Viviendo con The Vamps 3: Independence Day

Capítulo 81

He hecho miles de cosas estúpidas en mi vida, pero creo que salir con Tristan esta noche es sin duda la mayor de ellas.

-Voy a esperarte despierto.- me dice Finn.- Y si necesitas cualquier cosa por favor llámame y me iré en tú ayuda.

-No va a pasar nada Finn, sólo voy a cenar con él para que me deje en paz de una vez por todas.

Finn hace una mueca y se cruza de brazos, sé que no le hace ni pizca de gracia, pero hay cosas que tienen que resolverse de una manera u otra.

-Nos vemos en un rato.- le doy un beso en la mejilla y cojo el ascensor para bajar a la entrada donde me espera Tristan.

-Vaya, pensaba que tendría que estar esperándote durante horas.

-No soy de esas, ya sabes, además tampoco tengo mucho interés en arreglarme para esto.

Ayer consiguió convencerme pero después de venir hoy reventada de las prácticas no me apetecía nada tener que ir con Tristan.
Pero acepté ir con él y soy una mujer de palabra.

-He llamado a un taxi, si no te importa.

-Mejor, así puedes beber todo lo que quieras y no tienes que coger el coche. ¿dónde vamos exactamente?

-A Hollywood, estamos a media hora de un sitio genial.

-Va a ser un viaje largo entonces.

-Al final te habrá gustado aceptar mi oferta y todo.

-No vayas tan deprisa.

El viaje se me hace eterno porque Tristan no sabe cómo sacarme un tema de conversación y la verdad es que yo no ayudo demasiado.

-¿Falta mucho?

-Sólo unos minutos.

Al final esos minutos merecen la pena, ha reservado una mesa en un restaurante que tiene un mirador que da al cartel de Hollywood.

-He de decir que es un lugar precioso Tristan.

-Nada es tan precioso como tú, pero se hace lo que se puede.

-Gracias.- respondo de manera seca y sin querer dar mi brazo a torcer.

Si los chicos se enterasen de esto seguro que se cabrearían muchísimo.
Sobretodo James.

-Ven, siéntate aquí.- dice señalando una mesa cercana al mirador.- Tiene las mejores vistas.

-Ya veo, ¿cómo conociste este sitio?

-Le he dicho a mi agente que quería sorprender a una chica y voilá, aquí estamos.

-¿Tú agente sabe que la chica soy yo?

-No.

-Ya decía yo.

-Mira Summer, de verdad que estoy arrepentido de todo lo que ha pasado, sé me fue de las manos completamente.

-Nos hemos dado cuenta.

-Yo no quería pero me amenazaba con no firmar el contrato y me acojoné. Necesitaba salir de allí y centrarme más en mí mismo.

-¿Dejando a quienes más te querían de lado?

-El fin justifica los medios querida.

-No siempre.

-En este caso sí, mira yo sólo quiero ser feliz.

-Pues yo no voy a ayudarte.

-¿Por qué no? Ahora estamos los dos aquí, juntos, en Londres no tendrían por qué enterarse.