Eiden
Me he excedido, noto la sangre en mis nudillos, pero no es la mía, lo golpeé demasiado. La desesperación y las pistas falsas me han llevado a ello, otra vez. No puedo parar, estoy en un círculo vicioso, en el que no me puedo detener. Lo maté, está muerto, puede que no era una buena persona, pero yo me deshice de este como con los otros. Cuando la policía me atrape, mi condena no tendrá límites, aunque antes debo encontrarla.
Dos meses, han pasado dos malditos meses y aún no sé dónde está Infierno. Me fugué de la cárcel con la ayuda de los contactos de Edgard, que él tiene con la mafia de la droga. Aparte de buscar a Merche, trabajo para ellos, si no lo hiciera me entregarían. Es increíble como la corrupción y la injusticia crece en desmedida, sin embargo, ahora lo único que me importa, es localizar el paradero de mi amada, y si lo veo a Clow, córtalo en pedacitos al desgraciado. Su cara no va a ser lo único que quiero destruirle, solo de pensar que le haga daño, me pone furioso.
Pateo al muerto, estoy perdiendo la cordura. Respiro agitado, suspiro, me tranquilizo, para luego agarrar mi celular y marcar un número.
Un tono, dos...
—Hola, Luke, lo hice de nuevo —le indico, frustrado.
—¡¿Otra vez, Eiden?! Detente, esto va a terminar mal. —Oigo su tono de preocupación.
—No me digas lo que tengo que hacer —exclamo enojado—. Lo hecho, hecho está y punto. Solo ayúdame con el cuerpo.
—Suenas a Hermes.
—¡El desgraciado de Hermes se encuentra desaparecido, ni me lo nombres! —grito furioso, si él apareciera tranquilamente podría saber dónde está Infierno y acabar con este delirio.
Termino de hablar con mi amigo, salgo del lugar, me pongo los lentes de sol y subo a mi motocicleta. Reviso que no haya policías, ni algún movimiento sospechoso y me dirijo a atender los negocios de la mafia de la droga.
Llego a un antro de mala muerte, luego detengo la moto en un lugar donde pueda montarme rápido. Tengo que apresurarme y continuar con las pistas, pero si no atiendo esto, mi estado de prófugo va a convertirse en estado de preso. Me acerco a la barra y pregunto por el comprador. Me envían al fondo, entonces paso por una puerta oculta.
—¿Vienes de parte de Neill? —cuestiona por el nombre que se utiliza para llamar a cualquier jefe de la droga.
—Sí, traigo la muestra —le aviso y le tiro el paquete que estaba en mi bolsillo.
—Excelente. —La huele y se deleita con el polvo—. Dile que estoy interesado en hacer negocios con él. —Da su aprobación y asiento, para luego girarme. Un hombre grandote detiene mi salida—. Más le vale que me traiga el producto en tiempo y forma —continúa hablando—. Haremos muchas ventas este año.
—Le transmitiré el mensaje. —Ya me estoy empezando a irritar—. ¿Puedes decirle al grandulón que me deje pasar? —Lo señalo.
—¿Eres Eiden, cierto? Oí que tu padre murió hace poco, siento tu pérdida. —La verdad que yo no—. La red de trata es un negocio muy amplio, ¿sabes quién va a remplazarlo?
—No lo sé, ni me interesa —digo cortante.
Noto como enciende un cigarrillo.
—Tú prófugo, Hermes desaparecido, Demián muerto, Edgard en la cárcel, solo queda Clow, ¿vas a dejar que se adueñe de todo?
Me giro para mirarlo directo a los ojos.
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Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)
ActionLuego de haber sufrido un infierno, en aquel lugar oscuro y logrado escapar de la prostitución, gracias a la ayuda de un desconocido, Mercedes, conocida como Merche, ha crecido con una sola idea en la cabeza, atrapar a los culpables. Ahora, siendo o...