-Oh Justin, nunca me dejes -dije sollozando en su pecho, mientras me sujetaba de su camisa- Por favor -imploré nerviosa-
-Ángel, nunca lo haré -dijo con voz suave pero llorosa- Nunca dejaría mi vida -dijo mientras sostenía mi rostro entre sus manos- Nunca -susurró para luego apretar sus labios-
Besó mis labios lentamente, fundiéndose en ellos, devorándolos. Acaricié su nuca y mordí su labio, él jadeó. Me abrazó una vez más, para luego besar mi frente.
-Vamos a la cama -susurró limpiándome las lágrimas-
Yo asentí con la cabeza y me bajé de sus piernas. Él se levantó de suelo y me tendió la mano, la tomé e igualmente me levanté. Me palpitaba la cabeza de lo que me dolía y sentía mareos, hice una mueca de dolor y me tambaleé.
-¿qué tienes? -preguntó él preocupado-
-Me siento mal -dije-
Asintió con la cabeza y me levantó en peso.
-¿qué haces? -pregunté confundida-
-Te llevo a la cama -dijo-
Fue hasta el otro lado de la habitación y me recostó en mi lado de la cama. Crucé mis brazos por encima de la cara.Sentí que tocaba con sus dedos mis piernas mientras descendía su toque, llegó hasta mis sandalias y comenzó a quitármelas, mi piel se erizaba con cada toque que hacía. Las dejó en el suelo y luego me miró, yo hice una seña con la mano y se colocó junto a mí.
-¿qué pasa? -preguntó agachado frente a mí-
Yo me volteé, colocándome de medio lado. Tomé su rostro entre mis manos y con el dedo pulgar comencé a limpiar su boca.
-El lápiz labial rojo no es tu color -dije bromeando, él rió-
En lo que terminé, tomó mi mano y la besó.
-Gracias por el dato madame -dijo pícaro-
-Por nada -dije tímida-Me soltó la mano y se levantó. Dio la vuelta y lo vi salir de la habitación. Qué día tan divino; es maravilloso, simplemente lo que quería, con el malestar que tengo y todo. Pasó un rato y lo vi entrar con un vaso de agua y una pastilla (e igualmente parecía un ángel caído del cielo), se acercó a la cama y se sentó en la orilla.
-Toma -me ordenó-
Yo me recosté en un codo y tomé la pastilla junto con el agua, dejé el vaso en la mesa de noche. Justin me echó un vistazo y luego procedió a quitarse los zapatos. Se levantó y rodeó la cama tirando los zapatos en el suelo, apagó las luces y se acostó en su lado de la cama. Nos arropó con el edredón.
-Ven -dijo abriendo los brazos-
-Quítate la camisa primero -dije tímida-
-¿Por qué? -preguntó confundido-
-Sólo hazlo -dije con una risita-
-Como usted ordene -dijo y se la sacó- Listo. Ahora obedece tú y ven -dijo con el ceño fruncido, sonreí-Me acurruqué en sus brazos y pasé mi mano por sus marcados músculos. Al fin sentía calor humano, al fin él estaba conmigo. Me abrazó por la cintura y me pegó más a él.
-Tienes calentura -susurró-
-No me importa -dije yo-
-Debería -me regañó-
-Cuando estoy contigo nada importa -susurré-
-Lo mismo digo hermosa -dijo alzando mi camisa y acariciando mi cintura, sentí mi piel erizada- Ahora duerme -susurró abrazándome-
Acaricié su brazo y sentí su piel erizada. Con su dedo pulgar acariciaba mi cintura y yo besé su mejilla.
-Me encanta sentir tu piel -dije acariciando su abdomen de arriba a abajo, pausadamente-
-Ma petit, ¿segura que deseas dormir? -preguntó con picardía, yo reí-
-Segura -dije mientras me sonrojaba-
Cambié de posición, colocándome boca abajo, y sosteniéndome con los codos, mientras miraba su hermoso rostro. Curvó media sonrisa en su boca y comenzó a acariciar mi cabello, yo cerré los ojos ante el tacto.
