Eiden
Seguimos navegando con Russel, un montón de tiempo. Tanto, que ya tenemos mucha conversación, que me está pudriendo. Voy a matar a alguien, si no encuentro ese maldito yate.
—¡Eiden! —de repente grita el morocho y señala una isla.
—¿Qué ocurre? —Me acerco a la cabina de mando.
—Mira. —Sonríe y señala un barco negro en el muelle de allí.
"Oscuro" tiene la marca. ¡Sí! Es el yate.
—Acércate —le indico.
Detiene el vehículo de agua despacio, pero mientras nos acercamos, nos damos cuenta que aquel otro, está vacío.
—Seguro están en el centro de la isla —acota Russel—. Hay un pequeño pueblo ahí. Puedes... —No termino de escucharlo, que yo ya me bajé al muelle—. ¡Avísame cuando estés por regresar! —me grita y le hago una seña de que le entendí.
Corro, alejándome del puerto, y voy por un camino de pasto, hasta llegar a mi destino. Un lugar con varias pequeñas casitas, vida silvestre y personas caminando tranquilamente. Comienzo mi búsqueda, saco la foto que tengo de Merche en el bolsillo y lo primero que hago es preguntar. Todo una tarde en vano gastada, nadie la vio, ni a Clow y tampoco he visualizado ningún guardia o alguno de sus empleados. Es obvio que están aquí, ¿pero en dónde?
Llega la noche y visito el único bar del pueblo. Pido una cerveza y suspiro mientras me la tomo. Debo seguir buscando, sin embargo, no tengo idea dónde. Nada, ni una pista.
Mi celular suena y atiendo rápido.
—Hola, hermanito. —Oigo la voz de Clow y me enfurezco.
—¡¡Maldito hijo de puta!! ¡¿Dónde estás?! —grito saliendo de mis cabales.
Él se ríe del otro lado de la línea.
—Que yo sepa, el único hijo de una prostituta eres tú.
—Vete al infierno —digo presionando los dientes—. ¿Dónde estás? —repito con odio.
—He seguido todos tus movimientos desde que llegaste. Te llamo porque quiero hacerle una sorpresa a la Gatita y tú estás incluido en ella o mejor dicho, tu cadáver está incluido en ella.
—Cuando te encuentre, te voy a descuartizar.
—Pues ven, te estoy esperando. Recuerda, es una trampa. —Se ríe y me corta.
¡¿Pero qué rayos?! Maldito desgraciado. Miro el celular y suena otra vez, pero en esta ocasión es un mensaje.
Clow me envió la dirección.
"Recuerda, es una trampa".
—A la mierda, no me importa. —Dejo el dinero sobre la barra y salgo del bar enseguida.
Mientras camino por la vereda preparo mi Arcus, la pistola que siempre me acompaña en todas estas terribles situaciones. Puede que vaya directo a mi muerte, pero es la única opción que tengo. El pueblo se ve muy oscuro en la noche, como la oscuridad en la que siento que se llena mi alma.
Llego a la dirección, una casa enorme, pero aislada. ¿Cómo no lo pensé? Era obvio. Miro el auto negro con vidrios polarizados, vinieron en ese vehículo, nadie los pudo ver de esa manera. Me paro sobre la reja y esta se abre, automáticamente.
Me está esperando.
"Es una trampa", mi mente repite. Y lo sé.
Camino por el camino de pasto y me adentro a la enorme mansión, la cual un guardia me abre la puerta principal. Me saluda y entro. Voy con cautela, me guía por los pasillos llenos de lujo y me acompaña hasta la sala central, para luego retirarse.
Clow aparece sentado en un sillón con un revolver entre sus dedos.
—Hola, hermanito. —Sonríe y se levanta.
—¿Dónde está, Merche? —digo y de repente ambos nos estamos apuntando con nuestras armas.
—Qué agresivo. —Se ríe—. Estás cambiado, ¿fue la cárcel?
—Fue este mundo de mierda. ¿Dónde está, Merche? —repito.
—Durmiendo, aunque como es una gatita, no creo que sea cierto —se burla.
Solo quiero asesinarlo.
—Deja tus juegos, Clow. ¿Qué planeas?
—Primero, era matarte, pero antes quiero jugar. —Me doy cuenta, tiene algo en su otra mano—. ¡Toma! —Lo tira y explota.
Es algún tipo de tóxico. Comienzo a toser, hay mucho humo. Cuando me percato de su propio movimiento, no logro esquivarlo, me golpea y caigo al suelo.
—¡Cobarde! —le grito aun sintiendo la asfixia en mi garganta por la sustancia que me lanzó. Sigo tosiendo, siento como me empiezo a marear y mi vista comienza a verse borrosa, es como más oscuro que la noche—. Clow... —digo con mi último aliento, mis ojos se cierran y termino por desmayarme.
Maldita trampa.
~~~
Abro los ojos estando aturdido, noto que mis manos están atadas a una columna, pero estoy sentado. Es una habitación cerrada, no hay nada más que una ventana enorme, que no tiene manija para abrir y una puerta con candado a un costado.
Levanto la vista algo cansado, por aún sentir el tóxico en mi organismo, pero mis ojos se abren en grande cuando la veo, corre cuando me visualiza.
Merche, está del otro lado del vidrio.
Mi corazón se acelera, puedo observar como su vientre está crecido, mi hijo o hija está allí también.
Visualizo como Clow viene detrás. Maldición y yo estoy aquí atado. No puedo oír de lo que hablan, el vidrio debe ser antisonido. Él la agarra de la cintura y la obliga a besarlo. La furia se apodera de mí.
—¡Clow, maldito desgraciado! —Tironeo de las sogas y me lastimo—. ¡Agh! —Debí haber hecho algún plan, en vez de comportarme como idiota y caer en su trampa. ¡Lo voy a asesinar! ¡Lo voy a matar!—. ¡Te destruiré, malnacido!
Forcejeo aunque no tiene sentido. Y eso que la piel de mis muñecas ya se ha cortado. Respiro agitado.
Veo como se separa de ella, camina hasta un intercomunicador y presiona un botón, sonriendo con malicia.
—Vamos a jugar, hermanito.
ESTÁS LEYENDO
Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)
AçãoLuego de haber sufrido un infierno, en aquel lugar oscuro y logrado escapar de la prostitución, gracias a la ayuda de un desconocido, Mercedes, conocida como Merche, ha crecido con una sola idea en la cabeza, atrapar a los culpables. Ahora, siendo o...