Capitulo 8

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Caminaba de un lado a otro, parecía león enjaulado, estaba desesperado, no contestaba el teléfono, no sabia nada de ella...

- Como es posible que no esté!! - grito furioso Renkotsu, frente a el se encontraba Totosai con la mirada baja, hacia dos horas de que había ido por Rin como normalmente lo hacía, pero la chica nunca apareció, la busco dentro del edificio y nada a los alrededores y nada cuando llamo al señor Renkotsu inmediatamente mando gente a seguir buscando a Rin, trataba de llamarla "El numero que usted marco esta fuera del área de servicio o esta apagado" era lo que sonaba del otro lado de la línea, Totosai se sentía culpable ya que si el hubiera llegado minutos antes nada de eso estaría pasando.

- Señor el joven Miroku esta aquí. - hablo Kaede desde el marco de la puerta.

- Que pase. - Miroku entro, el era un policía, aun que venía de buena familia el era policía.

- Señor Higurashi vine apenas me entere ya que los medios han comenzado a hablar... Tengo a varios oficiales buscando por los alrededores del edificio.

- Muchas gracias joven Miroku.

- intento llamarla? Puede estar con una amiga.

- Si la he llamado varias veces pero no responde, y también llame a Sango y no la ha visto.
- Mm esto esta raro y para poder darla como desaparecida tienen que pasar 48 horas... Seguro que no tiene más amigas?

- Seguro, Sango ha sido su amiga desde que estaba en la secundaria... - siguieron conversando sobre el asunto.

Kagura llego a su casa y veía a gente de aquí para allá, no entendía lo que pasaba, pregunto a una de las muchachas de limpieza que donde se encontraba su madre, ella estaba en su habitación frente al espejo del tocador.

- ¿Que es lo que sucede?

- No lo se hija, creo la chiquilla no aparece.

- ¿Te refieres a Rin? - su madre asintió... Kagura frunció el ceño pues era obvio que su madre no mostraba afecto hacia Rin pero ver que no tenía ninguna reacción al no saber nada de Rin la descolocaba ¿Y si fuese ella quien no apareciera? tuviera la misma reacción?

- ¿Que tanto me ves? - Kagura desvío la mirada.

- ¿Porque no quieres a Rin? - pregunto, durante muchos años vio como la hacía menos, siempre prefería pasar tiempo con ella o con Aome, pero ¿y Rin? Porque era así con ella. Ella no la quería por que su abuelo siempre prefirió a Rin antes que a ella o sus hermanos, pero eso eran celos, pero su madre? Ella que justificación tenía?

- De verdad quieres saber? - Kagura asintió mientras se sentaba en la orilla de la cama, Hitomi se levanto y cerró la puerta, se sentó a un lado de Kagura para comenzar a platicar.

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Rin comenzó a despertar, abrió los ojos pero no podía ver... se dio cuenta que tenía los ojos tapados, trato de mover las manos y piernas pero al parecer estaba atada a una silla, intento gritar pero le fue inútil ya que su boca estaba cubierta con cinta... Sus sollozos se escucharon por el lugar, un hombre se puso frente a ella, Rin no lo veía pero sentía que alguien más se encontraba ahí, el estiro su mano y de un tirón quito la cinta de la boca de Rin quien se quejó.

- ¿Quien... quien.... eres? - apenas si se encendieron sus palabras, estaba temblando de miedo. El sonrió con malicia y se acerco a ella, podía sentir su respiración, tomo sus cabellos y dio un jalón hacia atrás "Tu peor pesadilla" susurro en el odio de Rin, ella tembló abruptamente esa voz tan fría que sentía que le congelaría hasta los huesos, pero una cosa extraña, esa voz se le hacia familiar... Quizás era el miedo que sentía la que la hacía pensar cosas que no eran, quiera a su abuelo, a su nana Kaede.
El hombre camino alrededor de la silla de Rin, ella podía escuchar los pasos que sonaban firmes, el se acerco nuevamente a ella y toco su hombro "Suéltame!" grito con la voz temblorosa, el saco el celular de ella y encendió... 50 llamadas perdidas y 25 mensajes de texto, todos de las mismas tres personas, Renkotsu, Sango y Miroku...
Conecto el móvil a un distorsionador de voz y marco el numero de Renkotsu, quien estaba con los nervio de punta ya tres horas y nada que Rin aparecía. Su móvil sonó vio que era una llamada, la foto de Rin en su pantalla con el nombre de "princesa"

- Es ella! - Miroku y Sango (quien fue ahí al enterarse) se acercaron a el para escuchar -. Rin donde estas? - no sonaba enojado si no preocupado.

