Termino de cambiarme, poniéndome aquel pequeño vestido blanco que nombró Clow. Es suelto y para nada apretado. Unas sandalias plateadas elegantes, que combinan con el tocado que me arregla una mujer en el cabello.
Suspiro y me levanto del asiento. Un guardia me guía en el camino, para luego sentarme al lado del cobrizo que está frente al juez.
Maldita sea, sáquenme de aquí.
Toco mi vientre y vuelvo a suspirar. El hombre sigue hablando, luego mueve papeles. La verdad ni le hago caso, no sé ni lo que hace.
Prefiero no prestarle atención.
Noto como Clow levanta mi mano y me pone un anillo. Estoy en un maldito trance, en una pesadilla en la cual no puedo salir.
Alguien, quién sea, por favor.
—¿Interrumpo algo?
Creo mis plegarias fueron escuchadas o quizás no, esa voz...
Giro un poco mi cabeza y veo a Clow asustado. Un poco más y L está sonriendo. Una vez que doy mi vista por completo a ver quién es, mis ojos se abren en grande.
Como los de todos.
—Señor H —dice un invitado.
—Hermanito. ¿Qué haces aquí? —exclama el cobrizo, estando nervioso.
Hermes con la expresión fría de siempre, le responde:
—Alguien se metió en mis negocios, así que vine a visitarte. —Mira a un lado y otro—. Te ves ocupado, espero que tengas tiempo para mí, porque yo también lo estoy.
Traga saliva.
—Para mi hermano favorito siempre. —Se levanta de su asiento. Luego visualiza a su madre de manera enojada, dando a entender que ella tiene que ver en el asunto. Se nota, ya que es la única que sonríe—. Ahora regreso —informa.
El castaño me mira un segundo. De algún modo siento que es mi oportunidad.
—Ayúdame —digo a lo bajo, en un tono tan imperceptible que nadie se daría cuenta y la verdad creo que no lo pensé bien.
Veo como Hermes levanta su mágnum y los nervios se apoderan de mí. Todos también se sorprenden, un tiro se escucha en la sala y mi alma siente el miedo en todo mi ser. Giro la vista, me levanto asustada y tapo mi boca al ver el horror.
¡Mató al juez!
—¡¿Pero qué hiciste?! —grita Clow.
—Apúrate —ordena el asesino y sale de la sala.
Su hermano lo sigue con temor por su vida, entonces todo el lugar queda en silencio por un rato cuando se van. Todos comienzan a retirarse, ya no tienen por qué estar aquí. L también termina yéndose, la única que está saliendo con un gesto triunfante en esta escena. Un guardia me saca de allí, mientras observo como se llevan el cadáver del juez, quién sabe a dónde.
Me sientan en una silla del pasillo y visualizo al hombre que se queda parado frente a una columna, esperando órdenes, supongo a que vuelva Clow.
Respiro agitada y me toco el vientre. Debo tranquilizarme le hará mal a la bebé. Demasiadas situaciones juntas me ponen de los nervios. Si tan solo tuviera a Eiden junto a mí, lo extraño tanto. Quiero estar con él.
Levanto la vista al visualizar al asesino, pasa por al lado sin prestarme mucha atención. Camina con su mirada vacía, sin ninguna expresión latente, una parca en persona.
—Hermes. —Frunzo el ceño y lo llamo.
Se detiene y me mira.
—Cuñada, ha pasado tiempo.
—Maldito asesino —lo ataco verbalmente.
—Lo normal —responde sin interés, no le afecta en lo más mínimo.
—Lo mataste...
Me interrumpe.
—Me pediste ayuda —dice fríamente.
—No debí haberlo hecho, tampoco creí que me escucharías —le aclaro.
—La desesperación es una emoción humana y peligrosa.
—Analizas todo, ¿quién te piensas que eres? —digo con odio—. ¿Te consideras superior? Arruinaste a Malya.
—No conoces ni la mitad de la historia para decirme eso —aclara—. Además, creí habértelo dicho una vez, yo jamás le haría daño a Malya.
—No me importa, no te creo nada. Tú eres mi enemigo y cuando salga de este enredo te voy a destruir, tú también iras a la cárcel, por corrupto —digo sin miedo, no puedo tenerle pavor a esta situación. Mi enojo es demasiado grande, como para tener temor.
—Entonces esperaré ansioso ese enfrentamiento. —Se gira para irse—. Porque voy a ganar.
—Eso lo veremos.
Acabo de nombrar una guerra que todavía no empezó, pero si salgo de esta situación, quiero comenzarla de inmediato.
Malya ya no está de mi lado, entonces yo tampoco puedo estarlo.
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Perversa Oscuridad: Infiltrada (y Encuéntrame)
AcciónLuego de haber sufrido un infierno, en aquel lugar oscuro y logrado escapar de la prostitución, gracias a la ayuda de un desconocido, Mercedes, conocida como Merche, ha crecido con una sola idea en la cabeza, atrapar a los culpables. Ahora, siendo o...