Lo que la gente espera de sí mismo, es siempre diez veces menos de lo que alguna vez podrá dar o recibir. Así es la vida, así hay que entenderla. Una simple mentira blanca puede acabar con la confianza de una persona, pero en su caso no fue blanca, fue negra y repudia. ¿Qué hay qué hacer? No me siento roto, ni abandonado, me siento ansioso por vengarme. ¿Fui un juguete, Samuel? Esperaría que la respuesta fuera sí, quiero verte arder. Quiero verte pedir perdón, quiero verte pedir que no. ¿Alguna vez me oíste gritar tal y como lo hice a solas en mi habitación? No. Nunca lo hiciste. Ni tú, ni él. Alex, mi pareja, ¿Será bueno mentirte a ti también? No quiero hacer lo mismo pero... lo siento. Decirte que iré a matar a alguien no es algo que deba de mencionar. Después de todo, para ti yo ya estoy bien.
Caminé hacia la estación, había que tomar un tren hacia Barcelona. Un vídeo muy lindo de parte de Willy me dijo que ellos dos ya están viviendo juntos de nuevo, qué maravilla. No podría haber seguido esperando, era demasiado. Demasiado ver su felicidad hacer la mía en pedazos, demasiado sentir que ellos dos están libres de todo pecado o injusticia. No me hagas reír... es momento de poner las cartas sobre la mesa, Samuel de Luque.
Es momento de terminar todo.
Subí en ese tren, todo el camino fue silencioso, mis manos en mis bolsillos, un arma escondida en mi pantalón. ¿Seguridad? Es vía rápida, a nadie le importa que lleves dentro. Más a esta hora, las cinco de la mañana. Estoy intentando dormir, pero la emoción me come. Quiero llegar ya.
Entonces escucho la voz diciendo "Hemos llegado a Barcelona", tan rápido como la oigo bajo del tren, tan pronto como veo todo lo que hay a mi alrededor me doy cuenta de que su casa está demasiado lejos. Utilicé la cuenta de Alex para sacar información, utilicé a Mangel, utilicé a Rubén, los utilicé a todos para saber donde vivían. Al final... absolutamente nada quedó impoluto de nada. Aunque... utilizarlos sin que ellos lo sepan supongo que no cuenta como si ellos hicieran algo mal ¿Cierto...?
En fin, da igual.
Tomé un taxi, cerré mis ojos un momento, qué agonía era esperar ahora. Qué agonía sería entrar a la fuerza.
El taxi se detiene, lo miro, pago, bajo, y sonrío. Qué casa más bonita, qué alrededor más solitario y verde. Perfecto para que nadie escuche nada. Doy unos cuantos pasos, intento pensar en sí ya estarán despiertos... ¿Quién será el que abra la puerta? Mi objetivo es William, Samuel no me interesa lastimarlo en lo más mínimo. ¿Tendré que hacerlo rápido? No... quiero hablar con ellos, quiero saber cuales serán las últimas palabras de William después de hacerlo.
¿Demente? ¿Loco? ¿Tendré algo de ello? Quizá esté más cuerdo que ellos. Intentando aferrarse al pasado, decir que ellos no han hecho nada malo pese haberme engañado. ¿¡Chantaje!? ¿¡Esa es su excusa!? Bien. Utilicemos eso como razón para enloquecer.
¿Verdad? Porque estoy loco.
¿Cierto? Porque ellos se aman.
Entonces no tengo derecho a decir nada, ¿¡Cierto!? ¿¡Es verdad, no!?
Si ese par de idiotas se aman... hay que dejarlos, ¿Engañar está mal? ¡Claro que no! Se aman después de todo. ¿Mentir y usar? ¡Nos amamos! ¡Utilicemos eso como excusa! ¡¡Usemos eso como maldita excusa!!
Camino lentamente hacia la parte trasera, corto la luz. Habrá que hacerlo bien ¿No?
Toco la puerta, me quedo un momento de pie fuera de ella. Sin esperar más, alguien abre, y en cuanto veo quién es la persona que tengo frente sonrío.
—¿Pensaste no vendría? —Le pregunto con mi ferviente rostro, rojizo.—Samuel, estás sin camisa —Y él me mira a los ojos, sin decir nada.—¿Te comió la lengua el gato? Hace no mucho estarías diciéndome "¿Qué haces aquí?" Venga, entra a tu casa
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SICK
FanfictionDe repente, a pesar de haber pasado bastante tiempo... sentía que todo ese dolor volvía a mí, sentía que las mismas lágrimas volvían a ser derramadas, veía el pasado como un simple ayer, como unas simples horas. Recuerdo ese día, esa tarde, en la qu...