- No soy Rin - la voz se escuchaba distorsionada, pero se distinguía que era un hombre.

- ¿Quien eres y que quieres?

- Diez millones. - no dijo mas y colgó.... No era tonto sabia que si duraba más de un minuto podían rastrear el móvil así que lo apago, ya mas tarde volvería a llamar.

- ¿Que... Me... Va hacer? - pregunto Rin sacándolo de sus pensamientos. El no contesto, solo la observaba ella seguía llorando.

- Si no cierras la boca te volveré a poner la cinta - su voz sonaba irritada por escuchar el llanto, Ella trato de tranquilizarse, pero el miedo la invadía, sabia que el quería dinero ya que escucho la llamada.

Miroku se había ido a la comandancia, tras la llamada que Renkotsu recibió ya eso se tomaba como secuestro, tenía que hacer papeleo necesario, mientras Renkotsu buscaba la manera de ocultar el secuestro de su nieta ante los medios de comunicación, Mokotsu llego y fue informado por Souten lo que había ocurrido con Rin el subió molesto a si habitación, su esposa estaba sentada frente al espejo del tocador, el entro y cerró la puerta con fuerza, ella lo miro a través del espejo.

- Por que esa cara "cariño" - el se acerco a ella y la hizo girar tomándola de los hombros con fuerza.

- ¿Que le paso a Rin?

- No se, quizás se fugó o yo que se, la verdad ni me importa.

- Mira Hitomi he sido muy paciente contigo, si le hiciste algo a Rin lo pagaras caro y lo sabes...

- Me crees tan idiota como para hacerle algo a esa mocosa, descuida que yo no he hecho nada contra ella. - el apretó los puños y salio de ahí azotando la puerta, se dirigió hacia el estudio de su padre para hablar con el, Sango estaba con Kaede ambas se encontraban llorando tenían por la vida se Rin.

Renkotsu estaba sentado con las manos en sus sienes se veía realmente afligido.

- ¿Que es lo que pasado?

- Alguien no se quien secuestro a Rin, piden 10 millones, sabes que no cuento con esa cantidad en este momento.

- ¿Porque?

- Por que acabo de invertirlos en aquella empresa que le quite hace años al tal Taisho.

- Pensé que ese asunto ya estaba arreglando.

- No, aun no puedo ponerla a mi nombre.

- Entonces? Dejaras que maten a Rin?

- Claro que no! Antes muerto que dejar que le hagan algo a ella.

- Entiendo, veré cuanto tengo disponible para sacar del banco. - Renkotsu asintió y su hijo salio de ahí...

Rin seguía atada, solo tenía la boca sin cubrir, pero no quería hablar, tenía miedo de lo que le pusieran hacer.... Mas horas pasaron el hombre miro el reloj, 10:00 pm tenía que irse, así que sirvió un vaso con agua y le puso unas cuantas gotas para dormir, sabia que le haría daño a ella solo la haría dormir, se acerco a ella y acerco el vaso para que bebiera, ella se negaba pero el dio un tirón a su cabello ella es quejo y el hizo más que tomar el agua que ya le hacia falta por tanto llorar su garganta estaba seca... minutos después se quedo dormida, el volvió a poner la cinta en su boca, salio de ahí cerrando la puerta con llave.

- ¿Estas seguro de hacer esto? - termino de cerrar la puerta y giro para encontrarse con otro hombre frente a el, no contesto solo paso de largo -. Contesta, Sesshomaru estas seguro de eso? - el peli-plata lo miro de reojo y asintió, Naraku suspiro resignado no había logrado hacerlo cambiar de opinión en meses menos ahora que ya tenía a Rin ahí -. La vigilaré - fue lo único que alcanzó a decir antes de que el peli-plata subiera a su auto y arrancará...

Sed de Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora