III - Vuelta a las Clases

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Después de un viaje exhaustivo, finalmente Lorena, Sophia y Helen llegaron a su casa en Los Ángeles. La hermana de Nícolas echaba de menos al novio y lo primero que decidió hacer fue telefonearle.

El smartphone de Hans que estaba con Dargan tocó y el espía vio quién era. Evitó atender la llamada, ya que no sabía que decirle a la muchacha. Lo que quería de verdad era salir con la chica para conseguir más informaciones sobre sus blancos. Mientras pensaba en eso, un mensaje apareció en el aplicativo del aparato:

Hans, he llegado de Costa Rica.

"¿Quedamos para salir? ¡Te echo de menos!"

Él dudó un poco, pero respondió:

"¡Qué bueno hablar contigo!"

"Estoy en el Instituto terminando un proyecto. Así que termine te llamo."

"Más tarde entro en contacto con ella, pero lo duro es que ni sé bien que decir. ¿De qué manera puedo preguntar sobre su hermano y Merko sin levantar desconfianza? Voy a pensar en algo. Pero eso puede esperar", pensaba él, dejándose llevar por la cosa más humana de todas: el corazón.

Así que arregló las cosas, Lorena decidió concertar la tan temida consulta con el médico para iniciar un tratamiento. El médico al examinarla, pidió para hacer unos exámenes y, receloso de sus sospechas, la encaminó a un oncólogo. Decidió enviarla a un especialista conocido en la ciudad, pero intentó no alarmarla.

— Lorena, espere un poco que voy a intentar una consulta de emergencia con un excelente profesional amigo mío. Estudiamos juntos y estoy seguro de que él abrirá una excepción en su agenda, a pesar de estar siempre abarrotada de pacientes.

Le pidió que aguardara un instante en la sala de espera, mientras agendaba la consulta. Mientras tanto, la madre de Nícolas empezó a quedarse preocupada.

"¡Ay, Dios mío! ¿Por qué tiene tanta prisa? ¿Será que mi caso es tan urgente?" – Ella ya creaba mil historias en su cabeza.

Lorena fue al médico indicado al día siguiente. Mal durmió la noche anterior. Después de leer la ficha médica y hacer las preguntas usuales, el oncólogo le solicitó que hiciera algunos exámenes más detallados, para que pudieran ver que dolencia la afligía. El profesional se quedó preocupado con el estado debilitado en que ella se encontraba y fue bastante claro con la urgencia con la que necesitaba los resultados. Ella ni se imaginaba que empezaba una carrera contra el tiempo para salvarla.

En el fondo, Lorena sospechaba de lo que tenía, pero procuraba pensar de forma positiva, no dejándose abatir. Necesitaba fuerza para encarar el problema y resolverlo, pues, sabía que su salud no estaba bien, además, la ausencia de su marido, hijo y nuera hacía algunas semanas, la dejó más fragilizada y la depresión empezaba poco a poco a apoderarse de su alma, así como la ansiedad. Pero aun así, decidió que haría los exámenes que el médico pidiera, y lidiaría con el problema lo más rápido posible. Le contó sus temores a Sophia, que fue con ella a ver los resultados de los exámenes. Ya sabía la respuesta antes de que el médico la declarase.

— Usted tendrá que iniciar el tratamiento con sesiones de quimioterapia...

Sólo podía contar con las chicas para ayudarla a fortalecerse contra la enfermedad.

Lorena acompañaba el noticiario esperando alguna información sobre el hijo, Merko y Zara, mientras continuaba su vida rutinaria cuidando de sí, de la hija y de Helen. ¿Dónde será que se han metido? Debo confiar en mi hijo y en mi marido. Dijeron que estaban en una misión de combate para el propio gobierno. Zara está con ellos y ella no dejaría a su hija por mucho tiempo. Deben estar volviendo..."

Los Hijos del Tiempo 3 - La Batalla de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora