Capítulo 4

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Capítulo 4.

"Estar a su lado como la chica linda me hace triste, triste chica" Sad Girl- Lana del Rey.

No sé qué esperaba para cuando volviera a Virginia. A pesar de haber pasado siente años lejos de aquí nunca me imaginé volviendo. Pero sé que no quería llegar y ver un montón de motocicletas fuera de la sede cuando estacionáramos.

Me estiro como un gato y verifico mis mensajes.

Marlon: Nena, ya te extraño. Llámame cuando llegues, por favor.

John: Cambio de planes ya estoy en la sede de tu padre. Discreción.

Por extraño que parezca el mensaje de John me derrite y el de Marlon... nada. Incluso me estoy cuestionando llamarlo. Tal vez espere un poco para primero ver a John.

Tengo que guardar la compostura cuando lo vea, por más que me muera por lanzarme a sus brazos y suplicarle que me folle.

Tiene un mes en la carretera y lo extraño como una loca. Y estoy muriendo de celos. Sabrá Dios que abra hecho con sabrá quién en sabrá dónde. No soy estúpida y sé que mientras ha estado en la carretera a follado a un montón de putas y quiero asesinarlas y a él también. Pero me ha jodido tanto que también me excita.

Yo: Creí que no te vería hasta dentro de una semana y que ni siquiera nos toparíamos cuando mi papá, mi hermano o alguien que pudiera hablar estuviera presente.

John: Lo sé, cariño, pero tu papá insistió mucho para que viniera a la bienvenida de la hija prodiga y sería una falta de respeto para todo el club ignorarlo.

Yo: ¿Ahora como voy a verte sin lanzarme a tus brazos y suplicarme a que me folles?

John: Lo sé, cariño. Va a ser difícil, pero ya debes entrar tu papá mira por la ventana hacia a ti con mucha añoranza.

Yo: Prepárate.

Guardo mi teléfono y camino hacia la entrada escoltada me mi hermano y mi mejor amiga.

Estoy nerviosa y quiero correr de vuelta a California. Pero tomo un profundo respiro empujando las pesadas puertas. El familiar olor a aceite de motor, cigarrillos y bourbon me golpea directo en la cara haciendo que de algunos pasos hacia atrás chocando con un muro de músculos. Me giro para encontrarme con mi tío Lony. Mi único tío de sangre del club.

Entierro mi cara en su enorme pecho y él estrecha sus brazos en torno a mí con fuerza. Me retira de él para que pueda verme bien y sonríe con orgullo.

-Mírate –se limita a decir y me arroga directo a los brazos de mi padre.

Comienzo a sollozar abrazándolo fuertemente y siento sus lágrimas mojar mi cabello.

-Papi, de verdad que lo siento mucho.

Él toma los lados de mi cara y me mira fijamente. Mis labios tiemblan gracias al llanto. Sigue igual tal vez más delgado, pero nada más ha cambiado.

-No hay nada que lamentar. –Me sonrió y me beso en mi mejilla.

(...)

La fiesta ya estaba en pleno apogeo y entre tanto ajetreo saludando gente no se me había permitido ver a John, que era lo que yo más deseaba. Estoy sentada en el sillón con todos los hombres y mujeres de mi infancia riendo y conversando.

-Por Dios. Todos siguen aquí -comento mirando a todos aquellos con los que jugué en mi infancia.

Los gemelos Pérez, llegaron aquí con ocho años en las motocicletas de los hermanos todos sucios y asustadizos. Nadie sabe que paso ni de dónde vienen más que mi padre. Esta Martha Johnson la hija del tío Lony y mi tía Beth, mi prima. Todos los que correteábamos por el patio en las barbacoas y con quienes fui al instituto y tuve mi primera fiesta. Todos sonríen afectuosamente y seguimos bebiendo y riendo. No puedo evitar darme cuenta que Georgia está sentada junto a mí y mi hermano de mi otro lado. Esto es ridículo.

Hell's AngellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora