Viviendo con The Vamps 3: Independence Day

Capítulo 87

-Sabía que te iba a sentar bien salir conmigo un rato.- Dice Tristan riéndose.

-Sí, tenías razón.

-Pues cambia esa cara, hay que disfrutar y celebrar que estamos vivos y felices.

-Me parece bien.

-Pues ya está, relájate y disfruta Summer que te lo mereces.

Nos quedamos un rato sentados en la arena, me mira de reojo y sonríe.

-Me haces muy feliz.

-Tristan.

-Dime.

-No quiero que pienses que estoy contigo por despecho.

-No lo pienso, ¿estamos juntos?.- pregunta sonrojándose de golpe.

-No lo sé.- contesto tímidamente.

-Te estás poniendo roja, eso es que sí.

-Sí, supongo.

-Pero no me lo has pedido.- me contesta bromeando.

¿en serio quiere que se lo pida? ¿no somos ya algo mayores?

-No seas tímida.

-Me da vergüenza.

-¿Siempre te lo han pedido? Estamos en el siglo XVI, abajo los roles de género.- me comenta riéndose.

-Me da cosa.

-Es sencillo.

-Vale.

Respiro hondo y empezamos a reírnos.

-Oliver, ¿quieres salir conmigo?

-¿Y mi primer nombre?

-Cierto, Tristan Oliver Evans, ¿quieres salir conmigo?

-No sé, no sé.

-¡Oye!

-Sólo quería hacerte rabiar, claro que quiero salir contigo, me habría gustado pedírtelo pero mejor así.

Le doy un codazo y se ríe aún más alto.

-Me encantas.- dice en un susurro.-¿Qué te apetece hacer?

-No sé, quizás ya es hora de que vuelvas al estudio.

-¿Me acompañas?

-Sí, ¿por qué no?

-Vamos, tengo el coche en la puerta de tú casa.

Agarra mi mano y nos vamos de la playa, sé qué debería tener otras cosas en mente, pero estoy pensando en James.
Más bien en dónde y cómo estará ahora.

Narra James:
Es como si estuviésemos andando en círculos los dos, uno delante del otro.
Nunca es nuestro momento y lo peor es que siempre nos culpamos el uno al otro por los jueguecitos estúpidos.

Siempre estamos cometiendo los mismos errores una y otra vez.
¿lo peor? Ninguno quiere aceptar que los comete, yo el primero.

¿Qué puedo hacer hasta que me vaya de aquí? He pagado dos noches de hotel y mi avión no sale hasta dentro de dos días, va a ser largo.

Ni tan siquiera quiere que seamos amigos, ¿qué hago ahora?

-¿Sabes la hora que es?.- me dice Bradley al otro lado del teléfono.

-Tío, la he cagado muchísimo.

-¿Qué ha pasado?

-He ido a su casa, hemos hablado y me ha dicho que no quiere saber nada de mí, que no quiere ni tan siquiera que seamos amigos.