que por venir peinado, con una camiseta blanca limpia transparentándole los tatuajes y unos vaqueros negros planchados va a lograr algún efecto bueno en mí, se equivoca rotundamente.

Mi No definitivo sigue tan firme como me lo planteé por la mañana, cuando decidí que ya me estaba hartando de estos jueguitos suyos.

-Está mejor ese pómulo-le digo-. Te ha bajado mucho el color. Al menos de negro pasó a rosa con algunas partes pequeñas amoratadas.

-¿Te... te parece?-dice tratando de evadir el dolor.

-Sí. Ahora mira para el otro lado-le indico.

-¿Para allá?-pregunta dirigiéndose a la otra pared.

-Perfecto-murmuro.

Y le sacudo la cara de una abofeteada.

Se termina tambaleando hacia el costado. Ajá, ahora El Chico Malo resulta que no puede con el corazón roto de una chica despechada. Que se lo aguante por cabronazo.

-¡¿Y eso por qué?!-se queja. Parece que le van a saltar lágrimas pero las contiene.

Si hasta lo he despeinado.

Intenta reacomodarse un poco el cabello y le respondo mis argumentos. Mis por qué:

-¡Eso va por haberme tenido con el corazón en un puño, todos estos días!

-¡Lo... Lo siento!

Me acerco a él a paso decidido y retrocede con miedo.

Lo intento abofetear nuevamente pero estaba vez reacciona más rápido y me detiene la mano.

-¡Basta!-me suplica-. ¡¿Por qué me golpeas?!

-¡¡¡Por cabrón!!!

-¡¿Eh?!

-¡Me dijiste que me amabas y luego no me respondiste los mensajes! ¡Porque ni siquiera te interesó lo que me pasaba luego de que me tuviste en vela tantos días y tantas noches a la espera de que me digas un maldito "cómo estás"!

BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora