Capítulo 41

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Collins cuando bajaron de el auto se acerca a Abbie y coloca en su costilla la pistola mientras la tapaba con la chaqueta de ella. Finge una sonrisa mientras entran a la casa.

-Pobre de ti que des un grito o no dudaré en jalar del gatillo -Dice amenazante.

Ella asiente en silencio. Cuando llegaron al patio el la empuja para que saque de la casa de el perro el cofre mientras la apunta con la pistola.

De verdad es muy astuto.

Piensa ella.

Saca la caja que era como un cofre. Recuerda la última vez que intento abrirla pero no pudo, después logro abrirla pero no iba a decirle la clave a Collins. Sabía que Collins no ganaría esta vez, tenía ya todo planeado.

-Deberás buscar alguien que habrá este tipo de cajas porqué intente muchas veces y no pude. O tú deberías saber, al fin y al cabo eras el mejor amigo de mi padre -Le guiña el ojo.

-No juegues conmigo -Dice entre dientes.-Vamos, igual abriré esa caja sin tu ayuda. Ya hiciste mucho, pero no te mataré hasta que vea que ahí adentro de ella. Puede ser un engaño.

-Como digas -Rueda los ojos y se dirigen al auto. Luego de estar arriba de el auto sin llamar la atención de ninguna sospecha el maneja al lado contrario donde estaba Walter.

-¿A dónde vamos? -Pregunta ella.

-No debe de importarte.

Estaciona el auto para sacar un frasco con un paño. Luego se lo coloca rápidamente en la boca, Abbie primero entra en pánico pero fue quedando dormía.

-Mucho mejor -Sonríe para seguir manejando. Todo el viaje fue silencioso hasta que ya llegaron.

Era un lugar de almacén, incluso era una carnicería común y corriente. Hace señas para que le habrán el portón del estacionamiento.

El joven de unos 24 años, con el cuerpo ejercitado y un abdomen marcado, ojos marrones y pelo rojizo abre sin dificultad el portón. Queda mirando a Abbie quién parecía que dormía, Collins le guiña el ojo y el asiente.

Sabía a que iba, la parte de atrás todo cambia de las expectativas de ser una carnicería. Había un pasillo largo y oscuro. Separado de la carnicería, luego de ese pasillo había una puerta grande y oscura, en la esquina tenía para dejar la huella digital.

Cuando está dentro habían unas esposas cayendo de el techo. Encontró divertido colocar a Abbie ahí, ella quedó con las manos en el aire y de rodillas. Cuándo despertará tendrá un gran dolor de muñecas.

Solo los de la familia podían entrar en ese lugar, nadie más. Le preocupaba porqué Walter conocía muy bien todos los lugares y no dudaría en buscar uno por uno. Pero también sabía que no se arresgaria tan fácil.

Conocía muy bien sus técnicas y que no iba a venir sin armas y que trataría de pasarse de una u otra forma, no entraría a la boca de el pez, pero si lo iba hacer a su manera.

Sabía que tenía muchas técnicas y que tenía mucha mente. Si que toma el teléfono para llamar y saber si lo habían dejado lo bastante mal para que en ves de buscarlo estaría en el hospital.

-¿Como va todo por allá? -Pregunta.

-Quedó sumamente inconsciente, le dejamos unas costillas rotas y demasiados moretones, no creo que querrá volver a menos que primero pase al hospital y no saldrá fácil de allá. Tendrá que estar días hospitalizado, señor.

-Muy bien, me llamas cuando estés aquí en la carnicería, sabes que afuera la cuidan muy bien y pueden hasta dispararles si no los conocen -Advierte.

-Claro. Nos vemos más tarde.

Dos horas después.

Walter trata de moverse pero el dolor era demasiado para levantarse. Queda mirando el techo mientras respira profundamente, hace una mueca de dolor al sentir que no podía respirar bien.

-Hijos de puta, me las pagarán -Susurra. Luego recuerda que Collins se llevo a Abbie y hace un puño en sus manos, golpea el suelo y luego hace otra mueca de dolor.

Con gran dificultad puede lograr sentarse, toca su costillas con dolor. Luego saca el teléfono, llama a Lucy.

-¿A que se debe tu llamado? -Pregunta con fastidió.

-Collins se la llevó, se llevó a Abbie -Descansa un poco, luego vuelvo a retomar la respiración.-Y me golpearon, estoy herido y no creas que eres la única a quién tengo que recurrir, pero necesitó que me ayudes a sanar mis heridas... Joder, te mandó mi ubicación -Dicho eso corta la llamada sin escuchar si su respuesta era un sí o un no. Pero sabía perfectamente que era un sí, ya que lo haría por su mejor amiga.

A la media hora después la ve llegar, su vista ya estaba borrosa, necesitaba agua y la fiebre ya le había subido.

-¡Mierda mira como lo dejarón, Kian! -Exclama Lucy. Kian lo toma para colocarlo en su hombro.

Nota que Walter se queja y cambia de posición. Lo toma de otra forma.

-Le quebraron una costilla los malditos -Dice entre dientes. Walter trataba de hablar me no podía, sus ojos se iban y podía escucharlos hablar de lejos.

-Vamos a casa tengo cosas de medicinas. Mi madre es enfermera y mi abuela igual lo era, nose porqué yo no terminé siéndolo, pero eso no quiere decir que pueda ayudarlo -Dice y el asiente.

Cuando llegan a casa Lucy le ordena a Kian que coloque a Walter en la bañera con agua fría para que la fiebre le baje. Ella fue por unos paños fríos y un botiquín.

Luego vuelve al baño donde se encontraba Kian incado. Ella toma siento alrrededor de la tina y lo mira.

-Sabes que no dudará mucho si no va al hospital a verse las costillas. Y más si va a enfrentar a Collins, puede que sepa lo que le hicieron y lo golpee ahí, sabes en que va a terminar si pasa eso -Advierte ella.

-Lo conozco, no se rendirá y aguantará. Tampoco irá sólo, yo estaré con él. No lo dejaré sólo y debes entender que es mi mejor amigo y como tu estás ayudándo por Abbie yo lo ayudó igual porqué lo quiero y se volvió gran aparte de mi vida. No nos sucederá nada, Walter es inteligente y sabrá lo que hará -Acaricia la mejilla de su chica.

-¿Y si te sucede algo?

Esta vez lo abraza con fuerza.

WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora