SICK

Agua pasada

ATENCIÓN: Este capítulo puede contener material +18, hombre con hombre.

En estos momentos, nadie puede negarte una cosa.

-¡¿Te parece que es poco lo que siento por ti?!

Las primeras disputas en pareja, siempre serán difíciles de llevar.

-¿¡Qué mierda fue eso de "cuida a Willy, por favor"!?

Y si él no se calma, yo no puedo decir nada.

-¡SOLAMENTE ME PREOCUPÉ Y YA ESTÁ!

Por qué sé que él no me escuchará.

-¿¡Me culpas por estar celoso!?

-¡Nunca dije una cosa así!

-¡YA BASTA!

-¡FRANK...! - Se apartó de mí vista, caminó hacia la puerta de mi casa, corrí directo a él, lo tomé del brazo, queriendo hacer que volteara a verme, se zafó de mí, haciendo movimientos bruscos, queriendo quitarse de mi camino; volteo a verme, me empujaba, mientras que yo lo tomaba de los brazos, y poco a poco...

-¡Samuel...! - Lo retuve entre ellos. - ¡Samuel... idiota!

-Perdóname - Lo abracé, quizá a la fuerza, pero logré que se calmara por un momento. - Perdóname Frank, perdóname...

-Imbécil... - Hundió su rostro en mi pecho, ocultando sus lágrimas en mi camisa, eso fue lo que hizo que me partiera, de nuevo; esta no era la llegada que debería de tener. Lo abracé más fuerte, tenía un nudo en la garganta, y poco a poco, comenzaba a salir.

Mis lágrimas se comenzaban a derramar, por el simple hecho de saber... que este "Perdón", es sincero. Sé que mis palabras tuvieron un distinto contexto, una diferente intención. Una simple preocupación es demasiado simple, sé que tuvo que haber sido de una forma distinta, aquellas palabras que dije, ¿Pero qué hago ahora? Frank está llorando en mis brazos, por algo que sé, fue con total intención. No me malinterpreten, no quiero hacer llorar a nadie, no son mis principales intenciones. Sé lo mucho que cuesta adaptarse al dolor, al sufrir, sé lo mucho que cuesta tener una pareja inestable. Nunca unilateral.

-Intenta creerme... - Susurré, muy a mí pesar, intentado callar aquellos sentimientos que sin yo quererlo, comenzaban a gritar. - Cuando digo que lo he olvidado...

-Cállate - Interrumpió. - Solo... cállate, no quiero pensar en esa posibilidad, porque probablemente, el que salga perdiendo sea yo

Me quedé sin habla, ¿Qué se supone que le tenía que decir? "Tienes razón, has perdido" "Perdóname, soy un idiota" "Sé que estuve más tiempo con él, pero..." ¿Pero qué...? ¿"Qué" exactamente importa?

-¿Te puedo besar? - Susurré, él negó con la cabeza. - Déjame besarte...

-No quiero que me mires, quédate quieto – Lo tomé de los hombros, pegándolo a la pared, lo tomé del rostro seguido de eso, y comencé a besarlo, lentamente. Me tomó de la espalda, con fuerza, sin intentar nada; me seguía el beso. Lo abracé al separarnos, quería y tenía que decirle un millón de cosas. Pero ninguna tenía un valor realmente certero.

Certero.

Realista, cierto, verdadero.

Algo que hace mucho tiempo ya no puedo ofrecer. Probablemente extraño la tormenta que era tenerlo conmigo, la tormenta dependiente, aquél amor insano, enfermo, que nos inunda tanto a él, como a mí. Es el verdadero pesar, es la verdadera carga que gané, ese día. Dañar a la persona que quiero, extrañar a la persona que amo, no poder decidir que hacer, porque ni siquiera yo sé que puedo hacerlo.