Marc continúa caminando, preguntando que es lo que pasa, pero nadie parece escucharlo. Todos están susurrando o mirando fijamente hacia fuera de la casa. Después de abrirse un poco el paso, para tratar de acercarse lo más posible a la ventana, puede ver lo que tiene tan hipnotizados a todos. Al ser una casa de campo alejada, todo lo que hay alrededor es una basta llanura verde, solo con un pequeño camino de asfalto en el centro que se extiende hacia el horizonte. A varios metros sobre él, un gran grupo de figuras se mueven irregularmente. La luz del Sol no deja distinguir más que unas siluetas negras, pero todos saben bien de que se trata. Parecen estar caminando hacia el lugar donde están todos.
-¡Atención! –Grita el hombre mayor haciendo que todos volteen la cabeza de inmediato hacia su lado. –Necesito que los más grandes vengan aquí, tomen esto. –Dice mientras algunos muchachos se acercan a el, recibiendo algunas armas que le entrega. –Esas cosas parecen estar acercándose hasta aquí, tenemos que defender nuestra casa. No las usen a menos que sea completamente necesario, tenemos que ahorrar munición. –Comenta refiriéndose a las armas de fuego. –Todos los demás, busquen algo para defenderse, allí hay varias hachas y cuchillos para todos. –Dice señalando la habitación de donde acababa de salir.
-¿De verdad piensan quedarse aquí? Esas cosas parecen cientos, y ustedes son... diez como mucho. –Dice Marc después de un pequeño vistazo alrededor para contabilizar. –Son lentos, si salimos ahora tenemos tiempo de alejarnos. –
-¿Y hacia donde? Yo mismo me encargue de preparar este lugar y no voy a abandonarlo ahora por unos asquerosos enfermos. –Responde el hombre con una expresión seria, mirando al resto casi de una forma amenazante para que nadie se atreva a decir lo contrario.
-Hay una ciudad entera ahí afuera, y prefieres arriesgar a tu familia, que egoísta. Iré por Alan y nosotros nos marcharemos de aquí. –Dice Marc caminando hacia la habitación del rubio.
Cuando pasa por al lado del sujeto canoso, este lo toma del brazo y le dice unas palabras ahora en un tono más bajo. –No olvides que tú y tu amigo estarían muertos ahora si yo no los hubiese detenido. –
El de pelo negro interpreta de inmediato lo que el hombre trata de decir, y se suelta de su agarre bruscamente, dando un bufido después. –Nos quedaremos a ayudar, pero si las cosas se ponen muy mal no dudaré en escapar con él si estamos en riesgo, solo me interesa el bienestar de Alan no el de tu grupo. -Con esas últimas palabras se aleja hacia el cuarto.
Abre la puerta de la habitación, viendo a Alan en el mismo lugar donde estaba, en la cama. -¿Qué sucede? –Pregunta el rubio curioso por todos los ruidos y las voces que se podían oír desde afuera.
-Vamos a tener un poco de problemas en unas horas, así que tenemos que prepararnos. –Responde Marc haciéndole un gesto al otro para que se levante y lo siga.
-¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas? –Alan se pone de pie y sale de la habitación siguiéndolo hacia fuera y entrando a otro de los cuartos, donde están las armas.
-Un grupo de enfermos está viniendo hacia la casa. –Dice mientras toma una pistola y la revisa buscando un par de balas.
-¡Entonces hay que irnos! ¿Qué estamos esperando? –Alan se gira con intención de salir, pero la voz del otro lo detiene.
-No. –Dice Marc negando con la cabeza. –El viejo no quiere abandonar la casa, y todavía insiste con que él nos ha salvado la vida... Así que le dije que vamos a ayudar. –Agrega acercándose al rubio y bajando más la voz. –Pero en cuanto tengamos oportunidad nos largamos, no importa lo que esté pasando. Ahora toma un arma. –
-¿Arma? Yo no se disparar. –
-Entonces toma esto, y esto. –Dice Marc tomando un hacha de la mesa seguida de un cuchillo. –Y no te vayas a alejar de mi lado. –No sabe si esa frase se refería a cuando los enfermos lleguen a la casa o a algo más.
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Virus H
Ciencia FicciónLa intervención de la ciencia en la salud puede salvar millones de vidas, pero también puede acabar con ellas. El brote inesperado de un virus que se expande rápidamente por el planeta trajo pánico a la población. El mundo da un giro inesperado haci...