34) Sábado 6 de Marzo de 2021 3:30 pm

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-Podemos parar ahí. –Le dice el de la cicatriz al otro señalando una vieja casa de campo al costado del camino. –En un par de kilómetros ya llegaremos a la ciudad. –

Noah se acomoda la mochila y camina más deprisa para alcanzarlo y llegar hasta la vivienda. De una patada Bástion abre la puerta y entra despacio sosteniendo con fuerza el barrote de metal. –Los dueños se van a enojar por entrar de esa forma. –Le dice el de ojos verdes en chiste.

El hombre lo mira serio. –No hay nadie viviendo aquí. –Le responde. Pero justo después de terminar su frase, un fuerte gruñido aparece desde dentro y un enfermo se le abalanza a toda velocidad. Un sujeto escuálido, con todos los huesos marcados bajo la piel, calvo con los ojos rojos y la boca manchada de sangre seca. Bástion le da un empujón y golpea su mandíbula con la barra desencajándosela por completo. El infectado grita con la parte baja de su cara colgando y goteando sangre oscura. El de la cicatriz levanta el barrote y lo clava con fuerza en medio de su cabeza.

Por el otro lado, otra mujer infectada sale corriendo desde el comedor pero Noah reacciona rápido y también clava su cuchillo en uno de sus ojos. Ambos enfermos caen tendidos dejando solo silencio después del sonido de sus cuerpos golpeando el suelo. –Te dije que se iban a enojar... -Dice el chico riéndose.

Bástion limpia la sangre de su arma con un mantel de una mesa cercana y luego voltea hacia el otro. -¿Te parece gracioso? No es momento para chistes. –Lo regaña y entra a la habitación siguiente.

-Que amargado eres. –Dice Noah mientras lo sigue. -¿Te extirparon el sentido del humor cuando experimentaron contigo? –

El hombre da un golpe en la pared y se da la vuelta bruscamente tomando al chico de la camiseta. -¿Por qué no cierras la boca? Ya bastante tengo con tener que aguantarte detrás de mí, al menos quédate en silencio. Si esa maldita vacuna no hubiera hecho efecto ahora no tendría que aguantar un estorbo como tú. –Lo suelta dándole un empujón hacia atrás.

La cara de Noah se transforma y se queda varios segundos mirándolo en silencio. –Tranquilo, no te estorbaré más. –Dice dando media vuelta y golpeando la puerta de salida. Bástion ve por la ventana como el chico se aleja por la calle. Da un paso en dirección a la puerta pero se detiene y sigue revisando la casa.

Cajón tras cajón, estante tras estante, solo hay basura. No puede encontrar nada útil y vuelve a salir a la calle dando un suspiro profundo. Mira hacia ambos lados, pero no hay señal del otro. Aprieta la barra con su puño y sigue caminando en dirección a la ciudad.

Dentro de su cabeza empezaba a preguntarse a donde se había ido el chico, pero unos gritos lo hacen correr de inmediato en dirección a ellos. Detrás de una de las casas que están más adelante, varios infectados gritan mientras rodean y se acercan cada vez más a Noah. Él logra derribar y matar al que tiene más cerca, pero los otros tres se siguen acercando hambrientos por probar su carne.

Bástion empieza a correr justo cuando uno de los enfermos se tira sobre Noah y este cae al suelo alejando la cara del infectado con sus manos para que sus dientes no lleguen a morderlo. El de la cicatriz patea al otro que está por tirarse a por su presa y le hunde parte del cráneo de un golpe con la barra. El segundo cae fácilmente cuando le perfora la sien. Por último toma al que está encima del chico y lo tira hacia atrás pisándole la cabeza hasta aplastarla y manchar todo el césped de rojo.

Los dos se toman un momento para calmar la respiración por lo agitado del asunto. Noah se levanta sin decir nada y sacude un poco su ropa. Después solo camina en la misma dirección por la que iba. Bástion sacude la cabeza y le sigue los pasos desde atrás, mirando atentamente todo lo que hay alrededor para no tener más sorpresas.

Virus HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora