Capítulo 12

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N/A: Bueno bueno, en un día como el de hoy, lo que más apetece es leer algo no? Al menos a mí si jajajaja

Seguimos con esta locura de fic

De nuevo gracias a todas las reviews y a todos los que seguís este fic, sea escribiendome o anonimamente

No dudeis en seguir dejando esas reviews que tanto me animan!

A disfrutaaaaaaar!




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- Espera ¿qué? - mi cara expresaba todo el horror que sentía en ese momento.

Mi cuerpo se tensó en cuanto oí esas palabras, una cosa es que me hubiera visto con la prótesis, algo que tampoco fue agradable para mí, y otra verme directamente el muñón en el que acababa mi muslo.

- Castle, por favor, debes confiar en mí - dijo ella acercándose a donde estaba y cogiéndome de las manos.

Pero esta vez, por mucho que me tocara, ni mi cuerpo ni mi mente estaban dispuestos a tranquilizarse.

- Kate yo...no...no puedo - bajé la mirada al suelo, estaba muy incómoda y no era siquiera capaz de mirarla.

- Rose, mírame - lentamente levanté la mirada - sé que esto no es fácil, pero no hay nadie más aquí, estamos tú y yo solas, y yo no me voy a asustar ni a horrorizar si es lo que piensas.

Noté como una gota de sudor resbalaba por mi frente, seguía completamente paralizada, no sabía que decir para salir de ahí, lo único en lo que pensaba era en salir corriendo, aún sabiendo que podría caerme, pero necesitaba huir de ese momento.

- No puedo Kate, no puedo. Será mejor que lo dejemos - dije soltando sus manos, girándome y empezando a andar hacia el vestuario.

- ¿Vas a dejar que tu vergüenza y tu miedo acaben con tu vida? - gritó frustrada.

Me paré donde estaba, pude notar como mis ojos empezaban a humedecerse.

- ¡Rose no voy a permitir que te rindas por esto! - volvió a gritar al ver que yo no reaccionaba - ¡debes luchar por tener tu vida de antes, no puedes dejar que una tontería como esta te impida continuar!

Cerré el puño de mi mano derecha con mucha rabia haciendo que mis dedos se pusieran blancos, sabía que tenía razón, pero eso me superaba.

- ¡No tienes ni puta idea de lo que hablas Kate! - exclamé mientras me giraba y caminaba rápidamente hacia ella - ¡Nunca voy a recuperar mi vida de antes! - las lágrimas empezaron a resbalar por mi cara mientras la miraba a los ojos con toda la rabia del mundo - Por mucho que luche, por mucha vergüenza que pierda, ¡seguiré siendo una puta coja!

Beckett se quedó en silencio aguantándome la mirada. Mi respiración estaba agitada por la rabia del momento.

Beckett frunció el ceño y sin dejarme reaccionar, me cogió por la nuca y me plantó un beso en los labios. Cerré los ojos, dejándome llevar por el tacto de sus labios en los míos. Mi respiración se calmó y Beckett me soltó separando nuestros labios.

- ¿Ya? ¿Se te ha pasado la rabieta de niña consentida? - dijo con tono irónico.

Yo seguía alucinada por lo que acababa de pasar, ¿había sido real o me lo había imaginado?

- ¿Por qué has hecho eso? - pregunté sorprendida.

- Porque era la única manera de cerrarte la boca. Y ahora, te vas a tumbar en esa colchoneta, vas a levantarte la pernera del pantalón, te vas a sacar la prótesis y me vas a dejar enseñarte los ejercicios sin rechistar - dijo de manera autoritaria.

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