Capitulo 22

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-¿tanto te gusta? - le pregunté riendo-

-Sí, es genial -dijo con brillo en los ojos-
Me senté en una tumbona y dejé las toallas en la tumbona de al lado, Howard seguía observando todo el jardín.
-Castaño -lo llamé- ven, te aplicaré el protector solar -le dije-

Él se acercó, colocándose frente a mí. Se quitó la franela, tomé la crema, me esparcí un poco en las manos y se la restregué por todo el pecho, repetí la acción por los brazos, cara y espalda. Luego, él se sentó en la otra tumbona y yo me quité el vestido. Lo dejé en el respaldo de la tumbona y me apliqué la crema en el cuerpo, Howard me observaba detenidamente cuando terminé.

-¿qué pasa? -le pregunté con media sonrisa-
-Te pareces a mi mamá -susurró- Es así de bonita como tú.
Me sonrojé ante su comentario.
-Gracias castaño, eres muy dulce -le dije-
-Por nada -me respondió sonriendo-
Rato después, Howard estaba impacientado.
-Vamos Marianne, quiero entrar en la piscina -movió mi mano una vez más-
-Espera un rato castaño, el protector debe secarse -le expliqué otra vez-
-Ya han pasado varios minutos, ya está seco -me dijo con un puchero- Vamos -me jaló-
Reí.
-Está bien, pero si te quemas la piel será tu culpa -le guiñé el ojo-
-Bien -soltó una risita-

Me levanté de la tumbona y me quité los zapatos de tacón alto. Howard se quitó sus cotizas. Los dejé allí y tomé la mano de Howard, caminamos hasta la piscina y yo me metí primero, luego le extendí mis brazos y se lanzó en ellos, ya que era muy bajo para nadar solo. Amarró sus pequeñas piernas en mi cintura y comenzó a reír.

-Me voy a hundir, aguanta la respiración cuando cuente hasta tres, ¿okey? -le dije, asintió con su cabeza- uno, dos y... tres.

Los sujeté bien y me hundí a los pocos segundos volví a salir a la superficie, el castaño extendía sus brazos en el agua y yo lo movía más al fondo, el agua me llegaba por debajo de mis pechos. Estaba realmente deliciosa y el sol no estaba tan fuerte en ése momento. Pasamos algo más de unos veintes minutos nadando y disfrutando del agua entre risas, Howard me contaba como una vez había cantando una canción horrible en su colegio, era muy gracioso.

-Oye, ¿quieres jugar a las escondidas? -preguntó el pequeño-
-Está bien -dije riendo-
Lo puse de pie en el borde de la piscina y luego me salí yo.
-Párate mirando hacia la casa y cuentas hasta 40 -me dijo riendo-
-Bien, apúrate, soy buena jugando -le dije divertida- ¿listo?
-Sí -exclamó-
-Bien -respondí tapándome los ojos- 1, 2, 3, 4, 5, 6, ,7, 8, 9, 10, -oía sus incansables pies corriendo por ahí- 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21... -unos labios me callaron repentinamente y un cosquilleo intenso me revolvió el cuerpo-

Sentí un calor inconfundible, era Justin. Quité las manos de mi cara y envolví su cuello, metió su lengua en mi boca y el cosquilleo en mi pecho se hizo más intenso, gemí en sus labios y deslizó su mano por mis curvas.

-Este traje de baño, -susurró en mi boca, mientras jalaba las tiras de la parte superior hacia arriba, levantando mis pechos- está mucho más inadecuado que el primero -me regañó con voz ronca, sus ojos decían que estaba hambriento de mí- No muestres tanta piel en público, ángel. Tus senos se ven deliciosos -mordió mis labios y soltó las tiras-
-No estoy mostrando nada cariño -le dije seductoramente- además, aquí no hay nadie -le miré con ojos inescrutables, maldito celoso- sólo un pequeño niño jugando a las escondidas -pasé mis manos por su musculoso abdomen, él sonrió-
-Esto, -dijo posando su dedo índice en el medio de mis senos, luego lo deslizó hacia abajo- es inadecuado.
-Cómo sea -dije alborotando su cabello- ¿quieres jugar a las escondidas? -le pregunté con una risa y él sonrió-
-Está bien -dijo mirándome a los ojos- pero, primero hay que hacer algo. -sonrió maliciosamente y fue hasta mi tumbona, tomó el vestido y volvió hasta mí- Póntelo, no quiero follarte frente a un niño -dijo mordiendo su labio y me sonrojé al máximo, lo tomé y me lo puse- mejor, mucho mejor hermosa -dijo y volvió a besarme-
-Busquemos a Howard -le susurré y asintió-

Rodeamos la piscina y antes de pensarlo dos veces empujé a Justin, soltó un quejido, que segundos después fue callado por el agua. Reí animadamente y corrí hasta el bohío.

-Castaño -lo llamé- ¿dónde estás? -pregunté divertida-
Revisé por todo el bohío y no se encontraba dentro de él, busqué por atrás y oí una pequeña risa.
-Me estoy acercando -le dije alargadamente-

A los pocos segundos ví a Justin salir de la piscina, me miró con mala cara, me reí. Se acercaba a mí con grandes zancadas, yo retrocedía con una sonrisa en los labios, de pronto salió corriendo hacia mí mientras sonreía y yo solté un gritito para después echar a correr. Pasé por la parte delantera del bohío cuando sentí que rodeaban mi cintura, dejé de correr y caímos en el césped, enrollados el uno del otro, solté una carcajada.

-Hey -oí repentinamente la voz de Howard- si vuelvo a jugar al escondite con ustedes al menos duermo un rato -dijo saliendo de detrás de un arbusto y los dos reímos-
-Lo siento castaño -dije- Te escondes muy bien -sonreí-

Justin seguía encima de mí, con sus piernas enrolladas entre las mías; me seguía mirando con aire malicioso, una pequeña sonrisa se curvaba en sus labios.

-Gracias -me respondió orgulloso- Iré un momento con nana, ya vengo -dijo corriendo hacia la casa-
-No corras, te puedes caer -le grite cuando iba a lo lejos-
Haberme dejado sola con Justin no había sido bueno. Giré la cabeza lentamente y él me seguía mirando sin decir nada.
-¿qué? -le pregunté riendo-
-Te castigaré preciosa -susurró sensualmente- pero todavía no, ya veré qué te hago en la noche -volvió a hablar

ME PERDISTE -LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora