«"Salí de ese infierno, para volver a entrar en él", diario de Merche, un año después de la oscuridad».
Camino directo a la oficina central de la policía. Mi cabello castaño se mueve mientras lo hago, se puede escuchar el teclear de una de las computadoras y doy tres golpecitos a aquella puerta para que mi jefe me dé el paso a la entrada.
—Adelante. —Oigo su permiso y me dispongo a pasar.
Puedo ver en una de las sillas a mi compañero William esperando a mi llegada.
—Siéntate Mercedes, de lo que voy a hablar es algo delicado. —El jefe parece nervioso y William también.
Además, ¿desde cuándo me llama por mi nombre?
—Sí —respondo y me siento al lado de mi compañero.
—He de preguntarte algo, pero estás en todo tu derecho de negarte si no quieres. Si es así, buscaré a otra persona.
¿Negarme? ¿Negarme a qué?
—No entiendo, jamás me he negado a un trabajo, señor. —Esto es ilógico.
—Es que lo que te voy a pedir, no es un trabajo normal. Viene de una orden superior. Sin embargo, no obligamos a nadie a hacer este trabajo y siendo tú... menos. —Me siento discriminada, aunque..., ¿por qué tantas vueltas? ¿A dónde quiere llegar?—. Hubiera preferido otra persona, porque no pueden involucrarse las emociones y sé que tú no eres de ese tipo, pero...
—¿Es un trabajo de infiltración? Si es de ese tipo, ya lo he hecho antes ¿Cuál es el problema? —lo interrumpo, me está confundiendo—. Si me permite el atrevimiento, vaya al punto y no dé más vueltas.
—Es delicado —intercede William—. No quiere hacerte sentir mal —me explica.
—No hay nada que me haga sentir mal. —Lo miro a sus ojos oscuros—. Tú me conoces, sabes que soy fría, no hay nada por lo que pueda temer.
No, ya no, ya no tengo miedo a nada, ya no soy esa "gatita".
Mi jefe suspira.
—Esto es difícil. —Me mira con compasión, lástima, no logro distinguirlo—. Es sobre la red de trata, aquella, en la que estuviste.
Mi corazón se paraliza, hace un año que no escuchaba esas palabras, hace un año que escape de ese infierno.
«"Acorralada, estaba acorralada, cuando aquel hombre decidió usar mi cuerpo como objeto. Lloraba y nadie venía a ayudarme, rogaba, pero él seguía manoseándome", diario de Merche, uno de esos días fatídicos».
Recuerdo que estaba a punto de terminar de estudiar la carrera policial, aún no podía ejercer y no tenía experiencia. Cuando salí de la Universidad, me interceptó una camioneta. Aunque ese horrible día no estaba sola, me encontraba con mi hermana.
Me levanto de la silla de la oficina, sintiéndome mareada. No es normal sentirme así, sin embargo, recordarlo me enferma. Soy buena en mi área de trabajo, todos me lo dicen, pero esto me supera.
—¿Estás bien? —Se levanta William a ayudarme. Aunque se detiene al tocarme—. Lo siento, no quise... —Se preocupa pensando que hizo un gesto indebido hacia mi persona.
Sin embargo, ningún gesto indebido sobre mi cuerpo me afecta. A lo único que temo es... convertirme en mi antiguo yo.
Aquella gatita que rogaba por compasión, por algo de humanidad, amabilidad. No siento nada al ser tocada, porque me quitaron aquella dignidad que me quedaba, la destruyeron y solo me quedó una cosa. El odio.
—Quiero... —Levanto la cabeza y miro a mi jefe—. Voy a hacerlo ¿Cuál es el plan?
«"Juro que no seré pisoteada nunca más", diario de Merche, el día del escape».
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Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)
БоевикLuego de haber sufrido un infierno, en aquel lugar oscuro y logrado escapar de la prostitución, gracias a la ayuda de un desconocido, Mercedes, conocida como Merche, ha crecido con una sola idea en la cabeza, atrapar a los culpables. Ahora, siendo o...