capitulo 5

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Maratón (3/4)


Me seguía besando, no lo podía creer... Terminé de desabrochar su camisa y él se la quitó, arrojándola con desesperación hacía algún de la habitación. Justin desabrochó la correa y yo bajé el cierre de su pantalón, para que él realizara lo mismo que hizo con su camisa. De besar mi boca pasó a besar mi cuello, disfrutaba la sensación, mi piel se erizaba con él
sólo tocarme, comencé a acariciar su musculosa espalda.

—Ma petit, me pones duro —dijo repasando mis curvas con sus manos, sentí su erección y solté un pequeño gemido—

Me estaba volviendo loca con sus labios en mi cuello, dejé de acariciar su espalda para hacer que me mirara. Yo acariciaba sus rasgos faciales, necesitaba una explicación de su repentino interés, necesitaba saber la maldita razón de por qué dejamos de ser felices. Él miraba mis labios, era un momento que siempre iba a recordar, tenía que aprovechar cada momento de ésta noche, ya que no sabía si iba a volver a ser él mismo ser distante con el que vivía. Me acerqué lentamente a su boca hasta unir nuestros labios en un suave beso, que luego se intensificó, él quería más que mi boca y mi cuello.

Desabrochó mi sostén y lo arrojó al suelo, me admiró por un momento y luego repartió besos hacía mi boca, mi cuello, mi pecho, mi estómago hasta llegar a mi cintura. No se tardó en deslizar la poca ropa interior que quedaba en mi cuerpo para arrojarla algún lado de la habitación, miraba mi cuerpo con un inmenso deseo, su mirada se llenaba de lujuria y gruñó cuando deslizo sus dedos dentro de mí, como la primera vez...

Yo gemía y clavaba mi uñas en su espalda, había caído en su tentador juego...
—¡Oh, maldita sea Justin! —dije entrecortadamente— ¡Ya hazme tuya! —exclamé ahogadamente—
—Ya eres mía y siempre lo serás —dijo en mi oído y metió más sus dedos dentro de mí haciendo que un gemido saliera de mi boca— Vamos, grita mi nombre —dijo gruñendo—

Yo estaba muerta en un mar de emociones y de placer, no podía abrir los ojos, él me seguía torturando con sus besos en mi cuello y pecho, nuestras lenguas recorrían la cavidad bucal de cada uno, yo trataba de luchar con mis gemidos, pero no podía.

—¡Vamos Marianne! Grita mi nombre —gruñó— Sé lo que quieres, pídelo —dijo recorriendo mi cuerpo con su otra mano—
—Justin —dije gimiendo— Justin te necesito ya —volví a gemir—
—Dime lo que quieres preciosa, grita mi nombre —dijo para después besarme— ¿Qué quieres de mí? —preguntó gruñendo—
—Te quiero dentro de mí ¡Ya!, hazme el amor como nunca ¡Justin! —grité gimiendo mientras me retorcía en la cama—

Él sonrió y me besó, sacó sus dedos de mi interior y se dedicó a disfrutar de mis labios y yo de sus caricias. Cambié nuestras posiciones, quedando sentada en su musculoso abdomen, yo lo miraba con deseo, mi respiración era entrecortada, lo miré por varios segundos tratando de descifrar en secreto de su mirada. Justin acarició mi cabello lentamente, cerré los ojos ante el tacto, mi respiración se iba calmando lentamente. Me dí cuenta de algo, noté su tatuaje en su cintura: yo tenía el mismo tatuaje pero en la nuca, era el símbolo del infinito entrelazado con un corazón, nos hicimos ese tatuaje el día en qué me pidió matrimonio y dijo: "Nuestro amor por siempre será infinito", toqué mi nuca y cerré los ojos. Luego, sentí la mano de él en mi cara, tocando cada facción de ésta, él posicionó su mano en mi cuello, para acercarme más a él, yo abrí mis ojos y miraba fija y atentamente sus labios y profundos ojos. Me dieron ganas de llorar.

Realmente estaba desorientada, no sabía que pensar y que iba a hacer y no hacer. Ya había caído y no iba a retractarme pero, ¿Qué quería Justin? ¿Era sólo diversión de una noche? ó ¿Todo sería como antes?. No sabía qué pensar, pero de algo estaba más que convencida, tenía que disfrutar ese momento con él.

Estaba a solo unos pocos centímetros de la carnosa e hinchada boca de mi esposo, así que estiré mis piernas entre las de él, quedando ahora encima de él, Justin en ese momento dijo algo que me dejó más que sorprendida y algo que me dio más esperanzas.

—Te Amo —susurró Justin fugazmente en mis labios, para luego comenzar un dulce beso—
¿Estaba soñando? No podía creer todavía todo ese repentino cambio de Justin, al demonio con mi pensamiento y mi corazón. Intentaría arreglar mi relación con él, intentaría que se hombre volviera a ser como antes, ese tierno y amoroso Justin tenía que volver. No me interesaba si salía herida, de nuevo...
Respondí a ese beso con toda la dulzura posible, posicioné mis manos en su cuello y él acariciaba mis caderas. Al final de ese delirante beso mordió mi labio, lo que hizo que me volviera loca, respiré lentamente y me alejé unos centímetros de su boca para mirar su rostro, estábamos callados y mirándonos confusamente, esta vez, yo besé sus labios y me separé de él.

—También te amo —respondí ahogadamente—

Él me miró sin ningún gesto en el rostro, sus ojos no reflejaban ningún sentimiento. Acarició mi cabello detenidamente, abracé su cintura y recosté mi cabeza en su pecho, sólo se oían nuestras respiraciones, repentinamente Justin tomó mi barbilla y me besó, la intensidad del beso se hizo presento y nuestras respiraciones se agitaban nuevamente. Justin inesperadamente cambió nuestras posiciones, quedando yo, debajo de su musculoso cuerpo. Se retiró el bóxer dejando ver su erección, comenzó a besar mi cuello y a apretarme contra él, en ese momento se introdujo en mí y solté un pequeño gemido.

Comenzó con un ritmo lento y suave, seguía devorando mi cuello y mi boca, yo sólo soltaba gemidos y clavaba mis uñas en su espalda, él iba intensificando el ritmo, lo que me hacía gritar de placer, pasaron varios minutos hasta que solté un grito ahogado y Justin seguía moviéndose en mí hasta que llegó y soltó un gruñido, nuestras respiraciones eran muy agitadas, él se recostó en mi pecho cerrando sus ojos, seguía dentro de mí, yo solté un suspiro y acomodé mi cabello, Justin me miró y besó mis labios para luego salir de mí, besó mi frente y se acostó a mi lado mirando el techo. Las palabras que describirían esta noche serían: confusión y sobre todo amor. Todavía no lo creía, había hecho el amor con Justin...

Miré a Justin y su cara de no entenderse a sí mismo había vuelto, no le dí importancia y me levanté de la cama, tomando una sábana para cubrirme, y dirigirme al baño, lavé mi cara y peiné mi cabello. Salí del baño, apagué las luces, para después acurrucarme en el pecho de mi esposo, quién seguía observando el blanco techo de la habitación.

—Buenas noches —dije cerrando los ojos y besando su mejilla—

—Buenas noches —dijo abrazando él, mi cintura—

Había sido una noche impresionante e inolvidable, Justin al fin había demostrado 'afecto' hacía mí; no de la forma más indicada, pero ¿Qué más podría esperar? Quisiera que él se quedara y no se fuera de viaje por un mes, me iba a sentir más sola que nunca, pero tendría que ceder, lentamente cerré mis ojos y el sueño me consumió profundamente.

ME PERDISTE -LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora