Eiden
Aún no logro entender como llegué a esta situación, quien hizo esta idea retorcida y me dio un ultimátum fue Demián. Tener dos opciones tan turbias es denigrante. Por un lado, mandar a Merche con Clow, sería como enviar a un inocente al infierno y por el otro, la opción dos, la cual sigue siendo una aberración, grabarnos teniendo un momento íntimo. ¿Qué clase de maniático hace eso por venganza? Encima, solo por perder a un cliente. No me quedó otra que aceptar la segunda. ¿Qué más podía hacer? ¿Dejar que se vaya con Clow y que la lastimara? No es como si pudiera hacer algo. Estoy siempre entre la espada y la pared, en un rincón sin salida.
A pesar de todas mis quejas, terminé haciéndolo y aunque ella aceptó esta situación tan apaciblemente, no puedo evitar sentirme una basura. Más aún cuando me dejé llevar. Porque aunque me resisto a los impulsos que me pide mi cuerpo, los estoy disfrutando, estoy disfrutando estar sobre ella. Y eso para mí es imperdonable, en este tipo de situación. Mucho más cuando irrumpo dentro suyo.
Abro sus piernas e introduzco mi miembro en su cavidad. Oigo su suspiro cuando termino de entrar, intento ser delicado y suave, lo intento. Comienzo a moverme dentro de ella y una corriente eléctrica se mueve por todos mi cuerpo. Estoy excitado. Noto como sus piernas se aferran a mi cintura y continuamos el ritmo de la misma manera.
—E... e... iden... —dice mi nombre entrecortado y su rostro demuestra placer.
Sus mejillas están rojas, su boca abierta, observando con éxtasis. Realmente me parece perfecta y lo presiento, ella empuja su cadera contra la mía, se mueve pidiendo más, desea más. Mi cuerpo no escucha a mi mente y la penetro más fuerte. Aumento el ritmo en un instante, sin poderme detener.
Nos besamos y me continúo moviendo sobre ella con fuerza. Me siento un animal, aunque ella me responde en cada momento. Comienzo a correrme cuando olvido por qué estoy haciendo esto. El orgasmo me ataca enseguida y me doy cuenta de algo al terminar. He tenido sexo con Merche.
La culpa me ataca como un puñal cortando mi corazón en pedazos. Me he convertido en uno de ellos, disfruté acostarme con una mujer que es privada de su libertad para ser obligada a hacer estas cosas. La usé como a una prostituta.
—¿Eiden? —me llama del otro lado de la cama cuando me siento en la punta a insultarme mentalmente—. Eiden. ¿Qué sucede?
—Nada, tú duerme —le indico y sigo sentado, aunque estoy cansado.
Siento su mano en mi espalda y levanto la cabeza.
—Deja de pensar tanto —pide con su típica cara sin expresión. Niego y se sienta a mi lado—. ¿Sientes culpa? No lo hagas.
—¿Lees la mente o algo así? —Fuerzo una sonrisa.
—Tu rostro dice muchas cosas.
—El tuyo no dice nada —aclaro, pero al nombrarlo en mi mente aparece su imagen, expresando excitación, y muevo la vista para no recordar—. Lo siento.
—Parezco yo el hombre y tú la chica —se queja.
—Un verdadero caballero hubiera encontrado una tercera opción. —Suspiro.
Si solo hubiera encontrado una solución.
—¿Puedo decirte algo? Y no te ofendas —pide y asiento—. Fue el mejor sexo que he tenido en años. —Noto un rubor en sus mejillas y muerdo mi labio inferior, deseándola.
¿Qué rayos me está pasando con esta mujer?
—No digas eso. —Vuelvo a la realidad—. Tú solo deberías hacer esto con el hombre que ames.
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Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)
ActionLuego de haber sufrido un infierno, en aquel lugar oscuro y logrado escapar de la prostitución, gracias a la ayuda de un desconocido, Mercedes, conocida como Merche, ha crecido con una sola idea en la cabeza, atrapar a los culpables. Ahora, siendo o...