Viviendo con The Vamps 3: Independence Day

Capítulo 38

Hola chicas!
Si, estoy viva pero hasta arriba con cosas de la universidad y casi no tengo tiempo para escribir.

Así qué aunque el capítulo de hoy sea corto prefiero subirlo porque tiene mucho salseo.
Quiero opiniones de todo lo que pase y muchos comentarios que responderé la semana que viene junto con los del capítulo anterior.

All the love.
María
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Esto no puede estar pasando, es imposible.
No puede pasarme esto a mí, no puede estar pasándome a mí.
No es justo.

Cojo mi móvil y lo tiro al suelo, grito lleno de ira y Tristan viene corriendo a la habitación.

-¿Qué te ocurre James?

-Esto, me ocurre esto.- le digo enseñándole el móvil tras cogerlo del suelo. He dejado la pantalla hecha una mierda.

-No puede ser tío.

-Es una zorra.

-¿Pero es verdad?

-¡No lo sé!

-¿Cómo qué no lo sabes?

-Cierra la puerta por favor.- le digo.

Tristan obedece, cierra la puerta de mi habitación y se sienta junto a mí.

-explícame qué ha pasado.

-A ver, no hace falta que te explique lo que ha pasado.

-Ya, obviamente te acostaste con Kirstie.

Yo asiento con la cabeza.

-Y por lo visto sin protección.

-Me dijo que se tomaba la píldora.

-¿Y la creíste?

-¿Por qué no iba a hacerlo?

-no sé, ¿quizás por todo lo que te ha hecho últimamente?

Me quedo en silencio y Tristan pone su mano en mi espalda en señal de consuelo.

-¿Y qué vas a hacer?

-¿A qué te refieres?

-Me refiero a tú hijo o hija, si va a tenerlo, tú tendrás que ocuparte de él.

-¿Por qué? No es hijo mío, no voy a hacerme responsable de algo que no quiero.

-¿De verdad lo piensas así? Ese bebé es hijo tuyo, ¿en serio vas a permitir que crezca sin una figura paterna?

-¿Por qué no?

-¡James Dios piensa con la cabeza y no con el pene por una vez en tú vida! Es tú hijo y quieras o no es tú responsabilidad.

-¡Yo no he elegido tenerlo!

-¡y él no eligió ser el resultado de un polvo de un tío inmaduro como tú!.- me chilla.

-Necesito hablar con Summer.

-¿Qué?

-Que voy a llamar a Summer.

-Pero, pero si la has dejado.

-¿Y qué? Le dije que queríamos seguir siendo amigos y necesito su consejo.

-No puedes, no puedes coger el teléfono y preguntarle qué haría ella en su lugar.

-¿Cómo qué no?

-¿Tú eres imbécil? ¿no te das cuenta de la barbaridad que estás diciendo?

-No es para tanto.- comento mientras saco mi móvil del bolsillo