Meta 2, matar

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ATENCIÓN: Este capítulo contiene material +18, violación. Se recomienda discreción.

—Te quiero, por favor olvídalo y quédate conmigo, te prometo que te haré feliz, te prometo que haré que olvides todo el dolor... solo... —Sé que no podía contestar a aquello, sabía que no importaba cuantas veces la idea de olvidarlo consumiera mi cabeza, estaba decidido a quitarle su felicidad, ahora lejos de amarlo... siento la terrible necesidad de destruirlo. Venganza, eso era lo que estaba buscando.—¿Tú lo amas?

—No Alex, no lo amo —Respondí, mirándolo a los ojos pude darme cuenta de su miedo. ¿Por qué seguía aquí? ¿Por qué quería permanecer a mi lado pese a yo solo hacerle daño? Me tomó de las manos, bajé la mirada para apreciar aquella escena, sus manos delgadas, pálidas, cálidas... Las mías, en cambio, estaban tan frías y sin pulso, tan muertas. Alex quería hacerme bien, pero yo sabía que no tenía sentido darle alas.

Sabía que el único deseo que había en mi mente era destrozar a ese hombre que me dio todo y alzó hasta el cielo, para después dejarme caer en picada. Rompió mi corazón, romperé el suyo también. Sin embargo... la idea de hacerle daño, la idea de estar tratando tan amablemente a Alex... ¿No es exactamente lo mismo que me hizo él a mí?

—¿Me quieres? —Pregunté, él asintió tembloroso, no importaba qué, sabía que era exactamente lo mismo. No quería tratarlo mal, no a él, no quería quedarme solo, ¡Era exactamente la misma mierda!

—¡No lo hagas joder! —Lo tomé de los hombros para tirarlo de nuevo en la cama, hasta entonces, habíamos estado sentados en ella. —¡Mírame Alex! ¡Mírame bien! ¿¡Qué es lo que quieres de esta persona que está en frente de ti!? ¡Dímelo y te creeré!

—¡Quiero su verdadero ser! —Gritó con lágrimas en los ojos, sujetó mis brazos con fuerza y, sin apartar la mirada, susurró.—Te conozco, sé que no eres así... Sé quién eres Frank

A mi mente, un solo recuerdo venía... Uno en el que estaba Samuel sentado en la banca de un parque, y yo, a su lado, el día era tan soleado y precioso que daba a entender una verdadera buena cita, pero no era así, Samuel estaba decaído de nuevo y yo estaba tratando de hacerlo sonreír. Tomé su mano, lo miré a los ojos, y cuando él sintió el calor de mi mano atravesar la suya me preguntó: "¿Qué es lo que te gusta de mí?"  Y yo respondí... "Tu verdadero yo". ¿Por qué le estaba haciendo esto a Alex? ¿Por qué no podía dejarlo de lado y lastimarlo? Tenía que apartarlo, no quería terminar igual, o peor...

—¡Déjate de bromas! —Metí mi mano en su pantalón y con violencia, lo puse de espaldas. No quería hacer esto, pero tenía que dejarle en claro... la clase de persona que soy.

—¡¡Frank!! —Bajé su pantalón y su bóxer, miré un momento su piel desnuda y un nudo en mi garganta hizo que me detuviera.—¡Deten-! —Metí un dedo con fuerza y escuché un grito ahogado, sus manos se posaron en el colchón e intentaron huir, pero mi mano sujetaba con tanta fuerza su cuello contra el colchón, imposibilitando su movimiento.—¡¡Frank!! ¡Detente por favor! ¡Me estás... lastimando! —Gritaba, pero yo no escuchaba, no podía escuchar. Tenía que ser cruel, esto tuvo que haber hecho él. Tenía que ser cruel conmigo desde un principio para quitarme toda clase de ideas en la cabeza, tenía que gritarme que le daba asco, que le daba... lo que sea.

—Lo siento Alex... de verdad lo siento —Esas palabras se deslizaron de mi boca, sabía que no tenía que hacerlo. Sabía que mi corazón golpeaba tan fuerte porque era incorrecto, sabía que mi garganta dolía y mis lágrimas escurrían por eso, porque es tan buena persona que no lo merece.

¿Eso habrás pensado? ¿Pensaste que era tan buena persona que no me merecía ser tratado mal? ¿Por eso me diste una oportunidad? ¿Pero... por qué mentir por tanto tiempo?

SICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora