Bastaron tan solo minutos para que la anciana derramara un poco de la cera sobre mi par de tenis, traía velas en bandeja después terminó el caos y todos a sus puestos.
Empezaban a estallar bombas yo herido por las fuerzas opositoras al profesor Juan Bosch, me eché a andar por la que es hoy calle el conde, rosita la jovencita que amaba no tardó en refugiarse en una papelería de la palo hincado, destapé una barra de chocolate para reponerme.
Pues el trance...
Se escuchó el rompimiento del tragaluz al salir murciélagos por montones de la catedral en Santo Domingo, que pasé desapercibido pese a mi sordera el tic nervioso de mi mano era incontrolable, estaba allí el policía de turno, uniformado en azul comiéndose un pedazo de pan al poco rato comenzó a beber la leche de la cantimplora.
Sus piernas y brazos temblaban de puro frío invernal se había dado cuenta, al mirarse al espejo roto que la barba de varios días le sentaba bien, de improviso aparece un perro realengo con hemorragia profunda al que propina una patada, llevaba consigo al Cristo Redentor ¡perro mal nacido lárgate de aquí! dijo, alguien se acercaba ¿Quién podría ser?.
Un hombre que ni siquiera pudo reconocer por la negruzca y espesa sombra que le ofuscaba, hizo dos disparos al pecho del guardián las balas con sales de plata aún no surtían efecto alguno, cayendo este desde luego al suelo encharcado revoloteándose, la deuda está saldada ya no me debes ni un solo centavo, ¡dile a tu señor que te salve! dijo.
El asesino al intentar emprender la huída se levanta el que fuera muerto, de cuerpo color carbón, extrañas manchas velludas dálmatas, ojos rojos lumínicos y santa maría válgame dios desparecía en la oscuridad susurró, como lobo hambriento pasó a cuchillos con sus puntiagudos colmillos a quien le viere morir, mi mejor amiga se cruzaba de brazos en uno de los bancos del parque colón.
La cuatro ojos de nariz deforme con verruga decía ya como que me empiezas a gustar, yo con pantalón a cuadros y camiseta del pato Donald, el ayuntamiento servía de cárcel para mantener entre cuatro mohosas paredes y barrotes, a los pálidos que verían la claridad del día hasta ocurrir un incendio, el sombrero negro del asesino rodó por la callejuela.
Comienzan a pasar cosas por la mente de una futura esposa justo al momento de besar al... cromo líquido cae sobre papel blanco la sanación del enfermo tendría lugar en la casa del santo cura, una turista española en compañía de una nativa criolla que hacía de guía juraron haber visto al vampiro de la noche naciente, antes de que los agentes del orden se aproximaran.
En el lugar de los hechos conos anaranjados bordeaban una alcantarilla, mordió uno de los carnosos senos de la monja del convento murmuró una señora, una mujer gritó ahí vienen los escarabajos al fin entre tanto enredo, la policía habría de sacar conclusiones en lo que respectaba al ser gótico, niños jugaban a la rotonda.
Uno de ellos golpeaba con una macana la palma de su mano y a la vez la sostuvo, fueron de prisa donde el inglés recién radicado en el país, experto en criminología el único en poseer la mayor cantidad de papiros vampíricos en el mundo, por supuesto reveladores de secretos no les tomó mucho tiempo para darse por enterados de la hipótesis.
Su morada se ubicaba en la calle las damas, las balas de haluros encontradas sin indicios de sangre, habían sido santificadas con agua bendita y uno de los tantos que se hincó para rezar las robó de la iglesia, el presunto homicida no cabría duda alguna afirmó el coleccionista, luego volvió a la vida el occiso.
Transcurrió la década del sesenta y setenta, mi hijo es todo un hombre apenas supe lo que era una patineta hasta que lo vi con mis propios ojos, realizar piruetas en el parque fray montesinos de estar bajo tierra no le hubiese visto crecer.
Escrita por: Remy