2) Domingo 15 de Noviembre de 2020 18:32 pm

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Alan se mira en el espejo empañado luego de haber tomado una larga ducha para relajarse y estar preparado para ir a la casa de su amigo. Mientras se termina de secar el pelo, el sonido de su celular lo hace girar hacia la repisa donde lo había dejado. Dejando la toalla a un lado, agarra su móvil para ver ese nuevo mensaje de whatsapp.

-Marc: Y?? Vas a venir a casa, no?

-Alan: No me dejas ni duchar tranquilo... Me cambio y voy para allá

-Marc: Te pasas la vida en la ducha. Apúrate que me aburro!!

-Alan: Buenoo u.u

Dejando el celular, vuelve a la tarea de terminar de secarse. Es cierto que para el chico rubio, ducharse es casi como un ritual ya que se pasa mucho tiempo bajo el agua. Además de eso, se toma todo el tiempo posible para vestirse y para prepararse cuando tiene que ir a algún lado. La impuntualidad de su amigo es lo que más le molesta a Marc.

A pesar de eso, el cariño que le tiene superaba cualquier defecto que su amigo pudiera tener. Desde que se conocieron en la primaria, a los seis años, la amistad que nació es muy fuerte. Alan está siempre ahí cuando Marc necesita un abrazo o que le saquen una sonrisa, al igual que él siempre está para defender al otro de esos matones de la escuela que pretenden molestarlo. Desde aquel tiempo, todos los domingos uno va a pasar el día a la casa del otro, ya que ambos siendo hijos únicos no tienen con quien divertirse en sus casas. Para la familia de Alan, Marc es ya un hijo más, y viceversa.

Tres golpes a la puerta da el chico rubio para que su amigo le abra. Después de unos segundos, un chico más alto que él y de pelo negro lo recibe con una gran sonrisa. La diferencia de altura es algo de lo que Marc se aprovecha para molestar al otro, con apodos como "enano" que tanto le molestan. Además de ser más alto, es mucho más fuerte, ya que le apasionan los deportes y la actividad física.

-Por fin llegas, llevo toda la tarde esperando. -Dice el de pelo negro mientras cierra la puerta.

-Si no interrumpieras mi baño cada dos minutos con tus mensajes habría llegado antes. Ahora trae algo para tomar que estoy muerto. -Alan se recuesta en uno de los sillones frente a la televisión encendida.

-Serás flojo... vivimos a menos de trescientos metros. -

-¡Pero hace calor afuera! -

-Claro, claro... pero caminar no te hace mal. ¿Cuándo vendrás al gimnasio conmigo? -

-Cuando los muertos caminen quizá, ahora ve por el jugo anda. -

-Además de enano eres un perezoso. -Dice Marc mientras se aleja.

-¡Cállate! Tu eres un... oh, ¡Hola! -La madre de Marc entra en la sala interrumpiendo la frase de Alan, mientras se escucha la risa de su hijo desde la cocina.

-Hola Alan, no te oí llegar. ¿Cómo estas? -Dice amablemente la mujer.

-Muy bien, algo cansado por caminar hasta aquí. -

-Me imagino. -La madre sonríe y gira hacia la TV. -Que tragedia... -Dice moviendo la cabeza hacia los lados mientras mira la noticia que están pasando.

-...esta mañana. La policía aún no ha comunicado la causa de la muerte de estos científicos, pero el Director nos ha comentado que se trató de una fuga de un gas bastante peligroso que les provocó la muerte instantánea a estos hombres que trabajaban allí dentro. Afortunadamente, han podido controlar y neutralizar la sustancia tóxica antes de que se pueda propagar aún más. Seguiremos informando cualquier novedad aquí desde el Centro de Investigación Med... -

-Los Simpsons son más divertidos que esa mierda de noticias. -Dice Marc apareciendo desde atrás y cambiando de canal con el control remoto.

-No hables así, hay gente que murió ahí. -La madre sigue su camino y se va hacia el patio trasero.

-Seguro es otra noticia falsa para captar espectadores tontos, y ten tu jugo, enano. -

-Gracias. -Dice Alan mientras toma el vaso y con mala cara le da una patada en el brazo al otro. -

-Oh, no quieras empezar una pelea que no ganarás. -El castaño le toma la pierna a su amigo y tira de ella.

-¡No! Suéltame Marc, ¡Suéltame! Me harás tirar el jugo, ¡no! Para, para. Lo siento, ¡lo siento! -

-Así esta mejor. -Una vez que suelta la pierna del rubio, vuelve a recibir otra patada por parte de éste seguida de una carcajada. -Ahora si me la pagas Alan... -

A pesar de tener mucha fuerza, Marc no la utiliza con su amigo porque sabe que es muy delicado, pero lo hace sufrir con algunas cosquillas en medio de las peleas que tienen. Después de todo el juego, que la mayoría de las veces termina con Alan suplicándole a su amigo que se detenga, pasan la tarde jugando con la consola hasta que esté lista la cena. En la noche ven alguna película, de terror por lo general, en el cuarto ya que siempre se quedan a dormir en la casa del otro. Lo malo de que esa tradición sea en los domingos es que al otro día van a la escuela como zombies por no haber dormido casi nada.

Son las 4:30 am, mientras está terminando la última película que ven, Alan bosteza del sueño. Marc le da un almohadazo en la cara para despertarlo.

-Idiota... -

-¿Tienes sueño? -Dice el castaño mientras se ríe.

-No, veamos una más que aún hay tiempo. -

-No, mejor duerme. No quiero que te quedes dormido en medio de la película y tener que terminar de verla solo. -

-Esta bien, pero solo porque tu me lo pides no porque tenga sueño. -Dice el rubio mientras bosteza una vez más y se aferra a la almohada cerrando los ojos.

-Hasta mañana enano. -Pero Alan parece haberse dormido al instante. Marc lo mira y sonríe antes de voltearse y apoyar su cabeza en la almohada para dormir también.

Virus HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora