Capítulo 16

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N/A: Muy buenas gente! se acaba el finde así que para compensarlo os traigo un nuevo capitulo!

Espero que os guste!

Si hay algo que sentís que os falta en esta historia, cualquiera critica, sea buena o mala, no dudéis ni un segundo en dejarmelo en las Reviews!

Gracias x seguir este fic y darme vuestras reviews! ayudan muchisimo!

Enjoy!



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Buenas noches Castle, casualmente pasaba por aquí y...- su tono de voz era tremendamente seductor al igual que su mirada - espera un momento - dijo cambiando tanto el tono como su expresión al verme - ¿estás llorando? - se acercó rápidamente a mí, poniendo su mano suavemente sobre mi mejilla.

- Beckett yo...- intenté hablar - pasa -dije dando dos pasos hacia atrás acompañada de Beckett que no sacó su mano de mi mejilla.

Cerró la puerta con el pie sin dejar de mirarme.

Con el dedo pulgar, arrastró suavemente algunas de las lágrimas que recorrían mi cara sin apartar la mirada de mis ojos.

- ¿Qué ocurre Rose? - preguntó con una voz dulce pero preocupada.

- No...no...no es nada Beckett, solo uno de mis tontos bajones, ya sabes, soy un poco inestable a veces - me excusé - ¿Qué haces aquí? - intenté no sonar borde.

- Como me dijiste que no podías salir, quería darte una sorpresa - dijo sonriendo bajando con una caricia su mano hasta mi barbilla - no aguantaba ni un minuto más sin verte Castle - besó mis labios con un dulce y suave beso.

- No quiero que te lo tomes a mal Beckett, pero...creo que ahora no es el mejor momento - dije al separar sus labios de los míos.

Me aparté de ella, girándome, intentando aguantar las ganas de volver a llorar.

- Castle, gírate por favor - dijo de nuevo poniendo esa voz tan sensual que hacía que me volviera loca.

Me giré lentamente mientras mis ojos se abrían de par en par por la visión que tenían delante. Beckett había desatado el cinturón de la gabardina, dejando que resbalara por su cuerpo y cayera al suelo, dejando ver, que como intuía, solo llevaba puesto un sujetador granate de encaje con unas braguitas diminutas a juego.

Mi mente se nubló, no era capaz de pensar, mi cuerpo se dejó llevar por el deseo que esa imagen tan perfecta provocaba en mí. Beckett se acercó provocativa, mordiéndose el labio, haciendo que me derritiera por dentro, notaba como si la temperatura de la habitación hubiera subido de repente.

Cuando llegó a mí, posó su mano en mi nuca entrelazando sus dedos con mi pelo, acercando mi cara a la suya, rozando mis labios con los suyos, los cuales entreabrió, para después acariciar los míos con su lengua, lenta y sensualmente.

No pude controlarme más y ataqué sus labios en un beso desesperado, feroz, lleno de necesidad. Sin separarnos, nuestras lenguas se enzarzaron en una batalla salvaje, llena de pasión y deseo, como si quisiéramos devorarnos mutuamente.

Y entonces mi mente volvió a funcionar, recordé el motivo de mis lágrimas y me separé repentinamente de ella, girándome con la respiración agitada, llevándome una mano a la frente.

- Beckett no puedo, lo siento - dije sin siquiera mirarla - será mejor que te vayas.

- Espera ¿qué? - preguntó confundida con la respiración entrecortada.

- No puedo hacer esto, no puedo seguir, vete por favor - dije aguantándome las ganas de llorar de nuevo - no me lo pongas más difícil Kate - dije mirándola por fin.

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