30) Domingo 28 de Febrero de 2021 7:21 pm

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Todos corren desesperados por los pasillos de la casa buscando algo que pueda servir, pero Patrick es el único que sabe realmente dónde están las cosas y regresa de inmediato con un rollo de cuerda gruesa en su mano. -¡Aquí la tengo! –Grita avisando para que los demás dejen de buscar y corriendo de nuevo a la habitación.

-Tenemos que atarlo a la cama. –Dice el doctor Gregor acomodando los brazos y las piernas de Noah para poder hacerlo.

-¿Se va a convertir en una de esas cosas? –Pregunta Alan mientras ve como Marc y su padre pasan la soga por encima y por debajo de la cama una y otra vez a la altura del torso de Noah.

-Usted había avanzado con la vacuna ¿no es así? –Le dice Patrick al científico mientras pasa a amarrar las piernas del de ojos verdes de la misma manera que antes.

-Si. Pero... aún necesita pruebas. Arriesgarme a usarla en él es... -El Doctor se toma la cabeza pensando que hacer.

-¡Da igual ahora! –Interrumpe Marc. –Si la vacuna no funciona será lo mismo. Pero si funciona... ¡tiene que intentar! –

Gregor lo mira fijamente, sabiendo que tiene razón y sale inmediatamente a buscar los elementos.

-¿Crees que va a funcionar? –Pregunta en tono desanimado el rubio a su padre.

-No nos queda otra opción que confiar en que sí. –Todos en el cuarto se quedan mirado al chico en la cama, mientras este sigue teniendo pequeños espasmos por todo el cuerpo.

Mientras tanto, Bástion cruza sus brazos mirando seriamente toda la situación, pero se retira finalmente al ver que no hay peligro allí al estar el chico amarrado. Alan lo mira alejarse de reojo, curioso por saber a dónde va, pero luego vuelve a vista a su amigo en la cama.



El doctor vuelve con todo en las manos, dejando la aguja y la jeringa sobre la mesa de noche junto al frasco con un líquido azul claro. Con habilidad toma todas las cosas y en pocos segundos carga la vacuna para poder colocársela. De un solo movimiento la punta de la aguja penetra en la piel del brazo de Noah y vacía el líquido dentro de su cuerpo.

-¿Funciona? –Pregunta Marc mirando la cara del científico para descifrar que está pasando.

-No lo sé. –Contesta Gregor tomando distancia de la cama y desechando los elementos que usó. –Esta es la primera prueba en un sujeto. No sé cómo reaccionará, no sé cuánto tardará, ni si funcionará... -

El ánimo de todos decae al ver que el propio creador de la vacuna no sabe lo que pasará. Pero Patrick interviene para que el ambiente no sea aún peor. –Bueno, yo me quedaré vigilando cómo evoluciona. Ustedes sigan con sus cosas. –Dice tomando asiento al lado de la cama.

Todos asienten y salen lentamente de la habitación. Alan se adelanta casi corriendo hasta llegar a la puerta para salir de la casa. Marc lo ve salir pero no lo sigue, solo lo mira por la ventana. Sabe a dónde va, pero no lo entiende. Solo aprieta el puño y se da media vuelta para ir a su habitación.



El campo que rodea a la casa de la granja es muy grande, con la hierba alta y algunos árboles dispersos entre sí. No hay nada que obstruya la visión, sin embargo, Alan no puede ver por ningún lado a quien está buscando. El camino que recorre queda marcado por los pastos aplastados que van dejando sus pies atrás. Pero el corazón le da un salto y la respiración se le corta por un segundo al sentir algo en su hombro.

-¿Qué haces aquí afuera? –Se escucha desde atrás en un tono autoritario mientras el rubio voltea para ver que se trata de quien buscaba, el hombre de la cicatriz.

-Ah... Estaba... Te estaba buscando. –Dice Alan mirando arriba a los ojos del alto sujeto.

