Alan lo mira extrañado, y se queda mirando el rostro de ese sujeto. Como antes lo había podido ver, tiene los ojos de color azul intenso. El pelo de color negro, corto a los costados y largo en la parte de arriba, que cae en un pequeño mechón que bordea el ojo derecho. También algo muy distintivo que no pasa desapercibido, una cicatriz que recorre la mejilla izquierda bajando hasta parte de la barbilla.
El desconocido intenta ponerse de pie con intenciones de acercarse, pero rápidamente se vuelve a sentar por el dolor en su pierna y el mareo que le provoca haber perdido sangre. –Rápido, tenemos que llevarlo con el doctor. –Dice Patrick mientras se acerca.
-¿Qué? ¿No viste lo que hizo? ¡Los mato a todos! –Marc se opone a llevar a alguien tan peligroso hasta la casa.
-Exacto. –Le contesta Alan mientras también ayuda a poner de pie al de negro. –Los mato a ellos, no a nosotros. De no ser así los muertos seriamos nosotros. –
Noah lo piensa un momento y se da cuenta de que el rubio tiene razón, y también intenta ayudar pero no puede por la herida de su brazo. -¿Y qué si no nos mato solo porque no pudo seguir? –Replica Marc para intentar convencerlos de no llevarlo.
-Ya estaba herido cuando mato a los que quedaban. Si hubiera querido... hubiera seguido. –El padre de Alan junto a su hijo logran levantar al sujeto por sus brazos, mientras este intenta caminar pero no parece que pueda seguir consiente por mucho tiempo más.
El de pelo negro se da por vencido, sabiendo que aún no tiene la edad como para ir contra Patrick, y ayuda a los otros dos a sostener al hombre. Antes de llegar al auto, el de negro se desmaya por la pérdida de sangre pero los tres logran seguir cargándolo. Tiene una contextura fuerte, musculada y es bastante alto, por lo que tienen que usar mucha fuerza para subirlo al asiento. Ya con los cinco a bordo, el padre de Alan vuelve a emprender la marcha hacia la casa.
La madre de Marc es la primera en recibirlos, corriendo hasta el auto preocupada por la demora. Toma su tiempo explicarle por qué Alan había ido también, por qué Noah tiene una herida en el brazo, y más complicado aún por qué hay un extraño cubierto de sangre en el asiento trasero. Pero finalmente lo entiende después de algunos gritos de espanto y regaños.
El Doctor Gregor está sentado en medio de dos camas, con sus dos pacientes nuevos. En una descansa Noah, con su antebrazo vendado. Y en la otra está recostado el hombre desconocido. Ya con la bala fuera de su muslo y con un gran vendaje, también con la herida de su brazo cerrada y una pequeña venda en el corte de la mejilla. Sin embargo, aun necesita más tiempo para recobrar la conciencia.
-¿Ya puedo irme? –Pregunta suspirando el de ojos verdes. –Solo era un rasguño, no necesito estar en cama un día entero. –
El doctor deja algunas herramientas en la mesa y voltea a mirarlo. –Sabes que no estás aquí por el rasguño de tu brazo Noah. –El hombre se lo toma muy enserio, tras haberle dicho que el chico había sido herido por un enfermo.
-Cuando me esté por convertir en una de esas criaturas ya lo sabremos. Aquí en la cama o en la cocina igualmente pasará. –Noah parece muy resignado a lo que le espera, pero por dentro sabe que trata de ocultar el miedo.
-Déjame hacerte unas pruebas más, solo por seguridad. –El de ojos verdes lo mira y pone los ojos en blanco, estirando el brazo al ver que el otro sostiene una jeringa. –Ni aquí ni en la cocina, no te vas a convertir... -Agrega Gregor antes de dar el pinchazo para sacarle sangre.
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Virus H
Science FictionLa intervención de la ciencia en la salud puede salvar millones de vidas, pero también puede acabar con ellas. El brote inesperado de un virus que se expande rápidamente por el planeta trajo pánico a la población. El mundo da un giro inesperado haci...