SICK

Preocupación anónima

Sentado en el sillón de la casa de Rubius, esperaba pacientemente, mientras que Mangel acomodaba a su amigo en la cama. Tenía una noche fuerte y agitada, y por lo visto, nada le había salido bien. Entiendo perfectamente esa sensación, depresión, angustia, y sobretodo, decepción.

Un corazón roto, palabras mal dichas, mal entendido, todo mal hecho. Mangel no me dio detalles acerca de nada, solamente menciono el quiebre de su relación, pero conociendo a Rubius, y para verlo tan mal, tuvo que haber sido aun más que eso. El ser infiel, el tener una herida de ese tipo, tiene que ser una de las más grandes, la traición, el dolor de saber que la persona que más amabas, te apuñalo por la espalda, ¿Quién lo vería venir? Nadie. 

-Listo - Escuché de repente, Mangel tenía el rostro cansado, afligido, preocupado. - Ya está - Se acostó en el sillón grande, mientras yo estaba en el pequeño, cubrió su rostro con sus brazos, suspirando. - ¿Qué me cuentas?

-Nada - Contesté honesto. - Nada interesante – Y era la verdad, mi vida no daba mayores rodeos que no sea ir y venir de la casa de Frank. - ¿Y...?

-Espera – Me detuvo, se sentó bien, tallo su rostro y mirándome a los ojos, susurró. - Quiero preguntarte una cosa, ¿Irás a la E3?

-Sí - Respondí con naturalidad. - ¿Por qué?

-Solo quería saber, es decir, tú sabes quién estará ahí

Y me quedé callado, una vez más, su presencia, su nombre, era suficientemente abrumador como para dejarme en silencio. ¿Qué le podía decir? ¿Qué no me importaba realmente que él fuera? ¿O qué simplemente... verlo de nuevo no me hará mal?

-Pues... - Mi móvil comenzó a sonar, era Frank, hace un momento hablaba con él por el móvil, me comentó lo de su evento de Black ops, pero nada más. - Espera - Contesté.

-Hola – Dijo él contento, se escuchaban voces de fondo, voces americanas de fondo. - ¿Estás ocupado?

-No - Respondí sonriendo. - Estoy en casa de Rubius, ha tenido un mal día, estoy con Mangel, de hecho - Él solo sonrió, y volvió a acostarse en el sillón. - ¿Dónde estás?

-En el hospital – Me asusté inmediatamente.

-¿Cómo? ¿Estás bien? - Pero él negó con un sonidito, comenzando a reír.

-No te preocupes, estoy bien, he traído a Willy – No sé si esto esté bien, pero al momento de oír eso, me asusté más.

-¿Qué le ocurrió? ¿Está bien? - Pero recibí un silencio molesto de parte suya. - Es decir... ¿Por qué lo llevaste tú?

-Porque estaba solo en la calle cuando le pasó lo que le pasó - Respondió sin dar detalle. - Solo quería llamarte para decirte buenas noches, sé que allá son las... ¿Diez? O algo...

-Espera Frank, ¿Qué le pasó a Willy? - Su atención y la Mangel fueron de inmediato a mí, Mangel me miró confundido, y el silencio de nueva cuenta de Frank, me abrumo un poco.

-Lo acuchillaron, pero está bien – Dijo sin interés. - Te dejo ¿Vale?

-Dile que espero que se recupere – Sin pensarlo. - Por favor

-¡Calla! - Fue sin pensarlo.

-¿Qué te pasa...? - Respuesta y petición, fue sin pensar.

-Perdón... - Sé que no tengo que ser así, sé que a él no le gusta hablar de él.

-¿No quieres decirle? - Su voz, estaba temblando, como si cuestión de amenaza se tratara.

-No quiero, obviamente no quiero hacerlo - Respondió seguro de sí, conocía a Frank, perfectamente, y sabía que, en estos momentos, estaba muriendo de celos. - ¿Por qué te interesa? ¿Puedo saber?