019

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—No sé qué hice mal, Yoongi. Es decir, sé que debí decírselo, pero tal vez no en ese preciso momento.

Me encogí de hombros. Yoongi suspiró y se despeinó el cabello. Él y yo, de hecho, nos habíamos vuelto bastante cercanos después de todo, aunque en cierta forma Jungkook a veces se portaba reacio a él, ni que decir Taehyung. Aun así, no es que se odiaran los tres. —Es normal que esté enojado, es como si lo dejaras fuera de tus planes.

— ¿Qué planes Yoongi? Yo no estoy ni segura de irme, mamá quiere, pero al final yo soy la que decido ir o no. —

—Aun así, Haera, debiste decirlo, porque dime ¿Cuándo se lo planeabas decir? ¿Cuando estés a una semana de aplicar?

—No sé, supongo que después del último examen. No lo sé, pero ¿esto me hace egoísta? Él dice que lo fui.

Yoongi acarició mi cabello, de forma superficial, como si fuera un cachorro herido. —No lo eres, sólo no quieres hacerle daño, te entiendo, que postules no significa que te irás sí o sí, podría pasar algo y no irte, o irte. Después de todo es tu sueño, Jungkook debe entender eso. Aun así, él es tu novio, debiste al menos decírselo aun si eso lo hiera.

Tenía razón, debí decirlo, pero mi lado testarudo decía que no debió ser antes, sino cuando estuviera a punto de volverse realidad. ¿Se imaginan como hubiera estado cuando antes de cada examen hubiera visto el rostro de Jungkook, con tristeza, porque ese examen significaba un adiós para él? Lo contrario que había sucedido en realidad, él me motivaba a estudiar, de hecho me había ayudado a hacer plantillas para aprenderme más rápido las palabras. A veces me comentaba que tal cantante chino le había llamado la atención y me hacía escucharlo, o por su curiosidad me preguntaba cosas. Él había motivado incluso que sacara una nota alta, y solo por no pensar en el que me iría. Pero, ahora... cuando estaba a días de dar el otro examen, tendría en la cabeza el hecho que habíamos peleado, que él estaba triste con la idea de que estaríamos lejos aunque no fuera seguro. En cierta, dudaba por Jungkook. No quería aplicar, aún no, porque estaba feliz a su lado, pero ¿qué tal si no volvía a tener esa oportunidad? No me lo perdonaría por nada del mundo.

Ese era mi temor.

Yoongi me entregó el helado que le había pedido. Si no me lo hubiera encontrado quizá ahora no estuviera calmada, pero tampoco no me había hecho cambiar de parecer. Tenía dos cosas en claro. Aplicaría y hablaría con Jungkook sobre ello.

Jungkook lo tomó bien, mejor de lo que esperaba, después de todo. En sí, explicó que se había enojado por la omisión de ese tema, más no porqué me tenía que ir un año, incluso sorprendiéndome. Tal vez el mentía, pero sus palabras me reconfortaban. Era una mentira blanca, esas que necesitas para ser feliz efímeramente.

—Esperaría hasta un siglo si es posible.

A eso me refería, pero sonreí de todas maneras, que él me apoyara era bonito, y ese era el Jungkook que tanto amaba, no aquel que era frio y me había dejado sola en plena calle. Lo abrazaba mientras entrabamos dentro del comedor.

🐾

Taehyung estaba ahí con Hyeri, sentados en una mesa, mientras que en la mesa de al lado estaban los demás chicos.

Un pequeño dolor en la cabeza me vino, pero pensé que fue porque a pesar que era finales de otoño y la escuela había empezado ya, el sol estaba algo fuerte. Al ser un comedor con muchas lunas no ayudaba, el maldito reflejo me hacía parpadear mucho. Traté de ignorarlo, pero mientras más pasaban los segundos, un piteo empezó a sonar dentro de mi cabeza.

A veces tenía esos dolores cuando no descansaba bien, pero ese día había dormido bien, a pesar de la preocupación por los resultados de los resultados del examen oral que había dado hacía más de una semana. Quizá mi periodo estaba haciéndome mal, había venido con fuerza esta vez.

Traté de cerrar los ojos una vez más.

— ¿Estas bien?—Escuché la voz de Jungkook con un tono de preocupación. Y a pesar que negué rápido, fue cuestión de segundos que él me estuviese dirigiendo a la enfermería. Allí, la enfermera hizo que me revisara rápido. Tras unos cortos segundos, con Jungkook mirándome preocupada, ella le dijo:

—Solo tiene un poco de fiebre.

Ni siquiera me sentía acalorada, pero no me atreví a refutar. Ella había firmado un permiso para que ese día faltara a clase sin tener inasistencia. Me quedé bastante tiempo allí, sola, observando de vez en cuando como la gente entraba y salía. Jungkook a veces mandaba mensajes preguntando si me sentía mejor, pero era inevitable. Era todo lo contrario, me dolía tanto la cabeza que no podía ni dormir. Quizá era migraña... aunque nunca hubiese tenido.

Revisé mi celular, era finales de Marzo y tenía que ir a sacar mi pasaporte antes del fin de semana y sacar muchas constancias para la aplicación. Parecía que me gustaba torturar mi cabeza con preocupaciones, sin embargo, aproximadamente tres horas después de haber estado allí dormí, dormí como una reina y no me levanté hasta que sentí que acariciaron mi cabeza. La enfermera estaba allí, al lado de Jungkook que decía que la fiebre se me había ido, pero sinceramente la siesta me había puesto peor, al punto que las lágrimas empezaron a caer sin poder controlarlas.

Eran las seis de la tarde en ese entonces. Había dormido muchísimo, aproximadamente siete horas y Jungkook me había ido a ver como cuatro veces, y en la última preocupado de que esté realmente mal le había dicho a la enfermera que me levantara.

Él al verme llorando, no dudó en tomarme por los brazos, haciendo que notara que me sentía muy débil. Él tenía el cabello húmedo, signo de que había salido de su taller de futbol. Tomó un taxi sin dudar diciendo que ese día dormiría en su casa, que por nada del mundo me dejaría en el departamento sola, por lo que solo pasamos por allí por ropa. Al llegar a su casa, su madre me recibió preocupada diciendo que me veía muy pálida.

Mientras que Jungkook iba a dejar mi ropa en su habitación, la señora Jeon me preguntó

— ¿Ustedes se cuidan?—

Asentí, de hecho tomaba pastillas desde hacía unos meses.

— Menos mal, pero ¿No se te ha atrasado?

—Estoy con mi período. Hoy debe ser mi último día. — confesé. Un embarazo era algo imposible.

—Entonces debe ser una fuerte gripe. El inicio de la primavera siempre es jodido aquí— quiso calmarme. Podía ser eso. Una fuerte gripe— ¿Si tienes toallas, tampones o lo que sea que uses?

—Traje todo conmigo. Gracias por todo.

—De nada. Cualquier cosa me avisas, iré a preparar sopa para tu gripe.

La madre de Jungkook era un amor, así como él. Pronto Jungkook llegó y me abrazó contra su pecho, cubriéndome con una manta, pues él decía que todo el camino me había sentido muy helada.

Estaba muy débil que no me di cuenta que volví a caer dormida, una vez más.

Dos días después, no mejoraba. No iba a la universidad y Jungkook no me dejaba salir de su casa. Los dolores de cabeza al menos eran más leves, pero la debilidad me tenía hasta por el suelo. Empezaba a sentirme incomoda viviendo con Jeon, así que había llamado a mamá además de que empezaba a preocuparme ¿qué tal si no era una gripe? Porque mientras más pensaba en cualquier enfermedad, los síntomas empeoraban. Hasta empecé a considerarme hipocondriaca. Esa tarde mamá llegó.

— ¿Has estado comiendo bien?

—Sí, supongo...

— ¿Supones, Haera? Vendrás conmigo al hospital, ahorita. Sin refutar.

No dije nada. Mamá, en sí todos sabían que odiaba los hospitales, pero me sentía tan mal que no refuté. Realmente quería saber que tenía, me dolía el cuerpo, huesos, los ojos, la cabeza. Todo, absolutamente todo. Sentía que me iba a romper en cualquier momento.

¿Qué diablos tenía?

Lo siento + Jjk  » Book 1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora