SICK

Dolor que vale

Intentamos siempre luchar por que subsista el amor que hay entre nosotros, pensamos siempre en la otra persona primero que nosotros, dando a entender que si algo le llegara a pasar nos dañaría más a nosotros que a ellos. Pero esto es mentira, por lo menos para mí ahora, siento que todo es mentira.

Encontró el anillo de bodas que había en mi closet, encontró las cartas, los peluches, regalos, lo encontró todo. Y no supe qué decir. En estos días Carlos se ha ido de casa, quedándose de momento en un hotel de Los Ángeles. No hemos terminado, más bien es como una pelea sin sentido, o sin prisa a terminar. Es una lucha constante sin sentido, porque sabemos, que es una contienda perdida. Hemos caído en el primer asalto.

Y he pensado en ir a buscarlo y decirle todo lo que siento, decirle que nunca tuve que haber mentido respecto a lo que sentía "No te amaba, Carlos"  ¿Podré decirle esto mirándolo a los ojos? Lo he visto llorar sin detenerse, lo vi evitarme mientras empacaba sus cosas, viendo mi pasado como el máximo culpable. Nos hemos perdido en el infierno de uno, y ahora no hay nada que poder salvar. Yo lo siento así.

¿Qué tanto tuve que mentir para darme cuenta que esto pasaría? En algún momento, se hartaría, y me diría, lo mucho que odia mi pubertad infinita, mi adolescencia sin rumbo, mis deseos carnales, y mi amor de preparatoria. Un amor indispensable ahora. Me ha costado aceptarlo estos días, me ha costado decir que él tiene razón, que yo también huiría de casa si me enterara de cosas que no debía de saber, si viera a mi pareja hundida por algo que ya pasó, si entendiera que sus fantasmas lo han dominado y lo controlan, su sonrisa está en cautiverio, ya no hay nadie que pueda salvarlo.

Ya no hay nadie que pueda salvarme.

Lo entiendo, pero él tiene que entender que esto me duele, me frustra, me desentiende. No propongo cambiar de parecer, sé cuando he dejado ir a lo más valioso que alguna vez tuve, solamente quiero decir que en algún momento intenté sobrescribir mi pasado. Gran error.

No había lápiz que valiera para dejar ir el dolor, tampoco había derramado suficientes lágrimas para desahogar todo lo que tenía dentro. No tenía suficiente de nada en lo absoluto. Lo quería a él, tenía que dejar de mentirme. Ser honesto siempre cuesta, cuando alguien está de por medio. "¡Haz llorar de la forma en la que te hicieron llorar a ti!" . Nadie puede ser tan inhumano.

Salí de casa, era de noche, me disponía de todas formas a salir a buscar a Carlos, pedirle disculpas, y terminar con todo, de una vez por todas. Pero veo mi coraje como un simple punto negro sumergido en el espacio, sin distinguirlo realmente, sin poder tomarlo. Porque no existe.

Con llaves, dinero, y móvil en el bolsillo, cogí el automóvil para atravesar las calles de Los Ángeles, conducir me des estresaba, y me permitía pensar en paz por un segundo.

"-¡Mira Willy! Esas tortuguitas tío..."

"-¿¡Dónde!?"

"-Allá tío, mira, están caminando por la acera"

"-¡Jo tío! Hay que adoptarlas"

"-¿Qué? ¡No! No podemos tener mascotas en casa Willy"

"-Vegetta tío, que cruel"

Estoy intoxicado.

"-¿Me estás diciendo que te esperé toda la noche para esto?"

"-Tengo algo para ti, claro que no te daría una caja vacía"

"-¿Qué es?"

"-¿Haz pensado... en algún momento de tu vida... casarte conmigo?"