-¿me extrañaste? -preguntó, yo asentí con la cabeza-
-¿me amas mucho? -preguntó, yo volví a asentir-
-¿con todo y mis defectos? ¿con mis gritos exagerados? -volvió a preguntar y asentí con la cabeza mientras sonreía-
-¿te he dicho que eres hermosa? -negué con la cabeza- Pues, no lo eres... Eres la más maravillosa, perfecta y hermosísima mujer que existe, eso eres -dijo y sentí ardor en mis mejillas-
-¿sabes que amo que te sonrojes?-dijo riendo, yo asentí con una risa-
-¿sabes que por ti lo daría todo? -preguntó suavemente, yo negué- Deberías de saberlo porque es la verdad -dijo y abrí los ojos-
-¿enserio? -pregunté sorprendida-
-Muy en serio -me respondió con una sonrisa-
-Yo por ti daría mi vida -dije tímida, él se estremeció- Y también lo digo en serio -contesté acariciando sus labios con mis dedos-
-Me he ganado una mujer muy valiente, eh -dijo orgulloso- Pero... -dijo seriamente- Nunca tendrás que dar tu vida por mí, ¿entendido?
-Entendido -dije mirándolo con nostalgia-
-Nunca había visto tanta sencillez en una mujer tan hermosa -susurró acariciando mi cabello-
-Nunca había oído palabras tan hermosas y halagadoras provenientes de la boca de un hombre loco -dije sonriendo-
-¿He de estar loco? -dijo-
-Claro que sí -respondí-
-No, el día en que me vuelva loco, será el día en que te pierda -contestó con el ceño fruncido-
-Bueno ó sufres de cataratas en los ojos ó siempre estás drogado -dije burlona-
-¿A qué viene eso? -dijo riendo-
-¡A que yo soy la mujer más horrible del mundo! -contesté chillando-
-Claro que no madame, su torpeza con las manos y sus chillidos la hacen perfecta -dijo pícaro-
-Yo no chillo -dije fingiendo enojo-
-Oh, bueno, tal vez usted está sorda entonces -me dijo riéndose-
-Eres un tonto -dije sonrojada-
-Eres una hermosa -fingió mi tono de voz, yo reí-
-Y aparte mentiroso eres -dije burlándome-
Se puso serio y se me quedó mirando. Yo lo miraba confundida... pasó un rato y de repente me tomó de la cintura y se posicionó encima de mí, comencé a reír cómo una loca.
-Déjame -chillé empujándolo inútilmente-
-No -dijo tomando mis manos-
-Por favor -dije en sus labios, él rió-
-No hasta que aceptes que eres una chillona hermosa -respondió burlón-
-Oh no, no lo haré -dije riendo-
-Pues te quedarás así -dijo con una ceja levantada y una sonrisa de victoria-
Me quedé callada por un rato, ¿Enserio Justin, enserio? Ahg, me mordí los labios, él pesaba mucho y me sentía mal.
-Soy una chillona hermosa... -susurré lo más bajo posible-
-¿Qué? -alargó exageradamente-
-Que soy una chillona hermosa -le dije al oído-
-No te oigo -soltó mientras me hacía cosquillas, reí cómo loca-
-¡Qué soy chillonamente hermosa! -grité riéndome-
-Gracias -dijo dándome un pequeño beso en los labios y acostándose en su lado de la cama-
-Eres un tramposo -dije sentándome en su abdomen-
-Tramposo no, realista sí -dijo con una sonrisa de triunfo-
-No es mi realidad -dije encogiéndome de hombros-
-Pero la mía sí, y la de los demás también -frunció el ceño- Pero ya basta, es inútil, nunca lo admitirás ¿cierto? -preguntó y asentí- Igual eres hermosa -dijo orgulloso-
-Cómo digas -dije riendo- tengo pereza -dije acostándome sobre él, colocando la cabeza en su hombro-
-¿estás cómoda? -rió-
-Sí -contesté sonrojada-
Sentí que tomó mis piernas, todavía flexionadas, y las acomodó entre las suyas.