-No tienes que alejarte de la casa, es peligroso. –Contesta Bástion soltando el hombro del chico. –Vuelve, ahora. –Le ordena mientras sigue caminando en dirección opuesta.

-¿Peligroso? ¿Por qué? No hay nada en kilómetros. –El rubio hace una seña panorámica del lugar y sigue los pasos del otro.

El hombre se vuelve a detener y lo mira frunciendo el ceño por su desobediencia. –Lo de ayer no fue casualidad. Esos sujetos los están buscando y cada vez están más cerca de encontrarlos, no van a tardar en llegar hasta aquí. –

-Pero... ¿entonces tenemos que irnos de aquí? –Pregunta Alan preocupado.

-No, ahora ya no es opción. Con ese chico infectado es imposible moverse, y dudo que lo quieran dejar atrás... -Bástion hace una pausa y mira al horizonte entrecerrando los ojos. –Si no nos podemos mover... entonces tengo que evitar que lleguen. –

-Ya veo, por eso sales todo el tiempo hasta aquí. –El chico lo mira pero el otro solo sigue viendo hacia los arboles lejanos. -¿No es mejor que te ayudemos a vigilar también? Digo, tu solo no puedes ver todo... -Aguarda por una respuesta, pero nada. –Entiendo, no quieres que yo salga, pero los dem... -Pero no puede terminar la frase. El brazo entero de Bástion se le viene encima y lo hace caer con fuerza al suelo, seguido por el sonido de un disparo. Alan queda helado por la sensación de la bala pasando a escasos centímetros de su cara.

-Es tarde, ¡ya están aquí! ¡¡Corre!! –Grita el de la cicatriz volviendo a poner de pie al rubio casi en un solo movimiento y empujándolo en dirección a la casa.

Se escuchan tres disparos más, pero ninguno da en el blanco con éxito. Ambos corren a toda velocidad por el campo y afortunadamente llegan a salvo al interior de la casa. Los demás llegan corriendo a la sala producto del ruido de los disparos.

-¡¿Qué está pasando?! –Pregunta Patrick al ver la cara de pánico de su hijo.

-¡Aléjense de las ventanas! –Ordena en un grito agitado Bástion. –Los del ejército encontraron la casa. –

Todos se miran sin poder creerlo. El lugar que creían seguro ya no lo es, y ahora tampoco pueden huir de él. -¿Qué hacemos? –Pregunta Marc. –No podemos salir de aquí. –

-¿Tienen armas? –El de la cicatriz se asoma por el vidrio para ver si alguien se está acercando. –

-Solo tenemos algunas pistolas. –Responde Patrick.

Bástion frunce el ceño sabiendo que no van a servir mucho. –Tráelas. –Dice mientras el padre de Alan se aleja de inmediato.

Marc se acerca al rubio y lo toma del brazo para cuidar de él. -¿Y cuántos son? –Pregunta a los demás.

-Deben ser muchos. Más si saben que él está con nosotros. –Dice Alan señalando con la cabeza al de la cicatriz.

-Busquen un lugar resguardado en la casa donde puedan esconderse y quédense ahí. –Dice autoritariamente el hombre sin despegar la vista de la ventana.

-¿Qué? No nos vamos a esconder mientras nos atacan. –Marc se niega a obedecer las órdenes del otro.

El de la cicatriz voltea y lo mira seriamente. –Yo me encargaré, ustedes tienen que estar a salvo. –

-No me vengas con tus egos de héroe, me da igual. La última vez fueron diez, ahora con suerte deben ser cien como mínimo. Si te quieres suicidar adelante, pero yo no voy a dejar de pelear. –

Bástion lo mira furioso, pero sabe que ahora eso no ayuda en nada. Solo vuelve la vista afuera y no dice nada. El ambiente en la habitación se tensa, mientras todos aguardan a la espera de lo que pueda llegar a pasar.

Virus HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora