Capítulo 61

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N/A: Muy buenas noches lectores!

Espero que os siga gustando como hasta ahora y que sigáis aportandome vuestras ideas en las reviews

También espero leer más reviews, ya que van disminuyendo capítulo a capítulo y eso no mola! Necesito saber quién me lee, me gustaría saber cada una de vuestras opiniones y el porqué seguís leyendo este fic! Ya me entendéis! Y cuantas más haya, más ganas tendré de actualizar rápido =P

He pasado a contestar las reviews por privado, a los que me escribís como guest (aunque adoro que lo hagáis con nick también) daros las gracias por aquí ya que por privado no puedo! MUCHAS GRACIAS POR VUESTRAS PALABRAS Y POR VUESTRO TIEMPO!

Llega la esperada charla, espero que no os decepcione, no quería alargarla más porque se saldría un poco de como ha ido el fic hasta ahora, así que de verdad espero que no os decepcione!

Un besote a todos y...

ENJOY!

Después de acabar el papeleo sobre el caso de los asesinatos cometidos por mi ex novio del instituto Gary y de la violación hacia mi persona, cerramos el caso archivándolo entre miles de carpetas de otros horribles casos resueltos cometidos en Londres que se guardaban en nuestra comisaría, como si fuera un caso más, otro montón de hojas llenas de horripilantes sucesos y recuerdos que permanecerían en nuestras mentes por mucho tiempo, esta vez, por más del que desearíamos.

Cogimos nuestras cosas y decidimos irnos a un lugar más tranquilo para poder hablar en condiciones, aunque realmente no tenía muy claro lo que iba a pasar, me sentía exhausta y dolida.

Cruzamos la puerta del apartamento de Kate. Ella lanzó las llaves sobre la mesa de la entrada y yo me dejé caer en el sofá completamente agotada.

- ¿Quieres una copa de vino? – preguntó Beckett mirándome, estaba de pie en frente de mí.

- Preferiría un café si no te importa – dije llevándome una mano a la cabeza, el terrible dolor aún permanecía, y ahora, después de toda la tensión vivida durante los últimos días, se había acentuado.

- Por supuesto, ahora mismo te lo traigo – dijo acercándose a la cocina.

Recosté mi cabeza en el respaldo del sofá, resoplando sonoramente, intentando sacar por el aire que salía de entre mis labios toda la tensión y frustración que sentía, intentando a la vez aclarar mis ideas. Cerré los ojos notando como la cabeza me daba vueltas y los abrí rápidamente para evitar marearme más.

- ¿Estás bien? – preguntó mirándome desde la cocina.

- Estoy un poco mareada – confesé sentándome un poco más al borde, apoyando mis codos en mi rodilla y en la prótesis, y mi frente en la palma de mis manos.

- Toma, esto te irá bien – dijo ofreciéndome una taza llena de humeante café provocando que alzara mi cabeza y la mirara.

- Gracias – dije cogiéndola – supongo que me está saliendo todo el cansancio de golpe.

- Es normal, han sido dos días muy…ajetreados – se sentó a mi lado.

- Sí, podríamos llamarlos así – llevé la taza hasta mis labios y saboreé el café, notando como bajaba por mi garganta y poco a poco conseguía que el mareo se disipara.

- Quizá deberías tumbarte y dormir un rato – dijo acariciando suavemente mi pierna.

- No, tranquila, estoy bien, tampoco quiero alargar esto más – dije bastante seria.

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