Capítulo 6

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N/A: Buenas noches people!

Aquí os traigo un nuevo capitulo!

Muchas gracias a todos y cada uno de los que seguís este fic, de verdad, vuestras reviews me ayudan mucho, cualquiera critica constructiva, idea, consejo, etc, es bienvenida y lo agradezco muchisimo!

Gracias sobretodo a Lithet, todo lo que me has escrito yo también lo pienso, pero al estar en primera persona, me cuesta bastante introducir una descripción de si misma y sobretodo los sentimientos de los demás, ya que Rose, no sabe lo que sienten los demás! Sobre el consejo de mostrar más cosas durante los dialogos estoy de acuerdo, intentaré mejorarlo poco a poco! MUCHAS GRACIAS DE VERDAD!

Y bueno no me enroyo más, dejad vuestras reviews, realmente son de mucha ayuda!



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A la mañana siguiente, me desperté, por primera vez, muy animada. Mi madre estaba feliz por mí, era raro en ella que no me preguntara el por qué, pero tampoco iba a ser yo quien le contara que mi felicidad se debía a Kate Beckett.

Cogí mi bolsa de deporte, esa que no había tocado desde antes del "accidente", metí un pantalón de chándal, una camiseta, ropa interior limpia por si sudaba y unas bambas de hacer deporte. Después de tomarme el primer café del día, salí por la puerta tarareando la canción de un anuncio que acababa de escuchar en la televisión. Cogí un taxi y me dirigí a comisaría. Cuando llegué, casi no había nadie, ya que no había caso nuevo importante y era muy pronto. Para mi sorpresa, divisé a Beckett en la sala de descanso delante de la máquina de café. Sonreí como una tonta, no podía remediarlo, se me caía la baba con esa mujer. Me acerqué a la sala y la observé desde la puerta sin decir nada. Estaba tan concentrada con la máquina que ni se enteró de mi presencia. Miré sus manos, y en vez de una, estaba sujetando dos tazas, una era la mía.

- Buenos días Beckett - dije sonriendo.

- Joder Castle, que susto me has pegado, eres más silenciosa que un fantasma - dijo pegando un respingo y girándose hacia mí.

No pude evitar soltar una carcajada.

- Eres la primera persona que me dice eso, normalmente soy muy ruidosa, ya sabes, por mi pierna.

- Quizá estaba demasiado concentrada intentando preparar estos cafés, aún no entiendo muy bien a esta máquina - dijo exasperada cogiendo las tazas.

- Déjame a mí - dije acercándome a ella- nuestro trato era que me entrenabas si yo te preparaba cada mañana uno de mis deliciosos cafés ¿no?

- Tienes razón, toda tuya - dijo apartándose un poco de la máquina para dejarme espacio.

- El truco está en tratarla con amor - Beckett se rió - debes mantener siempre el contacto con ella, dejar que tu mano acaricie suavemente su costado mientras prepara el café - dije

- Castle, te das cuenta de que es una máquina ¿verdad? - dijo divertida.

- 'Au contraire', mi querida detective - dije con voz interesante - tú problema es que la ves como una simple máquina, yo la veo como esa madre que te prepara el desayuno con amor por las mañanas cuando eres niño, ese jefe de bar con una sonrisa que te sirve un café delicioso solo por complacerte para que vuelvas.

- Estás loca ¿lo sabías? - dijo sin parar de reír.

El café terminó de hacerse, abrí el armario de debajo de la cafetera, y cogí mi potecito secreto que contenía el azúcar de vainilla. Lo abrí y le di dos toquecitos encima de cada café para que depositara ese dulce manjar sobre ellos.

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