XII - Muerte en la Arena

171 15 1
                                    

El segundo combate entre parejas tuvo inicio. Por el equipo de Merko, Thobara y Ghotta portarían el hacha. Ellas entendían que el peso del arma la hacía formidable. Empezaron la lucha contra las sargentos Virna y Kamoa, del lado de Mirov. Las armas pesadas en las manos de las mujeres ponían a los terráqueos aún más curiosos con el transcurso de la lucha.

En sus pensamientos, las dos conversaron por un instante:

"Ghotta, vamos a protegernos mutuamente, conforme entrenamos. De esta manera aumentaremos nuestras posibilidades en la lucha."

"Entendido, Sargento."

El capitán Kirubi observaba, curioso, la actitud de las mujeres de su equipo, que demostraban valentía frente a las enemigas. Merko, del otro lado, estaba más confiado, pues sabía de la capacidad de las guerreras. Observaba cada movimiento como si quisiera entrar en el ring y luchar en lugar de ellas.

Las hojas empezaron a cortar el aire y se oía el rechinar de los filos tocando las armas de las enemigas. Virna hacía el hacha danzar, el arma parecía más ligera en sus brazos. Ghotta y Kamoa se enfrentaban con fuerza, mientras Thobara y Virna intercambiaban golpes elegantes y precisos, que escalofriaban de tensión a los espectadores. Las luchadoras de la Star Hunter se situaron de espaldas una con la otra, mientras las rivales las rodeaban con movimientos suaves de las piernas, buscando los flancos para atacar.

Chispas rayaron el aire al toque de las hojas afiladas entre Ghotta y Kamoa, hasta que un grito lo hizo todo quedarse en silencio. Thobara le cortara la pierna a Virna en un corte limpio, el muslo amputado salpicando sangre sobre las otras luchadoras. Aprovechando la distracción, Kamoa acertó a Ghotta en el hombro, no alcanzándola de lleno, pues la otra se desvió a tiempo, pero le paralizó el brazo.

"¿Consigues continuar el combate, Ghotta?" – Thobara le preguntó a la compañera mentalmente.

"No, sargento. No tengo condiciones de luchar y el dolor es insoportable. Creo que voy a morir..."

"No será hoy, amiga. Aún entablaremos muchas batallas juntas. No te preocupes que te ayudaré."

Thobara miró a Merko con un aire preocupado y él entendió que tenían que parar la lucha. Las luchadoras de los dos equipos necesitaban atendimiento y, aunque los espectadores quisieran que la lucha continuara, Merko levantó el brazo y optó por el empate, así como Kirubi. Para ellos, la vida de los soldados era de vital importancia.

En ese momento, Kamoa cogió a Virna en brazos y, aunque las otras combatientes pensaran que ella prestaba ayuda, ya era demasiado tarde.

— No puede ser... ¡No puedes morir ahora, Virna! – La amiga vociferó, llorando por la vida de la compañera de tantas batallas que se desvaneciera.

Gritó como una leona feroz al perder a su amiga, resonando por toda la arena. Hubo un momento de conmoción colectiva frente al triste final de aquella lucha.

A Mirov no le gustó aquella actitud, ni el empate. Quería que la lucha continuara para ver si su campeona derrotaría a Thobara. Necesitaba vencer. Kirubi le desafiara claramente y él hasta pensara en mandar la lucha continuar, pero precisaba del capitán para el combate final. Prometió entonces que después de vencer a los enemigos, le daría un fin a aquel comandante insolente. Mal imaginaba que allí, entre los humanos presentes, una nueva idea surgiera, algo que podía ser peligroso para los planes de Mirov.

"Sí, los dioses también pueden morir."

Camillas flotantes llegaron junto con los médicos de las dos naves, llevándose a Ghotta para tratamiento y el cuerpo de Virna para ser velado y lamentado en la nave. Thobara le puso la mano sobre el hombro a Kamoa, que aún estaba arrodillada en el suelo, con lágrimas en los ojos. Le ofreció la mano para que la otra se levantara.

Los Hijos del Tiempo 3 - La Batalla de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora