18: Llamadas

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Eiden

Al lograr comunicarme con Hermes, obtengo la dirección. Hubiera sido más fácil todo, si lo hubiera encontrado antes. ¿Por qué? Mi mala suerte es más que la buena y va en aumento.

Golpeo al maldito guardia.

—¡¿Cómo que se fueron?! —grito furioso—. ¡¿A dónde?!

Escupe sangre, le he partido el labio.

—No... no sé, fue hace unos días... —Tose—. Clow salió hecho una furia y la empujo hacia el auto.

—Maldito desgraciado —murmuro con odio.

Estoy perdiendo tiempo de nuevo. Me voy de allí y subo a mi moto, yéndome a toda velocidad. Ahora tengo que esperar nuevamente para llamar a Hermes. ¡¿Dónde pudo habérsela llevado esta vez?! Siempre está un paso delante de mí.

Primero Infierno, luego su casa, ¡¿y ahora a dónde se la llevó?!

Clow, eres un asqueroso infeliz, malnacido. Cuando te agarre, te voy a cortar en pedacitos, vas a rogar y arrastrarte por tu vida. ¡Estoy desesperado, maldición! La ira me está consumiendo, si sigo así voy a perder mi sentido común. Siento como el odio y el rencor me atacan a cada instante. Mi oscuridad me está llevando a ser una persona oscura y sin razón. Voy a perder los estribos cuando lo vea.

Mantente calmado.

Detengo la mato, estaba yendo a demasiada velocidad, no tiene sentido. Mi impaciencia se apodera de mí, voy a terminar mal. No puedo dar pasos en falso.

~~~

Entonces, cuando llega el momento, vuelvo a llamar a mi hermano.

—¿Qué sucede? —dice en tono seco, como siempre, pero sabe que soy yo.

—La dirección que me diste, ya no me sirve —le aclaro.

—Pienso que tienes más deudas conmigo.

—Si supieras la cantidad de deudas que tengo, no estaríamos hablando. —Como por ejemplo, la que tengo con S, esa me impacienta.

—Su barco —exclama de repente.

—¿Qué? —Me sobresalto.

—Tengo información de que estuvo usando su embarcación estos días. Ahora deja de llamarme, estoy ocupado. —Me corta.

Su barco... ¡¿Qué?! Lo había olvidado, pero, ¿qué hace?, ¿está loco?, ¿por qué lleva a Merche ahí? Espero que no quiera llevársela fuera del país. Sería más difícil encontrarla. No me queda otra, debo hacer otra llamada y rápido. Levanto el celular y saco la tarjeta de mi bolsillo.

Uno tono, dos y atiende.

—William, soy Eiden. ¿Tienes contactos en la aduana?

Termino la comunicación y me dirijo al puerto a toda velocidad con mi motocicleta. Al llegar me encuentro con el rubio y alto policía. He tardado en llegar, así que le ha dado tiempo de buscar la información que le pedí, entregándome el papel.

—La policía estará en busca del barco, pero si consigues encontrarla antes, te lo agradecería. El protocolo tarda demasiado y por esta vez, confiaré en ti —me explica.

—Lo mismo digo. —Asiento y me dirijo al muelle más cercano, alejándome de él.

El papel tiene las coordenadas de las diferentes embarcaciones, puede que alguna sea en la que esté Merche. Registrar una por una tomará tiempo. Pero William me dio esta ayuda, porque sabe que con el protocolo, tardará mucho más.

Levanto mi celular y hago una nueva llamada.

—Necesito una comunicación directa con Neill —le digo a uno de los subordinados del jefe de la droga. Este me da su aprobación y entonces, me pasan con él—. ¿Quieres mi ayuda para entrar al negocio de la red de trata? Necesito un barco —expreso dominante.

—¿Quién te lo dijo? —Oigo que se ríe del otro lado de la línea.

Sonrío.

—Los rumores vuelan.

—Estaría encantado de ayudarte.

Me estoy metiendo en una oscuridad, que creo que no voy a poder salir. En este caso, se vienen aguas turbias.

Una vez que termino de hablar con el jefe de la droga, espero que mi futuro vehículo acuático me sea traído. Una vez que llega, saludo al conductor de este y subo a toda velocidad hasta allí.

—Soy Russell —se presenta y nos estrechamos las manos—. Te acompañaré en este viaje.

—Eiden. —Asiento y le muestro el papel—. Aquí tengo las coordenadas, que quiero que revisemos.

—Me parece bien. —Sonríe—. En marcha —exclama y se dirige a hacer su labor.

El barco que buscamos se llama Oscuro. Un enorme yate negro, más grande que este pequeño barquito. El barco de Clow, ahí está Merche.

Esta vez sí, la encontraré. 

Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora