Capítulo 22

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La mano de Walter en la cintura de Abbie le pesaba y era una gran molestia.

La saca suavemente para no despertarlo y ver que hora es. Da un salto cuándo ve que eran ya las 2:17 p.m de la tarde.

-Mierda -Gruñe para levantarse.

Al suponer Lucy ni siquiera quizo despertarla y habrá visto a su amiga acostada con Walter.

Walter seguía durmiendo cómodamente como si nada hubiera pasado. Pero está vez abraza una almohada y sigue durmiendo.

-Flojo -Susurra Abbie.

Luego va a la cocina a preparar algo pero antes se había colocado la camisa de Walter.

-Que más da, en total no me verá -Dice Abbie caminando a la cocina.

Se pasa a mirar al espejo y internamente se dice que luce sexy y empieza a reír.

-Lose, estoy loca -Niega mientras ríe.

Luego de unos largos minutos pensando que iba a cocinar se decide y termina haciendo algo sencillo.

Papás fritas con huevo.

Walter empieza a buscar a Abbie en la cama pero lo único que cuentra son almohadas. Abre los ojos y bosteza, tenía un dolor de cabeza insoportable.

Pero no duda en levantarse y ir a buscar donde se había metido está freyita. Pero lo notó en un instante tan sólo holer la comida.

-¿Que haces freyita? -Pregunta a la espalda de ella. Ella gira y le sonríe.

-Despertaste bello durmiente -Dice divertida.

-Y con una hambre -Dice tomando asiento.

-Ya está casi listo todo -Dice sacando las papas de el sartén.

-¿Te ayudó?, ya veo que te saltará aceite -Dice Walter y sin que Abbie respondiera le hace a un lado.

-No es primera vez que cocinó-Bufa.

-Okey.

-Imbécil -Dice tomando asiento.

-Pesadez -Se burla.

Abbie no quería sonreír pero tenía una buena vista al trasero de Walter. No lo negaba, agradecía haber dejado que sacará las papas o no estaría disfrutando de esa vista.

-Listo -Dice dejándolas en la mesa.

Abbie no duda en comer al igual que Walter.

-Muy bien, freyita haces el huevo justo como me gusta -Dice burlesco.

-Bueno saberlo.

-Exacto -Dice.

-Ayer estabas demasiado borracho, ¿Donde fuiste a tomar? -Pregunta.

-Ni me acuerdo -Miente.

Sabía que había tomado con Cassie pero después se había ido a un clandestino. Tampoco iba a decirle lo que hace si ni es su obligación.

-No sabías donde estabas pero si sabías llegar aquí -Dice con sarcasmo.

-¿Donde deje mi teléfono ayer? -Pregunta ignorado por lo completó lo que había dicho Abbie.

-Supongo que en tus pantalones o se cayó a la cama.

Walter asiente en silencio mientras pensaba que podía escribirle a Cassie. Ayer si que había metido la pata con nombrar repertinas veces a Abbie.

Después su almuerzo fue en silenció y sólo miradas se cruzaban. Eran incómodo pero no sabían de qué hablar.

-Anda a ver tu teléfono yo lavo la loza -Dice Abbie levantando los platos.

-Después yo los guardo -Dice llevándose.

-Bueno.

Walter va a grandes pasos a su habitación y cuando llega como pensó el teléfono estaba ahí en la cama.

Lo toma, visualiza su hay un cargador para conectarlo y estaba el de Abbie si que lo toma, conecta el teléfono mientras espera que se prenda.

En el mesón había un pequeño cuadró. Estaba dos personas junto a Abbie, ella tenía unos 10 años y por el parecido de esas personas pudo notar que eran los padres de ella.

Por un momento quedó mirando el padre de Abbie, su cara se le hacía familiar pero no sabía de dónde. Lo había visto en una parte.

Pero trataba de recordar y se le hacía imposible. Debió haberlo visto en un almacén cuando era más pequeño.

Eso debió ser.

Walter piensa.

Luego quita sus pensamientos de la cabeza para concentrarse en su teléfono que acababa de encender.

5 llamadas perdidas, 6 mensajes. Y lo más terrible es que eran todos de Cassie.

Danielle;

1) Maldito.

2) Voy a saber quién es Abbie.

3) No quedaré así, eres mío.

4) Mierda, estoy ardiendo de celos.

5) Dile a esa perra que lo último que besará será mierda.

6) Apenas veas esto ven a mi casa. Acuerdate que puedo saber dónde estás.

Walter no duda en llamarla, sus manos temblaban de furia.

-Hasta que apareces, ¿Donde estás? -Pregunta Danielle al borde de la locura.

-Te diré dos cosas. Escucha bien y metetelas en la cabeza, a mi jamás, pero jamás me vengas amenazar y segundo aléjate de Abbie o no vas a querer que tú padre sufra un pequeño accidente. Ya sabes, siempre he tenido tu control y nunca cambiará eso -Dice serio.

Danielle se queda en silenció. Walter le había dado un golpe bajó pero eso no de quería así.

-Acabo de encontrar tu punto débil. Nunca habías discutido conmigo y me habías amenazado por una chica, joder -Ríe está vez.-No te conviene, porque si le pasa algo a mi padre algo el pasará a tu querida Abbie. Ya sé quién es, la pequeña indefensa chica de la cabaña cuándo nos encontró en la habitación. Quién lo diriera después de que la odiabas -Dice burlona.

-Jódete, yo te advertí y si no me haces casa solo enfrenta las consecuencias. No quiero que me llames ni me hables a menos que yo quiera, adiós.

Corta la llamada dejando a la castaña hablar solar.

-¿Pasa algo? -Pregunta Abbie incómoda mirándolo como la furia lo consumía.

-No, tranquila -Suspira.-Tengo que irme hacer algunas cosas -Dice en una mueca.

-Oh, claro que no me molesta anda tranquilo-Dice rascándose la nuca nerviosa.

-Gracias, más tarde nos vemos siempre y cuando quieras salir conmigo -Le guiña el ojo.

-Me avisas a qué hora -Le sonríe.

-Bueno. Adiós freyita -Sonríe de medio lado.

-Adiós inepto -Dice burlona.

Luego de esa escena Walter sigue si camino a la puerta para irse. Tenía que ir a su casa, hoy tenía que recibir a su hermanastro. No le caía ni tan bien, pero tampoco le caía mal, lo mantenía algo distanciado a él.

En cambia Abbie se quedó ordenando y a lo último se quedó en el sillón viendo películas mientras comía cabritas, esperaba la llamada de Walter pero cada vez se anochecía y la posibilidad de que saliera con Walter se hacían nulas.

WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora