Veintiséis: Cumpleaños

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Pasaron los días y ciertamente Cheryl fue decayendo cada día más, a Georgiana le partía el alma ver como cada día le costaba más respirar o retener alimentos. Se aliviano un poco cuando la señora Carter se ofreció a ayudarla por lo que Daniel iba en las mañanas a la escuela, en las tardes se quedaba con la señora Carter y por las noches Georgiana iba a buscarlo para que viera a su madre un rato, luego Gabrielle lo buscaba y se quedaban a dormir en el departamento. Travis solía aparecerse sin anunciarse con comida que preparaba su madre o algo que compraba, a veces llevaba a Sam, quién había avanzado mucho en el lenguaje de señas, y se quedaba jugando por horas con Daniel. Normalmente Travis no se quedaba, siempre tenía una excusa para marcharse, Gia sabia que solo le estaba dando espacio pero le dolía cada vez que quería hablar con él o abrazarlo y se recordaba a si misma que no debía.

Zahid había desaparecido totalmente, no sabía en qué momento se había ido pero eso también había dejado un pequeño dolor en su pecho que no se iba sin importar lo mucho que no quisiera pensar en eso.

—Mañana es el cumpleaños de Dani —dijo su madre mientras Gia le acomodaba las almohadas —¿Le harás el pastel que le gusta?

—Yo... No sé la receta, mamá —su madre le dio una pequeña sonrisa y le tomó la mano entre las suyas pálidas y frágiles.

—Tengo todo anotado en un cuaderno... Siempre pensé que te serviría cuando yo no estuviera.

—Mamá —ella aspiró fuertemente y pestañeo muy rápido tratando de evitar soltar lágrimas.

—Está bien querida, es una realidad a la que debemos acostumbrarnos. Yo no estaré con ustedes durante mucho tiempo y de verdad me preocupa tu incapacidad de cocinar —eso hizo que ella soltara una risa en medio de las lágrimas, se sentía extraño hablar de esto —Prometeme que practicaras.

—Cada día —ella limpió las lágrimas de sus mejillas y le sonrió a su madre —No sé que voy a hacer sin ti —admitió llorando otra vez.

—Lo harás de maravillas, como todo lo que haces, Georgiana —su madre se estiró un poco y tocó su mejilla limpiando un poco de sus lágrimas —sé que te estoy pidiendo mucho pero no me imagino dejar a Daniel con otra persona porque nadie lo va a amar con la misma fuerza que tú.

—Yo no permitiría que alguien más lo tuviera —su madre sonrió un poco y le apretó la mano.

—Dime que es lo que te pasa con Travis —ella abrió mucho los ojos —No pongas esa cara que aún puedo ver como lo ignoras cada vez que viene y como él sale prácticamente corriendo de aquí. También puedo ver como te mira, querida, y como lo miras tú a él.

—¿Cómo?

—Como si se necesitaran más que al mismísimo aire para existir, se dan esas miradas que dicen tantas cosas y cargan con tantos sentimientos. No es sano reprimir todo eso, hija ¿Por qué le huyes? —Georgiana jugó con sus dedos sin saber si responder o no, al final se rindió y lo dijo.

—Merece algo mejor... Es un hombre maravilloso, de verdad, y no merece algo menos que lo mejor. Una chica que lo haga feliz y que no tenga tantas complicaciones en su vida —su madre le tomó la barbilla y la alzó para que la mirara a los ojos, estaba molesta.

—¿Quién dice que no lo tiene? No me has dicho nada pero sé qué hay sentimientos muy fuertes ahí, puedo verlo. Ciertamente ambos merecen mejores condiciones pero no las hay, es la vida y es como es, solo tienes que verle el lado bueno. Ambos son jóvenes y han tenido experiencias amargas, pero justo eso es lo que hará que su relación dure, querida, porque saben cómo apoyarse y confiar en ustedes. Debes olvidarte de ese miedo, Gia, porque lo necesitas y él a ti... Y sé que aunque yo no esté, él si estará aquí amándote cada día —ella sonrió de una forma que la desarmó por completo —Siempre hay algo bueno ¿ves?

Junto a ti {REESCRIBIENDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora