C a p í t u l o 2

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-¿Estás lista? -Pregunta Franko antes de que Abbie saliera a dar su pelea.

No era lo más cómodo para ella hacer ésto, pero se desahogaba en si misma.

Siendo una chica débil después de destruir todo a su paso, podían verla cómo una chica fuerte pero no lo era. Temía cada vez antes de subir al ring pero cuando estaba ahí luchando era diferente.

Era otra chica la cuál no temia de si misma, pero si no era así dentro de el ring todos le ganarían y tendría menos dinero del que podría ganar en la pelea. Y más que nada lo que ganaría al perder seriera la humillación de todos.

Ve a su contrincante al frente de ella y cuando suena la campana fue impacata por un gran golpe en el estómago.

Toma aíre para seguir de pie en el ring, fue sólo un golpe.

Toma ventaja y la golpea.

[...]

Cuando Abbie termina de darse una ducha. Al salir Franko le entrega el dinero en que habían quedado de acuerdo, ella le agradece de corazón y recibe el dinero.

Se dirije donde se veía una castaña animada hablando. Luego la mirada pontente e intimidante del castaño se posa bruscamente en ella, lo único que sintio en ese momento, fue temor del chico.

Era cómo si fuese un chico de las películas de terror y viniera a matarla. Al pensarlo se cohibide.

Y queda a distancia de ellos mientras era intimidada por esa mirada, hasta que la voz de su amiga la hace reaccionar.

-Al fin te conozco boxeadora, ¿Abbie, cierto? -Pregunta el chico que mantenía agarrada de la cintura a su amiga y hay es cuando supo que el era el tal Kian de quién tanto hablaba Lucy.

-Hola, un gusto conocerte, Kian -Sonríe amablemente.

Kian, es rubio con unos ojos azules intensos, su piel pálida, una sonrisa encantadora. Pero el era varonil y súper serio a la vez.

Luego su mirada se cruza nuevamente con la del chico de la mirada fria

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Luego su mirada se cruza nuevamente con la del chico de la mirada fria. Ella traga duro.

-Abbie, él es Walter mi mejor amigo -Kian lo presenta.

-Si, hola -Dice friamente el chico y cuando sus manos de unen una corriente fria recorre por el cuerpo de Abbie.

-Un gusto, Walter -Logra soltar después de ser intimidada por segunda vez por el chico llamado Walter.

Walter tiene los ojos verdosos, su cabello castaño alocado pero liso. Su piel era tostada, su sonrisa no la mostraba, solamente se mantenía serio. Ese chico malo que intimida a medio mundo.

Walter quita la mirada de ella para bufar fastidiado

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Walter quita la mirada de ella para bufar fastidiado. Se lamentaba de aceptar la propuesta de su amigo de venir si ba chica no era de su tipo.

Que podría parerse genial por ganar una pelea, y después venir aquí y ser tan inmadura.

Mimada.

Piensa Walter con fastidio.

Abbie juega con su cabello mientras lo incómodo que era estar con ese chico.

Engreído.

Piensa Abbie con fastidio.

Y ahí entre los dos sólo había miradas frias, pero la mayoría eran de parte de Walter.

Podría haber estado con chicas disfrutando la noche.

Al sólo Walter pensarlo, se colocaba más furioso.

Podría haber estado en mi cama descansando mientras la música de los audífonos se abunda en mis oídos.

Abbie piensa mientras se movia de el asiento frustrada.

-¿Están aburridos, chicos? -Pregunta Kian y después de estar todo el tiempo besándose con Lucy sin parar.

Ni lo digas.

Piensa Abbie mientras trataba de no bostezar.

-¿Es que es una broma, Kian?, me trajiste aquí prometiéndome que me divertiria pero estoy aquí mientras miro cómo se besan sin parar con tú novia y traes un chica conmigo que es increída mientras es más estúpida que chica de primer año básico -Dice Walter frustrado.

Abbie entierra las uñas en la mesa pero se mantiene en silencio para no arruinar la cita de su amiga.

-No seas grosero, Walter -Lo silencia Kian furioso.

-Decir la jodida verdad no es ser grosero. Ella no es de mi gusto y lo sabes, Kian. Sabes que odio a las freyitas cómo ella y perdón por dañar tus sentimientos querida freyita pero tú ni me atraes, en total al verte de primera me diste náuseas. Y sin nada más que decir, me largo de aquí -Dicho eso Walter se levanta para irse por la salida.

-Que chico más jodido por dios, nose en que momento acepte tú invitación, Lucy pero sin nada más que decir lamento irme así pero también me largo de aquí -Dice Abbie tratando de no golpear a nadie.

Ese chico la había tratado pesimo y ella nisiquiera le había hecho nada.

Y ahí es cuando Abbie abundadose de pensamientos abre la puerta de la salida anonada que choca con el pecho del chico que la había humillado.

Con la rabia que tenía refunfuño con más rabia. En cambio él lo único que hizo fue reírse.

-Que torpe eres, freyita -Se burla mientras ella se levanta del piso.

-No me llames más "freyita" -Dice Abbie entre dientes.

-¿Quién me obliga?, ¿Tú? -Pregunta Walter mirando a Abbie cómo un bicho raro.

-No pierdo más mi tiempo con estúpidos -Dicho eso al pasar lo empuja y se dirije hacia su casa.

-Que valiente eres al decidirte irte sola en estás calles oscuras -Se burla Walter.

Ella rueda los ojos mientras sigue su camino. No era primera vez que se iba caminando, siempre lo hace.

Siempre se va caminando hacia su casa a solo dormir y mañana todo se volvía la misma rutina.

Odio todo ésto.

Abbie penso con fastidio. Odiaba tener que trabajar juntando su dinero y llegar a dárselos a unas personas que no tienen ni un motivo para trabajar.

Si tan sólo cuando cumplió los 19. La mandaron a trabajar y su universidad no importaba porque no habia dinero para pagarla.

Y siempre había deseado estudiar, tener una familia normal, llegar temprano a casa y que tus padres te esperarán con la merienda.

Pero que era lo que obtenía, sus padrinos furiosos si no les tenía dinero, siempre la regañaban por todo y cuando llegaba a la casa antes de noche, tenía que ordenar todo el chiquero que tenían.

WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora