ME PERDISTE -L

Capitulo 29

-Para mí está bien -dije recostándome en el asiento-

Hubo un incómodo silencio que me hizo querer ver su rostro. Relájate Marianne, respira profundo y piensa en cosas lindas... en él, mejor dicho.

-¿Cómo cuánto tiempo falta exactamente? -dije tratando de calcular el tiempo-
-No sé, una hora más ó menos -dijo pensativo, oh-
-¿Tanto tiempo? ¿Adónde vamos? -pregunté con la intriga fundiéndose en mi estómago-
-Después verás -respondió y denoté la diversión en su voz-

Solté un bufido y coloqué el asiento en forma de 'cama', totalmente improvisada.

Sentí que detuvo el auto un momento. Luego sentí que se movía, sentí su respiración cerca de mi hombro y el roce de sus manos, al poco tiempo sentí que puso una suave manta en mis piernas y una almohada, se enderezó, supongo.
-Ponte cómoda -me acarició el rostro y tomé su mano entre las mías-

Entrelacé mi mano izquierda con su derecha y la apoyé cerca de su pierna. Coloqué el bolso cerca de mis pies, acomodé mi cabeza en la suave almohada y me cubrí con la manta, utilizando la otra mano. Le dí un apretón en el enlace de nuestras manos y me acarició los nudillos, poco a poco cerré los ojos y me relajé. Estiré un poco las piernas y al poco tiempo me sentía adormilada.

-No puedo creer que te conozco desde hace más de seis años -susurré somnolienta-
-Los mejores años de mi vida -afirmó- Todos han sido maravillosos.
'Casi todos', lo corregí mentalmente y me quedé dormida...
Sentí una brisa inesperada revolotearse en mi cabello, arrugué la nariz. Luego sentí unos labios rozándome la piel, dí un respingo y me removí en el asiento.
-Amor -oí en un susurro, era Justin-
-¿Mmm? -le dí a modo de respuesta-
-Ya llegamos -me volvió a susurrar, sentí sus labios en mi mandíbula-
-Tengo sueño -dije soltando una risita-
-Aquí puedes dormir -me dijo besando mis cachetes-
-¿En serio? -dije curiosa-
-Sí.

Lo busqué con las manos y las apoyé en sus hombros, el auto estaba estacionado en no sé dónde, Justin no estaba dentro del auto, me desarropé.

-¿Lista? -preguntó luego de haberme besado-
-Más que lista -le respondí con una sonrisa-

Al poco tiempo sentí sus manos rodeándome, me levantó en peso y me puso en su hombro como un costal de papas.

-¡Oye! Se me ve la ropa interior -dije jalándome el vestido-
Soltó una carcajada, ¿Qué era gracioso?.
-Aquí no hay nadie preciosa -dijo con un tono seductor-
Oh mi dios.
Al poco tiempo me bajó de su hombro, me tambaleé y me agarró de la cintura.
-A la cuenta de 3, te voy a retirar la venda -me dijo al oído y se colocó detrás de mí- Uno, dos y... tres -me la retiró de los ojos y me los restregué con ambas manos-

Abrí los ojos como platos al ver el lugar, no sé donde estábamos... eran inmensos campos verdes, llenos de margaritas y girasoles, estábamos posicionados en una colina, debajo de un gran árbol que se agitaba a merced del viento, habían muchos árboles alrededor, y había una vista muy hermosa de toda la ciudad. Justin me abrazaba de la cintura mientras apoyaba su mandíbula en mi hombro, me temblaron las piernas.

-¿No es hermoso? -preguntó-
-Más que eso, parece irreal -le dije con el corazón en la boca-
-¿Te gusta? -dijo cauto-
-Me encanta -dije recorriendo con la vista todo el lugar, era más que grande-
-Qué bueno -respondió dándome un beso en el cuello, mi piel se erizó-
Me volteé entre sus brazos y lo abracé muy fuerte. Se rió y me besó el cabello.
-Esto es más que hermoso, gracias -le dije y lo besé-
-Todo por ti -dijo acariciando mi cabello-
Volví a invadir su boca y me sujetó firmemente del cuello.
-Deja de hacer eso ó vamos a terminar como los conejos -dijo con un sensual tono de voz y solté una carcajada-
-Será un rotundo 'no' -dije imitando su voz, se rió-
-Si me dices que pensabas podría cambiar a un rotundo 'siempre' -dijo atrayéndome hasta él y volví a reír- ¿Por qué no quieres decirme? -preguntó acariciando mi rostro-
-Estoy esperando un buen momento -dije sonrojándome totalmente apenada-
-Éste es un buen momento -sonrió y negué con la cabeza- ¿Y entonces cuándo? -dijo impacientándose, reí-
-Calma tigre -dije arqueando las cejas-
-Bueno, espero que valga la pena lo que dirás -dijo intrigado-
-También lo espero -dije riendo y me miró ceñudo-
-Dame unos segundos -dijo separándose de mí y caminando al auto-