Merche
No sé qué ocurre, desde el golpe un dolor inmenso se apoderó de mí, pero es obvio que estoy en trabajo de parto, siento las contracciones que son intensas. Dicen que hay que medir el tiempo de estas, pero la verdad no puedo controlar nada en este mismo momento. Tengo mucho calor, no me siento bien, noto como sigo chorreando sangre. Empiezo a pensar que es una hemorragia y mi cuerpo se encuentra completamente débil. No estoy reaccionando como es debido. Tengo la sensación de que no estoy realmente soportando la situación.
Siento un pinchazo cuando Eiden me levanta y bajamos de la camioneta, corre hasta dentro de un hospital.
—¡Rápido, es una emergencia! —grita y unos médicos se acercan.
Me apoyan en una camilla que se empieza a desplazar, mis ojos buscan a Eiden hasta que lo encuentro y agarro su mano.
—Todo está bien, estoy aquí. —Logro escuchar aún mareada.
Continúa la circulación de gente, que me pone nerviosa. Una mujer con bata me mira, mientras acompaña en el camino de la camilla. Hace movimientos con su mano. Luego levanta la vista y le habla a otro doctor.
—La reacción es buena, pero hay mucha pérdida de sangre. —Vuelve a observarme—. Hola, linda, soy la que será tu partera, mi nombre es Ester, pero necesito tu ayuda, haz un esfuerzo y dime qué sientes.
—Mareos. —Me toco el vientre al sentir una punzada—. Dolor.
—¿Te duele allí? —Toca la zona que fue más afectada por el golpe—. ¿Sientes contracciones?
—Sí.
—¿Son muchas, no? —Asiento apenas pregunta—. Inspira y espira, tranquila —me aconseja y es lo que hago—. ¿Sientes ganas de pujar?
—Un poco. —No puedo distinguirlo realmente, pero todo se me está revolviendo ahí abajo, y entre el dolor, con el movimiento de mis músculos, puedo percibir lo que me está preguntando la doctora.
Al fin llegamos a la sala de partos, me apoyan sobre una cama más amplia y terminan por quitarme el short, junto con la bombacha, que están manchados de sangre. Y la verdad voy a decirlo, no siento absolutamente nada de pudor. Ester termina revisándome, haciendo un tacto vaginal, para asegurarse de mi dilatación.
—Huy, linda, ya estás bastante adelantada, vamos apresurando el paso. —Pienso que está doctora está chiflada o algo así. ¡¿Qué más quiere que haga?!—. No vamos a poder poner anestesia epidural con lo mareada que te encuentras por la pérdida de sangre, pero vas a tener que hacer tu esfuercito.
Sí, definitivamente, esta mujer está loca.
Una nueva contracción fuerte aparece y me agarro la barriga con fuerza.
—Mierda. —Siento el dolor punzante.
—Inspira, espira, inspira, espira —repite y lo tararea. No sé si los horribles pinchazos de mi panza me va a matar o su terrible canto.
De repente, una sensación de agonía se apodera de mí. ¿Y si Danaya no está bien? Me he concentrado tanto en el dolor, evitando pensar en ello, que ahora mi respiración se agita. Maldición, concéntrate, inspira, espira.
Debo sacar estos pensamientos malos.
Regreso a sentir la mano de Eiden que vuelve a tocar la mía. Nuestras miradas se conectan y me tranquilizo.
Lástima que me corta el rollo la contracción.
—Ay —lanzo un chillido adolorido.
Entre el dolor, una nueva contracción y el "inspira, espira" fatigante de la doctora, un siguiente pujo espontáneo aparece. Aunque este termina por sacarme el mareo por completo y grito.
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Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)
Hành độngLuego de haber sufrido un infierno, en aquel lugar oscuro y logrado escapar de la prostitución, gracias a la ayuda de un desconocido, Mercedes, conocida como Merche, ha crecido con una sola idea en la cabeza, atrapar a los culpables. Ahora, siendo o...