Capítulo 66

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N/A: Muy buenas mis queridos lectores

No sé si aún quedará alguien por aquí, dispuesto a seguir leyendo este descabellado fic.

Me ha costado mucho concentrarme en escribir estas palabras y regalaros algo coherente, espero que el resultado no sea tan malo como pienso, ya que no me convence nada de nada, pero no puedo seguir dejándoos sin nada de esta manera

Quiero acabar este fic, fue mi primer fic y cada vez que yo misma lo leo, lo adoro, no porque sea mío, si no por todo lo que he ido aprendiendo con él.

Os necesito más que nunca, entiendo que las reviews hayan bajado mucho, pero me gustaría saber si seguís ahí, seguir sabiendo que opináis sobre esta historia y donde creéis que va a llevar todo esto, os pido por favor, casi os suplico que me dejéis unas palabras, lo necesito muchísimo, necesito ese empujoncito para seguir con esto, que las palabras vuelvan a mi mente y pueda acabar este fic con sentido y todo el cariño que le tengo!

Os agradezco a los que si os habéis molestado en dejarme unas palabritas, sois los mejores!

Y sin más, no os entretengo más, os pido perdón de nuevo y espero que disfrutéis este capítulo y no os decepcione del todo!

ENJOY!

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Nos pusimos algo de ropa rápidamente, Beckett cogió nuestras armas y me miró.

- Quédate aquí Rose, voy a mirar fuera, toma tu arma – me entregó la pistola y la cogí sin dejar de mirarla a los ojos.

- Kate…

- No digas nada, solo quédate aquí y protégete, seguro que no es nada – sonrió intentando tranquilizarme, aunque sus ojos me decían que también intentaba calmarse a ella misma.

- Te quiero – dije sin más.

- No te despidas Rose, hemos salido de peores ¿recuerdas? – su sonrisa no cesó, esa sonrisa que podía llevarme a un mundo de paz inexistente en ese momento.

- No me despido, solo quería que lo supieras – me acerqué más a ella y la besé suavemente.

- Ahora vuelvo, no te mueves de aquí, y sí, es una orden – me devolvió el beso y salió de la habitación.

Me quedé sentada sobre las sabanas revueltas, notaba como mi corazón marcaba un ritmo acelerado contra mi pecho, mi respiración estaba igual de alterada, haciendo que el sonido desesperado del aire que salía de entre mis labios entreabiertos casi no me dejara oír lo que estaba pasando fuera de mi vista.

Intenté con todas mis fuerzas calmarme un poco, cerré mi boca y mientras el intenso vaivén de mi respiración se enfocaba en salir por mi nariz, agudicé mi sentido del oído para poder escuchar bien los pasos de Kate fuera de nuestra habitación. Sin su tan familiar repiqueteo de tacones era difícil adivinar sus movimientos, pero pude oír perfectamente cómo se encontraba cerca de la puerta, y preguntaba en voz alta al guarda de seguridad si se encontraba fuera de ésta. Esperó unos segundos y no obtuvo respuesta, pude imaginármela perfectamente arqueando su ceja y elevando el arma antes de disponerse a abrir la puerta lentamente.

Después de esos segundos de desconocimiento por mi parte, solo pude llegar a escuchar un gemido de sorpresa saliendo de su boca, un fuerte golpe y lo que parecía ser su arma resbalando por el suelo.

Me levanté precipitadamente, desobedeciendo su orden de quedarme en la habitación y precipité mis pasos hasta el salón, olvidando mi arma sobre la cama por culpa de mi nerviosismo.

Cuando crucé la puerta y llegué corriendo al salón, vi a Beckett yaciendo sobre el suelo inconsciente, y antes de que me diera tiempo a llegar hasta ella, algo me agarró por la espalda, inmovilizándome, noté lo que parecía un pañuelo sobre mi rostro y un olor dulce inundó mis fosas nasales sin poder evitarlo, provocando que todo se oscureciera a mi alrededor y notara mi cuerpo como un peso muerto entre los brazos de un desconocido al que no pude verle la cara.

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