-¿Mejor? -preguntó pícaro-
-Mejor -afirmé con un susurro-
Sentí el contacto de sus fríos dedos con mi cintura, mi piel estuvo erizada en segundos.
-Perdón -dijo retirándolas-
-Tranquilo -dije y las coloqué donde estaban. Nos arropé con el edredón-
Él besó mi hombro repetidas veces y comenzó a acariciar mi espalda con su mano. Yo me pegaba más a su cuello, le hacía cosquillas que respirara allí, oí una pequeña risa de su parte y sonreí. Pasó un rato y estaba medio dormida... pero sentí algo duro pegado a un lado de mi cadera, era una... erección. Oh dios, me sonrojé al extremo, no dije nada; sólo me aguanté la risa y lo abracé. Ay, no aguanté y comencé a reír cómo una loca.
-¿Qué pasa? -pregunto nervioso-
-Nada, nada -le dije riendo y besé sus labios-
Me volví a acomodar en su cuello y me quedé dormida.Abrí los ojos despacio, una luz se colaba por la ventana. Vi el despertador y eran las 07 de la mañana, abrí los ojos de tope y vi a mi alrededor; Justin estaba en su lado de la cama y yo en el mío, pero ¿cómo...? Había dormido más de 12 horas. Me senté en la cama despacio, sin hacer ruido y me restregué la cara. Me levanté y fui al baño.
Lavé mi cara y mis dientes, salí del baño y salí de la habitación caminando en puntitas. Bajé las escaleras y fui a la cocina, me serví una taza de frutas que estaba en la nevera. Me senté en la isla de la cocina y comencé a comer; al terminar dejé la taza en el lavaplatos y me preparé una taza de café. Salí al patio, crucé por el puente, pasé por alrededor de la piscina y llegué hasta el pequeño bohío que se encontraba allí, me senté en uno de los muebles y vi el hermoso amanecer, había frío, pero la combinación con el café era perfecta. Sentía cosquillas en mis pies descalzos por el viento, los acaricié breve mente con el verde césped, mientras el viento chocaba contra mi rostro y movía mis cabellos. Recosté la cabeza en el mueble y cerré los ojos, dejé que el canto de los pájaros se colara en mis oídos mientras disfrutaba de la caricia del viento. Solté un suspiro y dí un sorbo a la taza de café y luego la volví a colocar en la mesa.
Rato después vi a Justin salir de la casa hacia el patio; se quedó un momento parado en el puente tenía semblante serio, lo miré confundida y finalmente siguió caminando y llegó hasta mí.
-Hola -le dije tímida- ¿qué tienes? -pregunté y se sentó en el césped, frente a mí-
Recostó su cabeza en mis piernas y tomó mis manos, estaba sudado. Oí que sollozaba, se me aceleró el corazón.
-¿Qué tienes? -dije preocupada- Justin -lo llamé, pero siguió igual- Óyeme -le dije, tomé su rostro entre mis manos, lágrimas le corrían por el cuello-
Se me cortó la respiración y lo miré preocupada. Tomé su barbilla suavemente y le limpié las lágrimas con la yema de los dedos.
Me levanté de la silla y me senté junto a él. Abrí mis brazos y él se escurrió entre ellos, su cara posaba en mi cuello y seguía llorando; se aferraba a mis brazos. Mi corazón palpitaba desbocadamente y ya estaba al borde de una crisis, pasó un rato y se calmó, todo quedó en un espantoso silencio, me mordí los labios.
-He tenido una pesadilla -comenzó a hablar con voz temblorosa- Soñé que te perdía y no te encontré en la cama, me desesperé. -dio por concluir-
Lo miré sorprendida.
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ME PERDISTE -L
RomansaMe Perdiste. Mi vida es un completo desastre, no le encuentro sentido. Mi estúpido corazón y yo no hemos podido superar a un solo hombre, no creo que voy a tener la libertad que quiero por un buen tiempo...pero yo misma he decidido ser la "esclava"...