Capitulo 25

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Sentí un cosquilleo en mi mejilla e inmediatamente alcé mi hombro derecho, abrí lentamente los ojos y me encontré a Howard mirándome, le sonreí.

-Adiós Marianne, me encantó venir. Te quiero mucho -después me abrazó-
-Qué tierno eres castaño, también te quiero. Puedes venir cuando quieras -le devolví el abrazo-

Se bajó de la cama y ví la hora, 07:00pm. Me senté ágilmente sobre el colchón y el castaño tomó mi mano, jalándome, me levanté de la cama y restregué mis ojos. Me coloqué las sandalias y tomé a Howard en brazos, iba vestido con una bermuda de algodón. Salí de la habitación y bajé las escaleras, Ana esperaba a Howard al pie de la puerta con los bolsos en mano. Bajé al pequeño y me despedí de Ana, finalmente se fueron. Oí el carraspeo de alguien, miles de mariposas invadieron mi estómago y me volteé, Justin estaba sentado en la isla de la cocina con un vaso de whisky entre sus manos, tenía los ojos entornados. Arrastré mis pies lentamente hacia donde estaba él y cuando estuve cerca, jaló mi mano y me posicionó entre sus piernas, tomó mi rostro y lo alzó, todo en cuestión de segundos en los que no pude dejar de mirarlo.

-Ana me había dicho que tenías los ojos llorosos y, si, lloraste -dijo pasando su pulgar por debajo de mis ojos- Tienes marcas amarillas que el maquillaje no tapó. ¿Por qué llorabas? -preguntó moviendo el vaso que tenía en una de sus manos con rítmicos movimientos circulares-
-No es nada, una tontería mía -le dije mientras lo observaba darle un trago a su bebida-
-¿Por qué no te creo? -preguntó con semblante serio- Somos una pareja, no quiero volver al pasado -dijo tensando su mandíbula- quiero escucharte, quiero que me escuches. Que haya comunicación, ¿me entiendes? -preguntó acariciando mi cabello-
-Sí -susurré sorprendida-
-Ahora, ¿me dirás qué te pasaba? -dijo acariciando mis rasgos faciales-
-Ohm, yo estaba un poco sensible -dije tratando de idear algo concreto que decirle-
-¿Sensible por qué? -ojalá un ratón le comiera la lengua y no preguntara más-
-Por el tema del pasado -me removí estando inquieta, una mueca se curvó en mi boca-
-Entiendo -dijo todavía mirándome con ojos entornados- ¿eso es todo?
-Eso es todo -dije para finalizar-
-Bien -dijo y tomó de mi mentón para alzar mi mirada- No quiero que llores más -reí para mis adentros porque eso no pasaría, soy una estúpida sensible-
-Está bien -le dije mirándolo-

Me sacó de entre sus piernas y se bajó del mesón. Me dio un abrazo y sentí su suave espalda desnuda, comencé a acariciarla y él me apretaba contra su cuerpo.

-Me encanta el vestido -me dijo hundiendo su nariz en mi cabello- Vamos -dijo despegándose de mí para luego tomar mi mano-

Se llevó su vaso de whisky en mano y salimos de la cocina, subió las escaleras todavía tomando mi mano, lo seguí y llegamos hasta la puerta de su oficina, la penúltima del corredor. Entramos y había frío, olía a cosas limpias y a limón, el suave color crema daba a la gran habitación calidez. Había una gran biblioteca de libros, muebles azules, su escritorio de madera y una silla negra, había un gran ventanal detrás de él, muy pocas veces había entrado allí. Me jaló hasta su escritorio y se sirvió otro vaso de whisky.

-¿Quieres? -preguntó-
-Creo que sí -susurré-
-¿Crees? -dijo divertido-
-Sólo dámelo -dije y reí-

Me sonrió y sirvió un vaso con pequeños cubos de hielo y whisky, me lo dio. Le dio un trago al suyo y lo dejó en el escritorio. Me tomó de la cintura y me sentó en el escritorio, me reí. Tomó su silla y la rodó hasta él, se sentó frente a mí. La noche estrellada se veía muy hermosa a través de la ventana, la luz de la habitación chocaba contra mi espalda, veía a Justin observándome, sentía un revoloteo en mi cuerpo.

-Pareces un ángel, no sé cómo lo haces -dijo acariciando mi rodilla con su pulgar, hacía círculos rítmica y lentamente-

Reí.

ME PERDISTE -LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora