Capítulo 38

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N/A: Well, well, well mis querid s lectores

Se que vais a pensar que estoy loca subiendo casi siempre un capitulo, de hecho ningun fic que yo siga lo hace, pero yo soy única asi que... :-P

La verdad es que no se cuanto le queda a esta historia, supongo que depende un poco de vuestras reviews y de mi imaginación, pero siempre prefiero acabarlo pronto y bien, que alargarlo y que quede hecho un desastre

La verdad es que últimamente no tengo tanto tiempo de inspiración como quisiera, ya que dentro de un mes me voy a vivir fuera del país y entre mirar todo y los nervios por este gran cambio, las musas me han abandonado un poco

Espero que este capitulo no os decepcione, el anterior fue algo flojo, espero que este os guste más :-)

Muchas gracias por vuestras reviews, muchas gracias por vuestros privados, y muchas gracias a tod@s por leer y seguir esta absoluta locura

ENJOY!



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Cuando por fin llegamos al barrio de Belgravia, a la calle Grosvenor Cres para ser exactos, Beckett y Ryan nos esperaban apoyados en el coche. Aparcamos detrás de ellos y salimos. Beckett alzó la mirada hacia mí, seguía con expresión seria, pero al contrario que ella, y después de mi conversación con Javi que consiguió abrirme un poco los ojos, esbocé una sonrisa. Pasé justo a su lado, ella se incorporó, y choqué mi hombro con el suyo amigablemente, provocando que ella dibujara una tímida sonrisa.

Nos acercamos con paso firme a la puerta de la casa, esta vez, y al ser un barrio más tranquilo, no había reja que nos separara de ella. En el lateral de la puerta se podía ver un gran número 47 dibujado en dos baldosas blancas. La puerta que teníamos delante, rodeada por dos enormes columnas blancas, a juego con las paredes de la fachada, era de robusta madera, de color oscuro. Esposito llamó al timbre, y después de varios intentos, nadie respondió.

Empezaba a impacientarme, era imposible que en esa pedazo de mansión no hubiera ni siquiera alguien del servicio, además me costaba entender cómo un simple banquero como 'Knifes', podía tener tres propiedades de tal magnitud.

Observé los ventanales que se veían desde la calle, diecinueve ventanas exactamente, cuatro de las cuales tenían balcón. De repente, me fijé en una de ellas, viendo como una de las cortinas se movía de golpe escondiendo una sombra.

- Chicos, hay alguien en la casa, acabo de ver como se movía esa cortina de ahí - exclamé señalándola.

- ¿Qué hacemos entonces? - preguntó Ryan.

- Lo que mejor se me da - dijo Esposito justo antes de correr hacia la puerta y tumbarla de una fuerte patada - Hecho - sonrió satisfecho.

Cada uno sacó su arma y nos dispusimos a entrar en la mansión. La entrada era espectacular, las paredes estaban llenas de pinturas y cuadros, y justo en frente de nosotros, dos escalinatas blancas, una que se dirigía a la derecha y otra a la izquierda de la casa.

Los cuatro nos miramos y Esposito hizo un gesto con la cabeza, señalando la derecha.

- Castle, tú y yo iremos hacia la derecha, Ryan y Beckett hacia la izquierda.

- Pero... - dijo Beckett con miedo en sus ojos.

- Kate, tranquila, estaré bien, nos respaldaremos mutuamente - dije para tranquilizarla.

- Vale, pero tened mucho cuidado, por favor - dijo con cara de preocupación pero intentando dibujar una fallida sonrisa.

Asentí con la cabeza, y junto a Esposito, empezamos a subir las escaleras de la parte derecha de la casa.

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