ATENCIÓN: Este capítulo contiene +18, chico x chico. Sin embargo está bastante censurado ¡Qué lo disfruten!
Mi vida siempre ha sido un desastre, eso desde el momento en el que lo conocí, es extraño, volver a revivir los momento es como volver a tener años menos, es como si el sentimiento que creció en mi pecho al verlo a la cara volviera a nacer, era tan hermoso, sus ojos, sus labios, su piel, sus ojeras, su voz, su cabello, absolutamente todo de él, se volvió una pequeña y a la larga grande adicción. Una droga que sucumbiría con mi cordura y mis ganas de ser independiente, una metamorfosis, eso fue lo que me provocó. Alguien nuevo, una persona completamente aparte a la mía, mis principios, mis preferencias, mis valores, todo se vio distorsionado cuando lo tuve a él de frente. Fue el destino, fue Dios, fueron los Dioses, fue cupido, fue casualidad, no lo sé, ya no tiene importancia realmente qué fue lo que nos unió, ahora lo único que vive es la realidad que siguió después de rendirme. "Sí, me gusta un hombre", la primera vez que dije eso fue delante de mis padres, delante de Carolina, con mis brazos cruzados y mi cabeza baja, todo era tan extraño. Preguntaban por mi comportamiento, no salía de mi habitación, quería pensar, quería saber que todo esto era un error o una confusión demasiado grande, pero...
—Lo sabíamos - Fue lo dijo mi padre, suspirando de alivio.—Pensé que sería algo más fuerte, ¿Solo es eso?
—¿¡Acaso no escuchaste lo que dije!? ¡Me gusta un hombre!
—Es amor William, no veo absolutamente nada malo
Fue una obra de algún poder más grande que nosotros, el que mi familia me haya aceptado tan rápido, el que por el hecho de amar a alguien de mi mismo sexo no sea tratado como alguien de otra raza o especie, simplemente... me volví libre. Y no pasó mucho para que entre nosotros pudiéramos desmentir todo esta falsa amistad, éramos más que eso. Siempre hemos sido más que eso.
Y ahora después de todo el desastre que he provocado, estar fuera, hacerlo llorar, mirarlo a la cara sabiendo que me iré y que no quiere me vaya, pensar tanto y diciendo tan poco, tener el móvil sonando y sucumbir a las ganas de suplicar perdón, todo eso... en mi mente todo funcionaba a la perfección, en mi mente todo estaba bien conmigo mismo, pero no con él, a su lado... todo era gélido de repente. Sonreía, pero ya no podía reír, sentía en mi atmosfera en casa algo pesado, algo turbio, algo que sin duda... me dejó con ganas de mimar, me dejó con ganas de seguir queriéndolo. Y entonces todo acabó.
Pero lo que bien era un fin terminó siendo el inició de muchas otras cosas, intentar volver a estar construido era patético, no teníamos un mínimo sentido de orientación en la vida después de eso, porque claramente me amaba y yo lo seguía haciendo, la metamorfosis que sufrí... se había destruido, dejando entonces las cenizas de alguien patético, de alguien que ha madurado mintiendo. ¿Eso no es lo que todo el mundo a mi alrededor hacía? Luzu y Lana mintieron muchísimas veces para que yo me sintiera mejor, Luzu decía que Vegetta estaba bien, Lana me apoyaba diciendo que todas las parejas llegan a su fin. Era absurdo escucharlos a ellos decirme algo relacionado a eso, ver a una pareja tan feliz.. Me daba envidia. A pesar de tener a Carlos conmigo en ese momento, no podía sacarme de la cabeza mi verdadera felicidad.
Probablemente eso era lo que llamaban un golpe seco de amor.
Cuando lo volví a encontrar, cuando lo volví a besar, cuando lo volví a abrazar. Todo fue perfecto por el corto momento de ebriedad, un golpe ebrio de amor era eso. ¿Qué más podría esperar de algo entre nosotros? Era amor desmedido al principio, amor loco y estúpido, pero, una vez habíamos perdido todo nos dimos cuenta de que no podíamos seguir así, sin límites en lo que a soportar se refiere, utilizar la palara "soportar" en el amor es como un error directo. Siempre he pensando así, y sin embargo, cuando estaba a su lado eso parecía no importar. Lo único que quería era llegar a casa y encontrarlo ahí, quería mi rutina no se rompiera, estaba a gusto sabiendo que habría alguien para mí siempre que quisiera, pero pensaba de él como un muñeco, un muñeco que estaría conmigo si yo lo necesitaba, un apoyo infinito y un amor que solo era dar. Pero cuando los muñecos llegan a cobrar vida y sienten la necesidad de utilizarla, te das cuenta de que eres un egoísta. Caes, te deprimes... era absolutamente absurdo.
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SICK
Hayran KurguDe repente, a pesar de haber pasado bastante tiempo... sentía que todo ese dolor volvía a mí, sentía que las mismas lágrimas volvían a ser derramadas, veía el pasado como un simple ayer, como unas simples horas. Recuerdo ese día, esa tarde, en la qu...