Capitulo 40

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Sango se encontraba atada a una silla, por mas esfuerzos que hacía por desatarse era inútil... Renkotsu la miraba de arriba a abajo, su sonrisa siniestra hacía que Sango temiera por su vida.

- Se está agotando mi paciencia... Así que dime DONDE ESTA RIN!

- Ya le dije que no se! - le dio otra bofetada un poco mas fuerte que las anteriores, sangre salio de sus labios, Renkotsu estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que ella hablara, la vio buen y reconoció que estaba muy linda, Sango sintió esa mirada lujuriosa sobre ella.

- Señor mire - el guardaespaldas que se encontraba ahí con el le mostró el celular de Sango, en la sección de contactos, había dos números distintos con el mismo nombre, Rin 1 y Rin 2, Renkotsu frunció el ceño al ver, el numero uno lo conocía, el dos no así que marco el segundo mientras que no apartaba la vista de Sango. 

Rin termino de haber limpiado la casa, no sabia muy bien pero hacia su mejor esfuerzo, subió a la habitación para acomodar su ropa, escucho su celular sonar, vio que era Sango.

- Hola Sango, perdón por no llamarte antes pero es que el móvil se quedo sin batería...- la voz que escucho hizo que se le  borrara la gran sonrisa que tenia en el rostro.

- Hola hija, ¿Ya no te acuerdas de tu padre? - ella trago, se escuchaba muy molesto.

- ¿Que... hace con el celular de Sango?

- Buena pregunta, pues vino a verme ¿No te gustaría que ella fuera tu nueva mama? - su voz era diferente a como la había escuchado antes, la cual le hizo temer por su amiga.

- Por favor no le haga nada.

- No puedo asegurarte nada, es muy linda. Si quieres verla ven por ella. - le dijo donde se encontraba y colgó. 

Rin sintió su corazón latir muy rápido por miedo a lo que le haría su padre a Sango, salio corriendo de la casa, intento llamar a Suikotsu pero no contesto, llamo a Miroku, por fortuna el si contesto.

- ¿Rin?

- Si - se escuchaba agitada.

- ¿Que pasa? - le contó lo que había pasado hace unos momentos --. Voy para haya. 

Ella corría lo mas rápido que sus piernas le permitían, ni siquiera se acordaba de llamar a Sesshomaru o a Naraku, lo único que quería era encontrar a Sango con bien. Cada vez faltaba menos para llegar, Miroku la alcanzo iba en una patrulla y otras dos patrullas mas, le pidió a Rin que subiera para llegar mas rápido, sentía sus manos sudar, sus piernas temblando...

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Sango estaba hecha ovillo en un rincón mientras Renkotsu terminaba de acomodarse el traje, su celular sonó y era Hitomi.

- ¿Que es lo que quieres?

- Hay problemas, unos policías e investigadores llegaron con una orden de arresto una para ti y otra para mi.

- ¿Que?! ¿Donde estas?

- Alcance a salir mientras le hacen preguntas a los empleados, el imbécil de Mokotsu hablo.

- Ese mal hijo, ya me las pagara - se escucharon las sirenas de la ambulancia, colgó --. Nos vamos - anuncio a su guardaespaldas.

- ¿Que hago con la chica?

- Ahí déjala, ya obtuve lo que quería. - tomo una libreta que siempre llevaba con el. 

Apenas la patrulla se detuvo Rin bajo corriendo, seguida de ella Miroku y mas policías con armas, buscaron por todos lados y no había señal de Renkotsu, Rin logro ver a Sango, se acerco a ella, al verla el corazón se le encogió sus ropas rotas, con golpes en el rostro y brazos, se dejo caer de rodillas frente a ella con lágrimas en sus ojos.

Sed de Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora