Diez: borrachas y lloronas

5.4K 421 16
                                    

—¿No querías emborracharte? —preguntó Gabrielle por décima vez pero ella negó por décima vez. Como era de esperarse se arrepintió tan pronto como salieron de su trabajo, Georgiana nunca se había emborrachado y menos a las cuatro y media de la tarde por lo cual declinó la oferta de Gabi y fue a casa para continuar con su rutina pero esta vez sintiéndose miserable, luego volvió a su segundo trabajo y encontró a Gabrielle esperándola en la barra con una sonrisa que honestamente la asustaba.

—¡No voy a beber mientras estoy en el trabajo! —siseo hacia su amiga que solo rodó los ojos y continuó disfrutando de su daiquiri.

—Ya sabes, yo no voy a decir nada de que estás atendiendo mesas medio alcoholizada —Thomas, el idiota barman le dio un guiño y silenciosamente deslizó un vaso de vodka y jugo de frutas por debajo de la barra —Nadie notará que tiene alcohol...

—¡Vamos Thomas! —ella murmuró en medio de el horror y la incredulidad, él se encogió de hombros y empezó a preparar una ronda de bebidas —¿Acaso estás mal de la cabeza?

—Probablemente —dijo él demasiado serio pero Gabrielle tuvo que reír y ella no pudo evitar sonreír —La mitad del tiempo me tambaleo por la fina linea de la borrachera probando todos esos tragos así que ni yo mismo confiaría en mi, pero nadie se da cuenta nunca... De hecho estoy empezando a sentirme mareado —él saco una botella de agua y empezó a beber grandes sorbos, luego se alejó como si nada y comenzó a tomar más órdenes.

—Él tiene un punto, además su trabajo es genial ¡Yo también quiero ser barman! Sólo si puedo estar alcoholizada la mitad del tiempo —ella le dio una sonrisa deslumbrante y Georgiana no pudo hacer otra cosa que rodar los ojos con fastidio porque Gabrielle estaba borracha. Bien, ella no estaría en desventaja así que tomó el vaso que Thomas dejó en la barra y se aseguró de mirar a su alrededor antes de tomarse la mitad y caminar hacia una mesa como si nada hubiese pasado.

La noche siguió y siguió mientras ella bebía vaso tras vaso de jugo de frutas y vodka, Gabrielle quien si era libre de tomar todo lo que quisiera se besaba con un desconocido en la pista de baile y tomaba más daiquiris. Georgiana nunca pensaría en hacer algo así, si la atrapaban perdería su trabajo y ella lo necesitaba pero después de un rato esas preocupaciones tontas desaparecieron y ella se sentía más ligera y más alegre, Zahid Fazeli y todo lo demás desapareció de su mente.

—¡Adivina qué! —Gabrielle apareció en su campo de visión saltando en su mini vestido, se acercó a ella susurrando emocionada —¡Thomas me dio el resto de la botella! Vamos a mi apartamento, Gia.

—Bien, de todas formas ya vamos a cerrar — después de un rato de limpiar las mesas y asegurarse que todo estuviera en orden Georgiana encontró a su amiga (quién estaba más alcoholizada que ella) y la guió hacia la salida, ambas tambaleándose y riendo como tontas. Travis notó el estado de ambas y las detuvo en la salida.

—Hey chicas ¿a donde van? —Gabrielle le dio una sonrisa perezosa y prácticamente se abalanzó sobre él.

—¡Oye gran hombre! Vamos a mi apartamento a seguir con la fiesta ¿quieres unirte? Tal vez tú y yo podamos tener nuestra propia fiesta —ella ronroneo como una gata en celo y Georgiana soltó una risita tonta al ver a Travis realmente considerar la oferta.

—Si, creo que tendré que rechazar esa propuesta por más atractiva que suene ¿Qué tal si las acompaño a casa?

—No, gracias —dijo antes de pensar en lo que iba a decir —Solo cruzaremos la calle.

—Y yo preferiría saber que están seguras —él la estaba mirando de una forma extraña pero ella estaba muy feliz para procesarlo —Vamos Gia, quiero asegurarme que estás segura.

Junto a ti {REESCRIBIENDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora